HABRA FUTURO

Al igual que los agentes secretos de las películas de espionaje, los científicos han conseguido infiltrarse en la celula cancerosa. Este nuevo logro en la lucha contra el cáncer, particularmente prometedor, ha sido realizado "in vivo" por un equipo de investigadores intemacionales. Gracias a un derivado de la vitamina A, las celulas cancerosas transportadas por la sangre son poco a poco transformadas en glóbulos blancos normales.

Esta victoria científica es fruto de un largo trabajo de tres "agentes secretos" de la ciencia: el especialista israelí Léo Sachs, el científico chino Wang Zeng Yi y el hematólogo francés Laurent Degos. El antecedente de este trabajo fue la demostración, en laboratorio, de que era posible hacer dar marcha atrás a lo hasta entonces irreversible: un tipo de celulas tumorales. Un descubrimiento colosal, realizado entonces "in vitro" para una grave y rebelde forma de cáncer de la sangre, la leucemia aguda promielocítica.

En el organismo, las celulas de los diversos órganos son producidas a partir de la multiplicación de una celula-matriz. Las celulas resultantes deben madurar y diferenciarse, especializandose para desempeñar una tarea específica. Después mueren, sin descendencia, y otras, obtenidas por el mismo proceso, vienen a reemplazarlas. Las celulas cancerosas, en cambio, se quedan en ese estado de reproducción, sin madurar y sin atravesar jamás al estado de diferenciación. Por eso se multiplican infinitamente. La idea de convertir en celulas "buenas" las malignas, no es nueva. De hecho, a fines de los años 70, los investigadores habían buscado bloquear esa multiplicación por medio de la quimioterapia. Se pensaba que, proporcionandoles el medio para madurar, pasarían el siguiente estado, dejando de reproducirse. El exito fue obtenido entonces en laboratorio.

Esos resultados -obtenidos "in vitro" por el famoso científico israelí Leo Sachs fueron intentados ahora en un organismo vivo. Pero el equipo se enfocó esta vez, no a frenar la multiplicación de las celulas, sino a obligarlas a diferenciarse.
Hace cinco años se descubrió que un derivado de la vitamina A -el acido tout-transretinoíco lograba que las celulas tumorales de pacientes víctimas de este tipo de leucemia pasarán al estado siguiente al de reproducción.
Gracias a esa sustancia los globulos blancos llegan a alcanzar la maduración y retoman una evolución normal. Entonces, el paso a la experimentación humana parecía posible. Sin embargo, había un problema: el acido utilizado por los investigadores no es fabricado industrialmente.

Fue entonces cuando, por azar, intervino en la investigación el profesor Zeng Yi, de la facultad de Medicina de Shangai. Como en su país la quimioterapia tradicional no puede ser practicada por razón de los altos precios, el científico se comprometió ha obtener la forma de fabricarlo. En octubre pasado, el grupo de investigadores obtuvo el permiso por parte del comité de ética para iniciar su experirnentación en pacientes graves.
Tres meses después de haber iniciado el tratamiento, la salud de un buen numero de ellos había mejorado en forma espectacular. El microscopio mostraba la evolución de las celulas malignas de la enfermedad.
Ante sus ojos, el "milagro" se produjo. Cinco días después de iniciado el tratamiento, ya las celulas habían comenzado su metamorfosis.
Los signos de malignidad se esfumaron y el retorno a la normalidad se efectuó de uno a tres meses. Al término del estudio, en enero de este año, en la mayoría de los enfermos a los que se les había aplicado la droga no había en su sangre más que celulas sanas. Las celulas malignas habían madurado y al diferenciarse, habían terminado por morir, como sucede con las celulas normales. Aunque el tratamiento ha demostrado su eficacia, los investigadores aún no pueden cantar victoria. En muchos pacientes todavía quedan algunas celulas-matriz, que se resisten al tratamiento. Pero el gran paso ha sido dado. En el futuro, los investigadores esperan encontrar otras sustancias capaces de revertir todos los tipos de leucemia y todos los tumores malignos. Porque, sin minimizar su exito, lo cierto es que este tipo de leucemia no representa sino el 10% de los cánceres de sangre. Pero con la investigación de sustancias capaces de hacer regresar químicamente a las celulas cancerosas, el camino para convertir químicamente el mal en bien ha sido encontrado. -