investigaciÓN

Cambio de reglas

Las nuevas medidas para determinar los niveles de colesterol maligno ponen en riesgo a quienes se creían sanos y le aceleran el corazón a más de uno.

11 de diciembre de 1980

La lucha contra el colesterol, que se había convertido en una obsesión en los últimos años, acaba de recrudecerse. La semana pasada la revista médica Circulation publicó en Estados Unidos un artículo en el que concluye que es necesario reducir la escala para clasificar los niveles de colesterol de baja densidad o 'colesterol malo', un tipo de lípidos que se acumulan en las paredes de las arterias, dificultan el paso de la sangre hacia el corazón e incrementan el riesgo de padecer un infarto o accidentes cerebrovasculares debido a la formación de coágulos. La información está respaldada por el Instituto Nacional de Corazón, Pulmón y Sangre y la Escuela Estadounidense de Cardiología, que se basaron en los resultados de cinco estudios clínicos recientes.

Hace apenas dos años y medio, el Instituto Nacional de Corazón, Pulmón y Sangre estableció un promedio de 130 puntos como la cifra límite para los pacientes con algún tipo de riesgo, medida que se había mantenido hasta hace poco y que en términos de proporciones, correspondía a 130 miligramos de colesterol por decilitro de sangre.

Peligro latente

A pesar de estar convencidos de que 130 puntos era el porcentaje ideal, los investigadores notaron que aun empleando drogas desarrolladas para reducir el colesterol maligno (identificado por su sigla en inglés LDL), los resultados no eran los mejores, por lo que decidieron rediseñar la escala para evaluar la condición del paciente dejando una cifra mínima de 100 puntos, es decir 30 puntos por debajo de lo establecido anteriormente.

Según esta nueva medición, muchas personas consideradas saludables hasta por sus médicos ahora pasarían a hacer parte del segmento de pacientes que debe acudir al tratamiento farmacéutico para atacar el colesterol de baja densidad.

En la actualidad 36 millones de estadounidenses están por encima de los 130 puntos y deberían tomar algún tipo de medicación para reducir los niveles de colesterol maligno, pero sólo unos 10 millones han optado por seguir los tratamientos.

Un estudio de la Organización Panamericana de la Salud reveló que en todo el continente cerca de 22 millones de personas estarán en riesgo de morir a causa de problemas cardiovasculares en los próximos 10 años. La mayoría de los afectados será menor de 50 años. Los malos hábitos alimentarios, el bajo consumo de fibra, el sedentarismo y el consumo de tabaco y alcohol son algunos de los principales factores que agravan el problema.

Corazones rotos

Según el doctor Cleeman, cardiólogo de la Escuela Estadounidense de Cardiología y quien participó en las juntas que llevaron a las nuevas medidas, existen dos tipos de pacientes que merecen especial atención. En primer lugar están los de alto riesgo, aquellos que ya han tenido enfermedades cardíacas y sufren de diabetes u otras condiciones que puedan agravar la situación. Ellos poseen un riesgo igual o superior al 20 por ciento de padecer enfermedades cardíacas. En segundo lugar se encuentran los pacientes de riesgo moderado, personas de edad avanzada con presión alta o fumadores, que pueden tener entre 10 y 20 por ciento de riesgo. El estudio recomienda a estos pacientes tomar medicación si su nivel está por encima de 100.

Cleeman también afirmó que esta escala de medición seguirá bajando cada vez más, por lo que, la consigna de los médicos va más allá de respetar los 100 puntos y recomiendan tomar acciones preventivas que reduzcan el colesterol maligno hasta un 30 ó 40 por ciento, es decir, entre 70 y 60 puntos.