Recreación artística de un sistema de enanas blancas que permitirá a los astrónomos probar las teorías de Einstein | Foto: David Aguilar/CfA

ASTRONOMÍA

La danza fatal de dos estrellas

Dos enanas blancas, estrellas en su etapa final que agotaron su combustible, giran en espiral entre sí a una velocidad vertiginosa. Su estudio permitirá comprobar la teoría general de la relatividad de Einstein y el origen de supernovas peculiares.

Leonardo Gómez, editor de Semana.com
15 de julio de 2011

Científicos del Centro Harvard-Smithsoniano para la Astrofísica halló un par de estrellas en su fase de enanas blancas que, girando a una velocidad de vértigo, se encuentran tan juntas que pueden completar una órbita en tan solo 13 minutos, una alrededor de la otra.
 
En unos 900.000 años, que se consideran un abrir y cerrar de ojos en la escala astronómica, ambas estrellas se fusionarán y, según los expertos, muy posiblemente explotarán en una supernova. Mientras ambos cuerpos celestes convergen, servirán de laboratorio a los científicos que pondrán a prueba la teoría general de relatividad de Einstein.
 
Las enanas blancas son estrellas en su fase final, que ya quemaron su combustible y contiene elementos densos aglutinados por una extraordinaria fuerza de gravedad: una cucharada de esa materia pesaría en la Tierra cerca de una tonelada. Las dos que nos ocupan, giran a una velocidad de 600 kilómetros por segundo, o unas 180 veces más rápido que jet más rápido construido por el hombre.
 
“Por poco y me caigo de mi silla cuando vi en el telescopio a una de las estrellas cambiar su velocidad hasta unos impresionantes 1.200 kilómetros por segundo en unos pocos minutos” dijo el astrónomo Warren Brown, autor principal del artículo que informa del hallazgo.
 
La enana blanca más brillante contiene aproximadamente una cuarta parte de la masa del Sol compactada en una bola del tamaño de Neptuno, mientras que su compañera tiene más de la mitad de la masa del Sol y tamaño de la Tierra. Su atracción gravitatoria mutua es tan fuerte que la masa de la estrella se deforma en 3%. Una marea de esa magnitud en la Tierra implicaría olas de casi 200 kilómetros de alto.
 
Si bien ambos cuerpos se encuentran demasiado cerca para distinguirlos fotográficamente a la distancia a la que están de nuestro planeta, el equipo de Brown a partir de sus espectros pudo ser capaz de diferenciar a las dos estrellas y medir sus movimientos relativos.
 
Ellos indican que ambas estrellas se eclipsan la una a la otra cada seis minutos, en un reloj muy preciso que es extremadamente útil para medir los cambios en ese sistema estelar. “Si hubiera seres vivientes en un planeta alrededor de este sistema solar, podría ver el fantástico espectáculo luminoso de dos soles desapareciendo cada seis minutos”, dijo el astrónomo y coautor del trabajo Mukremin Kilic.
 
La relatividad general predice que los objetos en movimiento crean ondas en el tejido del espacio-tiempo, llamadas ondas gravitacionales. Éstas transportan energía hacia el espacio exterior, a la vez que las estrellas la pierden, aunque se acercan cada vez más y orbitan entre sí cada vez más rápido.
 
Si esto sucede así y se comprueba será una prueba más de la validez de la argumentación de Einstein, a la vez que servirá para obtener a futuro información de otros cuerpos celestes, como estrellas de neutrones o agujeros negros.
 
"Aunque todavía no hemos medido directamente las ondas gravitacionales con instrumentos modernos, se puede probar su existencia mediante la medición del cambio en la separación de las dos estrellas," dijo el coautor J. J. Hermes, estudiante graduado en la Universidad de Texas. "Debido a que no parece haber intercambio de masa, este sistema es un laboratorio excepcionalmente ‘limpio’ para realizar pruebas”, añadió.
 
Por otra parte, este trabajo será una importante prueba de observación sobre las teorías de las fusiones de enanas blancas. Algunos modelos predicen que la fusión de dos estrellas como estas son el origen de un rara tipo de explosiones estelares inusualmente débiles, llamadas supernovas underluminous.
 
"Si estos sistemas dobles son los responsables de las supernovas underluminous, vamos a detectar estos sistemas binarios de enanas blancas con la misma frecuencia que nosotros vemos las supernovas. Nuestro estudio no está completo, pero hasta el momento, los números están de acuerdo", dijo Brown.