EL SEGUNDO AIRE

Por primera vez se ensaya un pulmón artificial portátil.

5 de marzo de 1990

El primer paso en la búsqueda del pulmón artificial permanente ha sido dado. Un dispositivo que suministra oxígeno y expulsa el gas carbónico de la sangre empezó a ser probado en humanos la semana pasada. El oxigenador intravascular o Ivox, como se le conoce, es insertado en una vena principal, donde puede permanecer por cerca de una semana, facilitando el trabajo de los pulmones durante el proceso de recuperación.
Cientos de miles de pacientes de episodios agudos de falla respiratoria podrían beneficiarse con este nuevo avance. Y si las cosas resultan como se espera, los científicos emprenderán el camino para obtener un pulmón artificial permanente, que sería la solución para millones de personas con afecciones pulmonares y respiratorias crónicas.
Las pruebas iniciales se estan realizando en 10 pacientes de cuatro hospitales de los Estados Unidos. El dispositivo, que trabaja a media marcha de una respiración normal, puede proporcionar un impulso salvador a quienes se recuperan de fallas respiratorias, ayudandoles a superar la crisis.
Su apariencia es la de una masa de espaguetis. Contiene cientos de delgados tubitos de polipropileno, recubiertos con silicona y dotados con poros minúsculos, lo cual permite el intercambio de gases de la sangre de la misma forma que sucede en las membranas naturales del pulmón humano. Un recubrimiento especial impide la formación de coágulos. El proceso se realiza a través de una bomba de vacío, por fuera del cuerpo, que permite crear la succión para llevar oxigeno y extraer el gas carbónico a través de tubos adicionales.
Cientos de estos tubos -que tienen el espesor de un cabello- se deslizan dentro de una vena de la ingle o el cuello hasta alcanzar la principal, la vena cava, que en el pecho y en el abdomen tiene cinco centímetros de diámetro.
En el normal intercambio de gases en la sangre, las células extraen el oxígeno a medida que esta círcula hacia los pulmones, a través de la vena cava, donde se efectúa el intercambio: provisión de oxígeno y expulsión de gas carbónico. Lo que el dispositivo hace es intercambiar esos gases antes de que la sangre llegue a los pulmones, supliendo con sangre limpia los pulmones intermos, lo que acelera el proceso de curación del paciente.
El oxigenador intravascular es la última respuesta a viejos intentos por proveer oxígeno al cuerpo. En los últimos 40 años se han desarrollado máquinas que hacen el intercambio fuera del organismo: a la sangre drenada se le agrega oxígeno y vuelve a bombearse. Pero estas terapias resultan altamente costosas y requieren de un equipo especial de monitoreo y de drogas que reduzcan el riesgo de formación de coágulos. El nuevo dispositivo hace el proceso mucho más sencillo y menos costoso.¿Pero es igualmente seguro? Los experimentos realizados hasta ahora en animales han demostrado que la técnica no impide la normal circulación de la sangre, ni daña los órganos. Pero no siempre los dispositivos exitosos en animales lo son en humanos. Ahora se intenta probar su seguridad. Para el experimento se escogieron pacientes que no pueden vivir sin ayuda de un respirador artificial y cuyas expectativas de sobrevivencia son de menos del 10%. Aunque no se espera prolongarles la vida, si se podrá determinar si el dispositivo afecta la circulación de la sangre o los tejidos. Mientras se inserta el oxigenador, los médicos miden el nivel de gases de la sangre y determinan su funcionamiento. Si se comprueba que es seguro, el experimento se extenderá a otros 100 pacientes antes de que su utilización médica sea autorizada.
En los últimos años se han realizado muchos intentos de llevar oxígeno directamente a los vasos sanguíneos pero hasta el momento las pruebas han fallado porque las burbujas de aire bloquean las arterias o llegan al pulmón. Otra serie de métodos necesitan altas presiones que pueden generar lesiones en el pulmón. Aunque el éxito del oxigenador intravascular no significa que se haya llegado a la etapa en la cual se pueda remplazar el pulmón, sí constituye una valiosa ayuda para quienes se recuperan de fallas respiratorias resultantes de la inhalación de humo, agentes nocivos drogas, neumonías severas o secuelas de otras enfermedades. Y es, sin duda, una solución relativamente simple y poco costosa para un problema médico mayor.