sicologÍa

Amor ciego

Un estudio comprueba por qué muchos enamorados no pueden ver a su pareja con ojos críticos.

20 de junio de 2004

¿Cuántas personas tienen una pareja que no cumple con los estándares de belleza y sin embargo se sienten profundamente atraídos por él o ella? ¿Cuántas veces no se ve a una persona muy enamorada de otra a pesar de que se comporta como un patán en reuniones sociales? ¿Por qué muchos defienden a su amor aun cuando saben que le ha sido infiel? La respuesta es muy simple: el amor es ciego.

A esa conclusión llegó un grupo de expertos de

University College of London, quienes encontraron un alto grado de verdad en ese viejo adagio. Al parecer los sentimientos de amor llevan a los seres humanos a suprimir la actividad en áreas del cerebro que controlan el pensamiento crítico. Según los investigadores, cuando una persona se siente emocionalmente cercana a otra el cerebro reduce la capacidad de juicio para evaluar la personalidad y el carácter de su amor. Por eso los enamorados ven a su pareja como si fuera la más bella, la más inteligente y amable, aunque en realidad sea poco agraciada, bruta y cascarrabias.

Para hacer la investigación, los expertos reclutaron a 20 madres jóvenes a quienes les mostraron fotografías de sus hijos y de otros niños así como de amigos adultos. No sólo encontraron que el amor romántico y el maternal producen los mismos efectos en el cerebro sino que, en ambos casos, se suprime la actividad para producir opiniones críticas y para sentir emociones negativas acerca de la otra persona. No obstante, el amor romántico, a diferencia del maternal, provoca actividad en el hipotálamo, una zona que controla los sentimientos de excitación.

Para Andreas Bartels, director de la investigación, el hallazgo demuestra una vez más que el cerebro del ser humano viene programado para la procreación. "El amor romántico y el maternal son sentimientos muy positivos porque ambos están involucrados en perpetuar las especies", dice. Añadió que la sensación de apego en los seres humanos "genera un mecanismo que logra abolir las distancias sociales al desactivar redes cerebrales que controlan los juicios críticos". Al mismo tiempo la persona se va uniendo emocionalmente a la otra gracias a un circuito de recompensas que lo lleva a motivarse y a sentir esa maravillosa sensación de felicidad que se da durante el enamoramiento.