Y AHORA: EL VIDEO-ABORTO

Aunque usted no lo crea, mucho tiempo frente al computador puede producir un aborto.

18 de julio de 1988

Son pocos los adelantos tecnológicos que al introducirse en la vida cotidiana no producen algún tipo de desconfianza. Las computadoras no han sido la excepción. Las sospechas que de tiempo atrás ha despertado la radiación proveniente de las pantallas de sus terminales han renacido, por cuenta de un estudio estadístico realizado en los Estados Unidós.
Pero esta vez las preocupaciones no se refieren a los efectos que puedan sufrir los ojos de los operarios luego de horas de escudriñar letras y cifras luminosas.-lo que ya ha motivado que la ciudad de Nueva York obligue a los empleadores a prestar servicios oftalmológicos gratuitos a sus subalternos- sino a las mujeres embarazadas que permanecen trabajando frente a esas pantallas durante un tiempo demasiado prolongado. Según un estudio realizado por el instituto Kaiser-Permanente Medical Care Program, en Oakland, California, las mujeres que durante los tres primeros meses del embarazo pasaron más de 20 horas a la semana trabajando con pantallas de computador, tuvieron el doble de abortos que las que durante el mismo tiempo hicieron otra clase de trabajo.
El estudio, revelado por la edición de junio de la Gaceta norteamericana de Medicina Industrial, es uno de los muchos que deberán hacerse antes de que se tenga completa seguridad sobre el punto. Sus autores aclararon que las conclusiones no necesariamente significan que los abortos hayan sido causados por los terminales en sí mismos, y que para poder determinarlo con absoluta certeza se necesitaría un estudio que incluyera factores tales como condiciones de trabajo, estrés relacionado con el mismo y muchos otros.
No se trata de una inquietud nueva. Desde hace algunos años se ha venido especulando en medios científicos y en organizaciones sindicales de Estados Unidos sobre los vínculos entre el uso de computadoras y algunos problemas físicos, entre ellos los abortos y hasta ciertos defectos en el feto. Sin embargo, el estudio Kaiser es el primero que muestra una evidencia epidemiológica basada en un número significativo de casos, si bien los resultados presentan solamente una relación estadística y no de causa a efecto.
Algunos expertos creen que la radiación electromagnética de bajo nivel que emiten las terminales de computador, podría ser capaz de alterar el desarrollo celular, una teoría que ha sido comprobada a nivel experimental en ratones y pollos. Sin embargo, la verdad oficial es otra. Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional de Estados Unidos, esas terminales no emiten niveles peligrosos de radiación electromagnética, pero sus críticos contraargumentan que cualquier radiación adicional impone riesgos adicionales. Pero lo cierto es que el Instituto ha encontrado alguna incidencia de abortos entre las usuarias de computadoras, aunque aún no tiene establecida la relación de causa a efecto.
La doctora Michele Marcus, quien se encuentra estudiando el punto en la Escuela de Medicina Monte Sinai afirmó a The New York Times que los estudios hechos hasta ahora estaban diseñados para demostrar la inexistencia de vínculos entre los abortos y el uso de computadoras, y agregó que el estudio Kaiser es bastante verosímil y que "esta es un área de gran importancia que debe ser observada en detalle".
Sin embargo, los investigadores que llevaron a cabo el estudio creen que sus conclusiones no son definitivas puesto que el objetivo no era determinar la causa de los abortos. Uno de ellos, la doctora Marilyn Goldhaber, dijo que "no podemos responder a la pregunta de cómo se produce el incremento de abortos, si se relaciona con el computador en sí mismo, o con el lugar de trabajo, o con el estrés o con la comodidad del asiento, o hasta con las diferencias socioeconómicas existentes entre quienes usan mucho el computador y quienes no lo conocen siquiera".
Pero ese vacío en la investigación será llenado en el futuro cercano. Los investigadores de Monte Sinai están preparando un estudio de gran cubrimiento que abarcará 8 mil mujeres oficinistas de las cuales la mitad exacta trabajará en pantalla de computadora y el resto en otras actividades. Los científicos medirán las emisiones de radiación electromagnética de las máquinas que se usen y estudiarán la configuración de sus escritorios, sillas y la oficina en general, observarán el úso que las mujeres den al aparato y otros factores como los hábitos de fumar o de tomar alcohol, sin dejar de lado la determinación de los efectos del estrés en cada caso.
Con una medición tan detallada unida al uso de pruebas supersensitivas de orina que permitan determinar con precisión el comienzo del embarazo, los investigadores esperan determinar a ciencia cierta si son válidas las preocupaciones sobre las pantallas de computadoras, o si son simples calumnias de la oposición. Entre tanto, lo que la prudencia parece aconsejar es evitar el abuso de las pantallas mientras se está en estado interesante.