¡De una pieza!

Los implantes dentales no son una panacea para todos los casos.

3 de abril de 1989

A la proliferación de "especialistas" que sin ningún respaldo médico anuncia métodos "altamente efectivos" para curaciones milagrosas, hoy se suman "expertos" que realizan implantes dentales. Esta técnica al no ser practicada con todo el rigor y conocimientos científicos, puede acarrear en quienes se someten a dichos tratamientos, gravisimos problemas, por lo demás irreversibles .
Los implantes en odontología no presentan novedad alguna. En Colombia se vienen haciendo desde hace 20 años; sin embargo, en los últimos tiempos han surgido improvisados profesionales en esta área que contabilizan buen número de fracasos por la ausencia de diagnósticos serios y utilización de técnicas poco ortodoxas.
El implante es un elemento que hace las veces de raíz y se utiliza para soportar y remplazar una o varias piezas perdidas. Es elaborado en titanio, metal que no produce oxidación, y es tolerado por el organismo debido a su potencial eléctrico, muy similar al del hueso. Dependiendo del tipo de implante (los hay de diversas formas), la operación consiste en hacer una incisión muy nítida hasta llegar al tejido óseo, despejar el hueso y con fresas especiales practicar perforaciones del tamaño del implante. Luego, éste es colocado, bien sea atornillándolo o ajustándolo a presión. En un lapso de tres a seis meses, el odontólogo observa si el implante ha sido tolerado y el hueso se ha integrado al nuevo elemento. De ser así, continúa el trabajo de restauración o colocación de la prótesis fija. Dicho de manera tan simplista, podría parecer que los implantes solucionan todos los problemas, pero a juicio de los verdaderos especialistas, el tratamiento no es una panacea para todos los casos.
Enrique Mejía, director del Centro de Investigación y Estudios Odontológicos CIEO precisa: "Características óseas y el estado general de salud de un paciente, son factores determinantes para el éxito o fracaso de un implante. Para que tenga éxito se requiere que haya hueso disponible en altura y anchura. Un hueso excesivamente delgado no va a soportar un implante. Si en el maxilar inferior el nervio que lo irriga está muy cerca de donde se va a colocar el implante, existe el peligro de cometer un accidente irreversible: insensibilidad permanente en el área. De igual manera, enfermedades como diabetes, discracias sanguíneas (mala coagulación) o descalcificación ósea, no permiten adelantar el tratamiento porque los riesgos de fracaso son muy altos".
¿A qué podría llamársele fracaso? Simple y llanamente a que la persona perdería el hueso, hecho que ni siquiera permitiría colocarle una prótesis total; dicho en cristiano, caja de dientes. Casos dramáticos llegan a diario a los consultorios de serios odontólogos. Personas a quienes se les ha practicado este tratamiento sin seguir todas las recomendaciones y han perdido el hueso. Existe una última alternativa para dichos casos y es una sustancia que permite tratar de recuperar un "poco" el volumen del hueso, pero básicamente se trata también de un implante con los consiguientes riesgos. Con este método se podría conformar el reborde óseo con el objeto de colocar una dentadura postiza.
Si el proceso se hace en forma correcta, una vez la persona ha aceptado el implante, se procede a la res tauración, trabajo que realizado por personas no capacitadas puede arruinar el tratamiento anterior con las ya conocidas consecuencias. Puede afirmarse que el 50% del éxito en el resultado de los implantes está en la colocación de los diferentes trabajos dentales que los pueden soportar.
La odontóloga Victoria Ruíz, directora del Laboratorio de Prótesis Fija de la Universidad Javeriana, anota: "Contrario a la creencia generalizada, el implante no se utiliza únicamente para el remplazo de una sola pieza. En la mayoría de los casos hace parte del soporte de una prótesis fija que también tiene apoyo en un diente natural y sirve para remplazar dos o más dientes o muelas perdidas". Es fundamental para alcanzar el éxito en el tratamiento, que la persona no sufra trauma oclusal (mala colocación de la dentadura o dicho en lenguaje popular, mala mordida). Una presión o fricción permanentes por dicha causa, va a provocar una reabsorción del hueso, irritación de los tejidos y todo acabará en que el implante empezará a moverse y luego se caerá. Las fuerzas de oclusión deben ir en sentido del eje longitudinal del implante y una buena restauración en hacer que las fuerzas se dirijan en ese sentido .De otra parte, la placa bacteriana es otra grave amenaza en el buen resultado del uso de los implantes, por lo tanto la higiene bucal es primordial .
El sistema de implantes dentales es un tratamiento largo y costoso, pero realizado por especialistas conocedores a fondo de la materia, hoy se presentan en odontología como una eficaz alternativa para quienes han perdido piezas dentales. Sin embargo realizado este proceso por personas no idóneas, puede resultar doblemente largo y costoso, pero sobre todo, doloroso por las fatales consecuencias que trae consigo.-