BUSCANDO CORAZONES

Con una droga nueva podría prevenirse el infarto.

21 de noviembre de 1988

Desde hace varias décadas, las enfermedades cardiacas han sido una de las principales causas de mortalidad. Sin embargo, parece que ahora las cosas van a cambiar. Científicos norteamericanos han empezado a utilizar una droga que si es aplicada tan pronto como se presenten los síntomas de un infarto, éste se pueda prevenir. Se trata de una sustancia llamada estreptoquinasa, producida en varios laboratorios de ingeniería genética, que disuelve los coágulos de sangre que se forman en las arterias, que son los causantes de los infartos. "Esta droga representa uno de los mayores avances de la medicina moderna", asegura el doctor Eugene Braunwald, profesor de medicina cardiovascular de la Universidad de Harvard en los Estados Unidos.
La forma en la que actúa esta droga es aparentemente sencilla. El corazón necesita recibir constantemente sangre oxigenada, que llega por medio de las arterias coronarias. Cuando un coágulo se forma en una de estas arterias, el corazón se empieza a "asfixiar" y si el coágulo no se desintegra rápidamente, parte del músculo del corazón muere. Si el paciente tiene la suerte de ser tratado con estreptoquinasa, rápidamente, esta sustancia se dirige al coágulo (ver ilustración) y en aproximadamente 45 minutos éste queda disuelto.
La rapidez con la que se le aplique al paciente este increíble tratamiento es crucial. "La condición esencial para que esta droga dé buenos resultados es que sea aplicada muy pocas horas después de que el paciente presente los sintomas característicos del infarto", insiste el doctor Braunwald.
Es tan importante el momento en el que la droga se aplique, que el éxito del tratamiento depende en gran parte del momento en el cual sea suministrada. Si la estreptoquinasa se aplica 20 minutos después de los primeros síntomas, el paciente no perderá ninguna parte de su músculo cardiaco; después de una hora se puede salvar entre el 50 y el 80%. Pero si pasan más de seis u ocho horas, las posibilidades de salvarse son muy escasas.
Aunque la idea de disolver los coágulos en las arterias, para impedir que ocurra un infarto, ha estado rondando en la cabeza de los médicos desde hace varios años, la de utilizarla masivamente es revolucionaria. Originalmente estas drogas se aplicaban directamente al corazón, lo que traía consigo varias complicaciones. Solamente médicos especializados podían aplicar el tratamiento, y generalmente transcurrian varias horas mientras la pequeña cirugía se podía llevar a cabo. Como los minutos son cruciales cuando se trata de un infarto, generalmente los pacientes morían antes de que se pudiera probar la eficacia de estas drogas. Pero muy recientemente se ha aplicado la estreptoquinasa directamente en alguna vena del paciente y el éxito ha sido sorprendente.
El doctor Braunwald insiste también en que la estreptoquinasa no sólo es benéfica para prevenir las enfermedades cardiacas. El uso de la aspirina durante un infarto protege significativamente el corazón. Aunque es imposible generalizar, una aspirina al día es provechosa para las personas con problemas coronarios. Cuando el uso de la aspirina se combina con la estreptoquinasa, los riesgos de que el paciente que ha sufrido un ataque cardiaco muera se reducen a la mitad especialmente si la droga es administrada durante las seis horas siguientes al inicio de los síntomas. Esta droga es tan efectiva que hoy en día se sabe que ha reducido el índice de mortalidad de los pacientes hospitalizados en un 20 a 50%.
Sus bondades son tan grandes que los médicos que la han utilizado se llevaron la sorpresa de que sirve también para disolver coágulos en otras partes del cuerpo, especialmente aquellos que causan derrames cerebrales. Aunque todavía no se tiene certeza sobre el éxito que tendrán estos tratamientos, si está más que comprobado que para prevenir infartos, la estreptoquinasa es un gran descubrimiento.