MUJER

¡Alivio!

Una cirugía ambulatoria de 30 minutos puede acabar con la pesadilla de la incontinencia urinaria en las mujeres.

30 de marzo de 2003

Dentro del grupo de enfermedades que producen depresión y vergüenza al paciente sin duda alguna la incontinencia urinaria ocupa un lugar de honor y más hoy en día, cuando no sólo afecta a los más viejos sino a personas que se encuentran en la flor de la juventud. Aunque no genera un riesgo de muerte el sólo hecho de tener que usar pañales y que actos tan naturales como reír o toser se conviertan en una tragedia son razones más que suficientes para que la ciencia médica se esfuerce en encontrar soluciones a este mal. Incluso algunas mujeres, que son quienes más sufren esta enfermedad, dejan de lado actividades sociales para evitar los accidentes que puedan aparecer en forma inesperada.

Dependiendo del caso, la incontinencia se trata con ejercicios y medicamentos. La cirugía también es una opción aunque quienes se someten a ella deben pasar por un procedimiento muy molesto y doloroso: anestesia general, una herida abdominal de 12 o más centímetros y hospitalización por varios días, en los que el paciente debe usar una sonda. Pero desde hace una década existe una cirugía alternativa, que es mucho menos compleja y ofrece los mismos resultados. La técnica se conoce como cinta vaginal libre de tensión, que consiste en colocar una banda de soporte alrededor de la uretra. Cuando surge la presión con esfuerzos como reírse, toser o estornudar la cinta aplica la cantidad adecuada de soporte a la uretra,lo que permite mantener su cierre y evitar la salida involuntaria de la orina. Si bien los resultados son iguales a los de la cirugía tradicional, este método es mucho menos arriesgado pues no se requiere aplicar anestesia general y la operación no toma más de 30 minutos. La recuperación también es más rápida y no es obligatorio que el paciente utilice la sonda de la cirugía tradicional. Según el médico Dieter Traub esto sucede porque se evita abrir la pared abdominal pues sólo son necesarias dos incisiones de medio centímetro. "El paciente se integra a sus actividades en cuestión de siete días".

Según el especialista esta cinta es ideal para mujeres que sufren de incontinencia urinaria de esfuerzo de tipos 1 y 2, es decir, aquella que se origina en defectos anatómicos del piso pélvico. La primera opción en el tratamiento de estos casos es el ejercicio y cuando éste no da resultados se procede con la cirugía.

La técnica se desarrolló hace ocho años en la Universidad de Uppsala, en Suecia, y se introdujo a Colombia hace cuatro años. Pero sólo hasta ahora, cuando hay suficiente evidencia médica acerca de su efectividad, se ha comenzado a valorar sus bondades. "Es más costosa pero termina siendo económica si se tiene en cuenta que se le ahorra al paciente y al sistema de salud en general los costos de la convalecencia, los días de hospitalización y de ausencia laboral", dice Traub.

En el mundo hay ya más de 250.000 mujeres que han superado esta enfermedad y han reanudado una vida normal sin tener que acudir a toallas de protección. En Colombia el número de mujeres intervenidas es de 400. Otra razón que entusiasma a los expertos es la probabilidad de éxito de esta técnica, que es de más de 90 por ciento.

En algunos casos la cirugía está cubierta por las Empresas Prestadoras de Salud (EPS) pero muchas de ellas no incluyen el valor de la cinta, que puede ser de 1.400.000 pesos. Esta puede ser una buena noticia para las personas que sufren de esta enfermedad y no saben qué es peor: si sufrir los avatares de una cirugía tradicional o la vergüenza de los pañales.