COMO EL ORIGINAL

Utilizando tejido graso de los muslos o el abdomen de la paciente, los cirujanos plásticos reconstruyen el seno extirpado en la mastectomía.

1 de octubre de 1990

Gracias a una novedosa técnica las mujeres que son sometidas a la mastectomía pueden obtener la reconstrucción inmediata del seno extirpado, utilizando tejido graso de sus caderas, muslos o abdomen. El procedimiento que desde hace un tiempo se practica en Colombia no es, sin embargo, muy conocido. "Además de tratarse de un implante permanente y natural, su mayor ventaja radica en que evita el trauma emocional originado por la mutilación", explica el doctor Felipe Coiffman, profesor de Cirugía Plástica de la Universidad Nacional.
Hasta el momento, por lo menos un millar de colombianas se ha sometido a la reconstrucción del seno por esta técnica. Pero no solamente el cáncer mamario o la enfermedad fibroquística son culpables de la amputación del seno. También pueden beneficiarse de esta técnica las mujeres que sufren el síndrome de Poland, es decir ausencia congénita del seno, una malformación más común de lo que se cree y que, según el especialista, se presenta en una de cada 2.500 mujeres. También aquellas que lo han perdido por causa de accidentes, quemaduras o infecciones.
Hasta hace unos años, la reconstrucción quirúrgica del seno se realizaba únicamente por el método de relleno que utiliza bolsas de silicona, Pero la mayoría de las mujeres optaba por disimular la carencia a través de prótesis artificiales. Al contrario de la prótesis, el relleno permite a la mujer movilizarse libremente y lucir en traje de baño; sin embargo, también presenta algunas complicaciones por tratarse de un cuerpo extraño. La idea de realizar implantes con el propio tejido de la paciente surgió hace una década, pero no por iniciativa de los científicos sino de las mismas mujeres. "Fueron las pacientes quienes empezaron a sugerir que se utilizara su propia grasa en lugar de silicona para la reconstrucción del seno", dice el doctor James Grotting, profesor de la Universidad de Alabama, en Estados Unidos, y pionero de esta técnica. La propuesta puso a pensar a los especialistas, quienes para entonces ya habían tomado conciencia de que en la cura del cáncer mamario no bastaba"cortar el mal de raíz" sino que también era importante evitar a la mujer el trauma emocional que representa perder una parte importante de su cuerpo y de su feminidad. Entonces se empezó a estudiar la técnica del autoinjerto.
Los avances logrados en microcirugía abrieron el camino. De la misma forma que los cirujanos logran increíbles resultados en la reimplantación de miembros amputados, el cirujano puede unir arterias y venas para restablecer el flujo sanguíneo en el nuevo seno.
La técnica consiste básicamente en cortar un trozo de tejido que incluye piel grasa y músculo- y que se toma generalmente del abdomen, la espalda o los glúteos- e injertarlo en el pecho. El cirujano moldea la forma del seno y hace incluso una imitación del pezón y la areola, de tal forma que la apariencia sea similar a la del seno normal. "Si la cantidad de piel y grasa no dan el suficiente volumen, se puede aumentar utilizando bolsas de silicona. Obviamente, lo único que no puede la paciente es lactar", señala el especialista. "Pero su apariencia es tan normal, que incluso aumenta o disminuye su tamaño de acuerdo con las variaciones de peso de la paciente" .
Este procedimiento se puede realizar por dos métodos. El primero, llamado injerto músculo-cutáneo, consiste en tomar un trozo de Piel y grasa y conectarlo a un músculo pectoral, a través del cual va a nutrirse. El segundo, llamado trasplante libre, utiliza un trozo de tejido que tiene además una arteria y una vena, las cuales se conectan a otra arteria y otra vena cerca del seno que va a reconstruirse, y a través de estos vasos se restablece la circulación sanguínea en el injerto.
Pero quizás la parte más novedosa de la cirugía de reconstrucción de seno por esta técnica, es que ésta se puede realizar inmediatamente se ha extirpado el seno canceroso, con lo cual se evita a la mujer el doloroso trance de la mutilación. Por ello, aunque la operación aún es desconocida en nuestro medio, los especialistas señalan que el hecho de saber que existe esta cirugía ha llevado a que muchas mujeres a perder el temor ante el diagnóstico de tumores. Un logro importante, si se tiene en cuenta que según las estadísticas mundiales, una de cada 16 mujeres está condenada a sufrir cáncer de seno en alguna época de su vida. Al menos ahora, su curación es menos traumática.
IMPLANTE NATURAL DE SENO
La novedosa técnica de reconstrucción utilizá un trozo de tejido -que incluye piel, músculo y grasa- que es injertado para moldear un nuevo seno. Aunque obviamente la mujer no podrá lactar, la apariencia final es la de un seno normal.