'Cof, cof'

El asma es una condición que está aumentando en el mundo. No se sabe la razón exacta pero se manejan dos teorías: el abuso de antibióticos y la hipótesis de la higiene, que sostiene que criar a los hijos en un ambiente muy limpio hace que el organismo se vuelva más susceptible de desarrollar alergias y asma.

Jeff Williams, pediatra galés con amplia experiencia en el tema y quien estuvo en el país participando en el Congreso de Neumología Pediátrica realizado en Cartagena la semana pasada, opina que esta enfermedad deteriora la calidad de vida de los niños. No duermen bien, faltan al colegio y no pueden jugar. "Pregúntele a un niño qué posición tiene en fútbol y le contesta que es portero. Ellos no pueden correr", dice. La familia y el médico deben decidir el tratamiento indicado para mejorar su calidad de vida, que puede variar de un paciente a otro. Lo más importante del tratamiento es que debe ser regular, pero esto no es fácil. A veces los padres no se acuerdan de darle el medicamento al niño. También es frecuente que detengan el tratamiento en cuanto ven que mejora. Williams lo llama control de asma al estilo yoyó porque el mal sube y baja.

El tratamiento puede consistir en atacar los síntomas durante las crisis con broncodilatadores que abren las vías respiratorias. La otra manera es prevenir el asma, para lo cual hay corticoides que se inhalan. El experto asegura que son muy efectivos, pero preocupan a muchos padres por los posibles efectos en el crecimiento. "Nosotros creemos que si se usan en dosis bajas no hay problema". También está la opción de dar un inhibidor de leucotrienos (montelukast sódico), que controlan el proceso inflamatorio de la enfermedad. También es efectivo, no es esteroide y se da en una sola dosis diaria, lo que hace más fácil el tratamiento.

Williams resaltó la importancia de un diagnóstico temprano pues de esta forma el pronóstico de la enfermedad es mejor. "Cuando el niño se trata bien es muy probable que tenga menos problemas de asma cuando sea más grande".