En el mundo se calcula que una de cada cinco personas sufre de dolor

CONTROVERSIA

¡Ayayay!

Se cree que el dolor es síntoma de una enfermedad, pero muchos lo ven como un mal en sí mismo. Ya se habla de declarar su tratamiento un derecho fundamental.

2 de diciembre de 2006

En el mismo vien -tre del que le salieron cuatro hijos a Nancy Riaño surgió un tumor de 13 centímetros. Ni la radioterapia, ni la quimioterapia y ni la braquiterapia lograron desaparecerlo. Con él llegó el dolor a su vida. Un dolor que ni 37 gotas de morfina, acompañadas de oraciones mientras pasaban las cuatro horas para la siguiente dosis, lograron aliviar. Hoy Nancy está en el auspicio Proseguir, una clínica del dolor donde después de 19 días, sus síntomas han sido controlados en 90 por ciento, y de donde no se irá hasta cuando aprenda a intervenir su dolor totalmente.

En Colombia el dolor es el principal motivo de consulta a los servicios de atención en salud, según estadísticas de la Asociación Colombiana para Estudio del Dolor (Aced). En el mundo se calcula que una de cada cinco personas sufre de dolor. Por este motivo, desde hace más de 30 años profesionales de la medicina de diferentes países luchan para controlar esta patología y cambiar el concepto de que los pacientes deben acostumbrarse a aguantar este martirio.

En todos estos años han logrado cambiar políticas gubernamentales en atención del dolor, desarrollar nuevos tratamientos e incorporar este tema en los programas de estudio del área de la salud. Pero sus batallas más importantes han estado enfocadas a poner el tema en la agenda pública de la humanidad. Por eso Fedelat presentó un proyecto a la asamblea general de la ONU para que el tratamiento del dolor sea considerado un derecho humano fundamental. Todavía no se tiene respuesta.

El ponente de dicha iniciativa es el doctor Eduardo Ibarra, presidente de Fedelat, quien justifica su proyecto en que "el dolor es una de las formas de sufrimiento más severas que afectan a los seres humanos y que altera todos los niveles de la vida de un individuo. Además, con la tecnología existente se hace inconcebible que una persona padezca y no encuentre alivio a su sufrimiento", dijo a SEMANA.

De la misma manera, la Asociación Americana para Estudio del Dolor (APS) ha planteado el dolor como el quinto signo vital. "El dolor debe ser enfatizado en el diagnóstico e incluido en la rutina de evaluación médica", dijo a SEMANA Judith Paice, su presidenta.

Esto se justifica, según John Jairo Hernández, presidente de Aced, en que el dolor puede ser la diferencia entre la vida y la muerte."Tratado inadecuadamente puede producir cuadros de colapso cardiovascular y el posterior fallecimiento, por ejemplo en las unidades de urgencias, de cuidado intensivo o luego de cirugías mayores. En el caso del dolor crónico, es tal el grado de sufrimiento y de depresión, que a veces la persona recurre a solicitar la eutanasia o a un suicidio".

Pero, según la legislación colombiana, los cuidados paliativos y clínicas del dolor son subsidiados por las aseguradoras solamente cuando se trata de enfermedades terminales, y la mayoría de enfermos en promedio se demoran entre tres y cinco años para ser atendidos de manera eficaz.

De ahí que uno de los propósitos de la V Reunión Iberoamericana de Dolor, realizada recientemente en Chile, sea la ejecución de la encuesta latinoamericana del dolor en 2007. Con ésta se pretende demostrarles a los gobiernos de América Latina que este padecimiento es un gran problema de salud pública.

Lo anterior, sumado a la declaratoria del no dolor como derecho fundamental del hombre y el dolor como signo vital, busca que esta enfermedad sea tratada de una manera eficiente en todos los casos, y aliviar el sufrimiento de personas como Nancy, que piensan: "Ya es suficiente con saber que uno tiene cáncer y que se va a morir como para que también le tenga que doler".