salud

La batalla de la ciencia

Este año hubo avances médicos que despiertan grandes esperanzas.

Juana Salamanca y Lisbeth Fog. Periodistas dedicadas a divulgar ciencia, tecnología y educación.
15 de diciembre de 2007

Vacuna contra el Virus del Papiloma Humano

Este virus, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, mata a 800 mujeres diariamente. Durante 2007, el descubrimiento y la comercialización de dos vacunas contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), dio esperanza.

Sin embargo, se trata de un logro parcial, porque estas dos vacunas previenen contra unos pocos de los 100 tipos de VPH, algunos de ellos causantes del cáncer de cuello uterino. Una de las vacunas protege contra cuatro tipos de VPH (6, 11, 16 y 18); la otra ataca dos tipos: VPH 16 y 18, los responsables del 70 por ciento del cáncer cérvico uterino.

Células madre, no embrionarias

La reprogramación de las células de la piel humana para transformarlas en células madre resuelve, por lo menos en parte, el debate ético planteado por el uso de células madre producto de embriones humanos, en investigación y tratamientos médicos.

La capacidad de las células madre para auto renovarse y producir todos los tejidos que integran el cuerpo humano ofrece un espectro gigantesco de posibilidades terapéuticas. No obstante, los desarrollos en esta área hallaban un obstáculo impuesto por quienes se oponían a la utilización de embriones humanos en la obtención de las células. A partir de ahora, seguramente se favorecerá la investigación dirigida a reparar o producir tejidos u órganos del cuerpo humano.

Un submarino que corre por la sangre

En 2007 se hizo realidad la utilización de nanopartículas que, dirigidas por control remoto, recorren el torrente sanguíneo para llegar al lugar donde hay tumores cancerígenos. Luego, pueden cumplir dos funciones: confundirse con las células malignas y ayudar a visualizar los tumores con imágenes de resonancia magnética o llegar con el remedio y aplicar la quimioterapia localmente.

Sobre enfermedades autoinmunes

Parece ser que las enfermedades autoinmunes tiene un origen común. Lo único que cambia es cómo se expresa esa enfermedad, dependiendo del órgano afectado: en el caso de la diabetes, es el páncreas; si la afección es el hipotiroidismo, es la glándula tiroides; si es lupus, es el propio sistema inmune; si es artritis reumatoide, son las articulaciones.

Así lo informó este año la Unidad de Biología Celular e Inmunogenética de la Corporación para Investigaciones Biológicas (CIB) en Medellín, grupo dirigido por el reumatólogo Juan Manuel Anaya.

Hay genes que comparten diferentes enfermedades, y otros que son específicos. "Es la combinación de ambos genes lo que produce la enfermedad", explicó Anaya. Al conocer esta cualidad, los investigadores pueden identificar las moléculas que activan las enfermedades, lo que las convierte en blancos terapéuticos fáciles de combatir.

Hay más de 80 tipos de enfermedades autoinmunes y cada una de ellas presenta síntomas distintos. Suceden cuando las células del sistema inmunitario atacan las mismas células del propio cuerpo, en lugar de combatir los microorganismos que lo invaden (virus o bacterias).