Stone, una mujer con visión limitada —que a efectos legales es ciega— se disponía a pasar una calle en Brewster, una localidad de Manhattan, cuando un minibús escolar la atropelló.A causa de su problema visual, Stone iba con Figo, su perro guía, quien además de evitar que ella se chocara con lo que pudiera atravesarse en su camino, también intentó salvarla del bus que la embistió y la dejó hospitalizada varios meses. Figo saltó entre ella y el vehículo para mantenerla a salvo. Como era de esperarse, el sacrificio del Golden Retriever fue en vano. Por fortuna ni él ni Stone murieron. Sin embargo, los dos salieron gravemente heridos del accidente. Tanto así, que él necesitó de una cirugía y de terapia física para poder volver a trabajar como perro guía.Y así suene como una gran hazaña el hecho de que Figo se haya lanzado a un bus para salvar a su compañera de caminata, para él no fue suficiente. Después de que fueron atropellados él se esforzó por quedarse con ella cuando ambos estaban heridos. Básicamente, habría muerto por mí al hacer lo que hizo, dijo Stone, quien sufrió fracturas en un tobillo, un codo y varias costillas, además de necesitar puntos en la cabeza. Mientras tanto, el perro sufrió un corte importante en una de sus patas.Stone, por su estado de salud, no había vuelto a ver a Figo desde el 8 de junio, cuando ocurrió el accidente, pero luego de varios meses en recuperación pudo cumplir su objetivo: volver a ver el perro guía que saltó ante un bus para salvarle la vida. Desde el lunes, Figo y Stone volvieron a reunirse en la casa de ella en un suburbio de Nueva York. Ahora el perro “Está por fin en casa”, como lo dijo la misma Stone cuando lo vio.Con información de AP.