Cortina de humo

Vivir con un fumador aumenta en 30% el riesgo de muerte por cáncer del pulmón y ataque cardíaco

16 de julio de 1990

En la guerra contra el hábito de fumar, un nuevo y contundente argumento viene a acentuar la discrirninación a los adictos a la nicotina, quienes aspiran el humo del fumador corren un riesgo paralelo. Después de años de especulación, los científicos están convencidos de que el peligro no sólo es real sino mucho mayor de lo que se creía.
Un equipo de investigadores ha obtenido evidencia concluyente de que el humo también afecta la salud de las personas que no fuman y se ven obligadas a inhalar los gases tóxicos generados por el fumador, especialmente de la colilla. Se ha comprobado que los fumadores indirectos también mueren por cáncer del pulmón y mucho más por ataques del corazón. Por esta razón, los expertos afirman que el "tabaco ambiental" debe figurar en la lista de los carcinógenos.
El fumar pasivo ocupa el tercer lugar, después del cigarrillo y del alcohol, de las causas prevenibles de muerte. Según los últimos estudios, no cabe duda de que es causa de enfermedades del corazón. Esto se ha podido comprobar por estadísticas y en experimentos de laboratorio. Uno de ellos consistió en exponer a 15 conejos al humo durante 15 minutos por un lapso de 20 días, en cantidades comparables a las que aspiran los hijos de padres fumadores. Los animales desarrollaron daños del pulmón similares a las reacciones asmáticas. Las células en los conductos respiratorios sufrieron procesos degenerativos y sus pulmones se volvieron más permeables, lo cual los colocaba en serio riesgo de adquirir enfermedades pulmonares serias, pues creaba más puntos de fácil acceso para los microbios, contaminantes y toxinas.
El humo del cigarrillo incluye cerca de 43 componentes carcinógenos. Pero existen diferencias entre los componentes del humo que aspiran directamente los fumadores y los del que aspiran indirectamente los no fumadores.
El humo "secundario", que puede venir del cigarrillo de uno mismo o del de un fumador, es una mezcla de gases irritantes y partículas carcinógenas de alquitrán que penetran muy profundamente en los pulmones. Los científicos afirman que a causa de la combustión incompleta de un cigarrillo que se está quemando a fuego lento, el humo "secundario" es más sucio y químicamente diferente del humo principal.
Los estudios confimnan un aumento del 30% en el riesgo de muerte por ataques cardíacos entre los no fumadores que viven con fumadores. Los investigadores han descubierto que los fumadores pasivos producen plaquetas más pegajosas (las plaquetas son esos pequeños fragmentos de la sangre que ayudan a la coagulación), las cuales pueden formar coágulos en las placas de las arterias obstruídas y ocasionar ataques del corazón.
Pero también pueden jugar un papel en el desarrollo de la arteriosclerosis, la causa subyacente de la mayoría de los infartos. Las investigaciones demuestran que los químicos en el humo "secundario" pueden dañar las células del recubrimiento interno de las arterias y así contribuir al desarrollo de placa y arteriosclerosis. Aunque las plaquetas normalmente no se adhieren al recubrimiento interior de las arterias, la adherencia se hace más fácilmente cuando las células del recubrimiento están dañadas. También han demostrado que el fumar pasivo afecta adversamente la función cardíaca, disminuyendo la habilidad de las personas, con afecciones o sin ellas, del corazón, para realizar ejercicios, porque no le llega suficiente oxígeno. En personas con cardiopatías, la disminución de las funciones cardíacas pueden precipitar los dolores de pecho, por angina.
Los investigadores descubrieron que mientras mayor sea la exposición pasiva al humo, mayores son los cambios bioquímicos. Pruebas de sangre de adolescentes cuyos padres fuman, mostraron cambios que aumentan el riesgo de enfermedades del corazón. Los jóvenes, que habían sido expuestos al humo desde su nacimiento, presentaban un aumento en sus niveles de colesterol en la sangre y disminución de los de una proteína que se cree protege contra los infartos.
Estudios recientes sostienen que ser hijo de un fumador aumenta el riesgo de serias y tempranas afecciones respiratorias en los niños, particularmente bronquitis y neumonía. Los especialistas afirman que los niños pueden desarrollar síntomas después de estar expuestos al humo aunque sea por pocos meses. Y esto puede originar un problema grave por la inmadurez de los sistemas inmunológico y respiratorio.
Un estudio pionero que relaciona el fumar pasivo con el cáncer del pulmón confirma que cerca del 30% de las personas que no fuman incrementan el riesgo de desarrollar cáncer si viven con un fumador. Algunos reportes recientes estiman que una tercera parte de las muertes anuales de fumadores pasivos son por cáncer del pulmón. Además de esta enfermedad, los investigadores han relacionado el humo del cigarrillo con el cáncer del cuello uterino, tanto en la mujer fumadora como en la no fumadora.
El humo primario -el del fumador directo- ha sido relacionado con cánceres de la boca, la garganta, las cuerdas vocales, el esófago, la vejiga, los riñones y el páncreas. El secundario -el del fumador indirecto- con cáncer del cerebro, la tiroides y el pecho. Varios grupos científicos están realizando otras investigaciones para determinar si el humo secundario puede causar cánceres que no causa el humo primario.
Estos nuevos descubrimientos han sido la base para las normas que prohíben fumar en los lugares públicos, restaurantes, almacenes, hospitales, escuelas y teatros, trenes y aviones. Aunque hace sólo diez años los científicos se mostraban escépticos sobre la relación entre el cáncer del pulmón y el fumar pasivo, ahora los especialistas tienen evidencia concluyente. Fumar ya no es un placer, sino uno de los atentados más frecuentes contra la salud pública. Y la consigna es: "si no deja el cigarrillo por usted, hágalo por sus vecinos de humo".