AL MAL QUE NO TIENE CURA

En la busqueda de una terapia contra el SIDA, los científicos toman el cáncer como modelo.

17 de julio de 1989

Seis años después de su identificación, los expertos están de acuerdo en que el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida debe empezar a ser considerado como enfermedad crónica, que responde a algunas terapias. Pero, también, una enfermedad para la cual tomará mucho tiempo en desarrollar un tratamiento o una vacuna efectivos. Esa parece ser la conclusión general de la V Conferencia Internacional sobre el SIDA, que reunió a 11.800 participantes de 89 países en Montreal, la semana antepasada, para concretar qué tanto se sabe y se ha logrado acerca del temible virus. La verdad, pocas cosas podían sorprender a los científicos sobre un tema del que se ha hablado incansablemente desde hace seis años. Y aunque la batalla apenas comienza y el camino es "culebrero" también hubo esperanzadores informes.

En opinión de muchos especialistas, es hora de que el SIDA empiece a recibir el tratamiento de un cáncer. Esto, a los ojos de la ciencia, significa dos cosas: primero, que en la búsqueda de una terapia se abre la posibilidad de utilizar "cocteles" de nuevas drogas y algunas de las que ya existen. Y segundo, que al hablar de "cura" no se hace referencia necesariamente a librar al organismo por completo del virus, sino que, al igual que en el cáncer, el término se utiliza con sentido estadístico para referirse a aquellas personas que después de cinco años no lo han desarrollado.

COMO EN LA LEUCEMIA
El doctor Samuel Broder, del Instituto Nacional de Cancerología de Estados Unidos, señalo que los expertos están profundizando sus estudios en pacientes con SIDA con dos sustancias químicamente relacionadas con el AZT (azidotimidine), la única droga autorizada hasta el momento para tratarlo. Las drogas en experimentación --el DDI (dideoxinosine) y el DDC (dideoxicytidine)-- han sido toleradas por algunos pacientes que en cambio no resisten el AZT. El doctor Broder considera que en el caso del SIDA es válido recordar la historia de la búsqueda de una terapia para curar la leucemia: en sus investigaciones preliminares, los expertos encontraron que no había una droga que curar a los niños y que algunas eran peligrosas si se suministraban por si solas; sin embargo, con el tiempo, aprendieron a combinar estas drogas y lograron curar muchos casos de leucemia. "En ese entonces muchas personas aseguraron que iba a ser imposible lograr un progreso y estaban tan equivocadas como aquellos que hoy aseguran que no habrá ningún avance en la lucha contra el SIDA", dijo.

Infortunadamente, ese optimismo se vio opacado por otro informe, presentado por el doctor June Osborn, de la Universidad de Michigan, quien despertó la preocupación de los científicos al hablar de indicios de que el virus está desarrollando una resistencia al AZT, lo cual daría al traste con uno de los mayores logros en la lucha contra el SIDA.

Pero, sin duda, el más destacado avance reportado en la Conferencia es el realizado por el doctor Jonas Salk, quien trabaja en una vacuna experimental (ver recuadro). Dicha vacuna ha sido probada, hasta ahora, en dos chimpancés contagiados con el virus, evitando que desarrollaran la enfermedad. Mientras el doctor Salk espera que algún día esta vacuna pueda ayudar a prevenir que el virus desencadene la enfermedad, la mayoría de científicos aún se muestran escépticos y señalan que una vacuna es todavía una posibilidad lejana. El doctor Ivan Head, director de la Conferencia, dijo que más de un millón de niños que nacieron en el mundo durante la semana de la reunión de Montreal, posiblemente se conviertan en personas sexualmente activas antes que la vacuna contra el SIDA sea una realidad. Recordó que, a pesar de los increíbles avances en el campo de la biología molecular, a los investigadores les tómo 18 años desarrollar una vacuna contra la hepatitis B.

Mientras en Estados Unidos el Centro de Control de Enfermedades estima que más de 54 mil personas han muerto por causa del SIDA, el sendero de la investigación parece estar plagado de interrogantes. Por ejemplo, aún no se sabe porqué algunas personas que cuentan con una sola pareja sexual se contagian, mientras otras logran escapar al contagio a pesar de tener cientos de parejas sexuales. Uno de los descubridores del virus, el doctor Robert Gallo, señaló que algunos tipos del virus son menos agresivos que otros y que eso hace que algunas personas infectadas posiblemente nunca contraigan la enfermedad. Otro de los grandes interrogantes es si existe algún microbio, droga u otro factor que aumente la capacidad del virus para producir la enfermedad y, al parecer, los científicos están aún muy lejos de comprender este fenómeno.

CONTRA EL RELOJ
Aunque el balance general es desalentador, los científicos se mostraron orgullosos de haber aprendido más acerca del virus del SIDA en los últimos seis años de lo que aprendieron sobre cualquier otro virus. Y señalan que si no se ha logrado más no ha sido por falta de esfuerzos. Pero no es eso lo que piensan los centenares de personas contagiadas de SIDA que asistieron, por primera vez, a la conferencia, la cual parecio, más que una reunión científica, una convención política. Cientos de personas afectadas por el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida recorrían los pasillos con pancartas sentando su protesta porque, según ellos, no se están invirtiendo fondos suficientes en la investigación y exigiendo un mayor acceso a los hallazgos científicos logrados hasta el momento. Hablaron también de la ineficacia de las campañas de prevención.

Si la búsqueda de una terapia efectiva preocupa a los científicos, la mayoría de los participantes, especialistas y profanos, se mostraron preocupados porque las campañas de prevención no van al mismo ritmo en que se propaga la enfermedad. El doctor Jonathan Mann, director del programa de SIDA de la Organización Mundial de la Salud, estima que más o menos 35 millones de adolescentes inician su vida sexual cada año y, la mayoría de ellos, no toma ninguna medida preventiva. Señaló también que un estudio realizado por la Universidad de California demostró que la mayoría de las mujeres jóvenes que estan bajo el riesgo de contagio, no toman ninguna precaución ni exigen a sus parejas el uso del condón. Así que la prevención, que por el momento es la única arma efectiva para evitar el temible mal, no es ni siquiera una batalla ganada. Y la guerra hasta ahora comienza.-

Y DE LA VACUNA ¿QUE?
Los asistentes a la V Conferencia Internacional sobre el SIDA, realizada en Montreal, se encontraron, una vez más, con el hecho de que, tratandose del mortal síndrome, una noticia buena siempre viene acompañada de una mala. El doctor Jonathan Salk, inventor de la vacuna contra el polio, esta desarrollando una vacuna que eventualmente podría ayudar a quíenes están infectados con el virus del SIDA a prevenir el desarrollo de la enfermedad.

La vacuna del doctor Salk contra el SIDA no es la vacuna clásica que previene la infección causada por un virus. En este caso se trata de prevenir que el virus que ya ha entrado al organismo produzca la enfermedad. Según su teoría, la vacuna estimularía al organismo para que destruya las celulas infectadas con el virus, evitando que se esparza. Mientras otros grupos de investigadores estudian una vacuna derivada de la capa exterior del virus, el doctor Salk utiliza el virus en sí mismo, removiendo esta capa. Esta técnica es similar a la que usó en 1950 para sus investigaciones sobre la vacuna contra el polio.

Durante el experimento, la sustancia fue inyectada a tres chimpancés.Dos de los animales estaban infectados por el virus antes que recibieran la vacuna experimental, pero el tercero no. Quince meses después se inyectó una alta dosis del virus en cada uno de los chimpancés. Los exámenes demostraron que los dos chimpancés que habían estado infectados previamente tuvieron una fuerte respuesta a la nueva inyección y, después de un tiempo, no se encontró en ellos el virus del SIDA. En contraste, el virus sí fue detectado en el chimpancé que no había sido infectado antes de recibir la vacuna.

Desde noviembre de 1987, el equipo de investigadores del doctor Salk ha comprobado la eficacia y seguridad de su vacuna experimental en 19 pacientes voluntarios y hasta ahora ninguno ha sufrido una reacción adversa. Sin embargo, algunos de los resultados de los estudios realizados con humanos han diferido de los obtenidos con los animales. Mientras en dos de los chimpancés el virus desapareció después de recibir la vacuna, en los humanos que la recibieron no sucedió lo mismo. El por qué, todavía es un misterio. Hasta ahora, los investigadores han sido incapaces de identificar un componente del virus que podría estimular una respuesta inmunológica en los humanos. Este fracaso ha aumentado los interrogantes acerca de la posibilidad de crear una respuesta inmunológica contra el virus del SIDA.--