La dieta de la edad

Es posible que, en asuntos de comida, usted ya no esté para ciertos trotes.

16 de octubre de 1989

La disciplina estomacal es garantía de salud. Después de cierta edad, cambie su régimen alimenticio. Hágalo tres veces en la vida y no tendrá que soportar jamás el desencanto de unas llantas fuera de lugar, de una línea curva abdominal, de un corazón agobiado por el colesterol. Esta es, por lo menos, la última recomendación práctica de expertos como el doctor Irwin Rosenberg, director de Investigaciones sobre Nutrición de la Universidad de Tufts en Estados Unidos.
"Con el tiempo -dice Rosenberg- el cuerpo humano necesita menos calorías y más proteínas. Porque mientras envejecemos nos ocurren dos cosas: nuestro porcentaje de grasas se va elevando y el volumen de nuestras carnes firmes tiende a disminuir".
Las cifras de la Academia Nacional de Ciencias en Washington sirven aquí. Desde los 23 hasta los 50 años, un hombre requiere en promedio 2.700 calorías diarias. Este porcentaje desciende a 2.400 cuando su edad oscila entre los 51 y los 75. Después, 2.050 calorías al dia le bastan. Durante esas mismas tres etapas, las mujeres necesitan 2.000, 1.800 y 1.600 calorías, respectivamente.
TODO A SU TIEMPO
Los niños, que derrochan grandes cantidades de energía en su crecimiento, así como las mujeres en estado de embarazo o de lactancia, necesitan ingerir muchas calorías. Los demás, no tanto. Beth Thorson, nutricionista del Hospital Santa Lucía, en la Florida, explica que de los alimentos que consuman en su juventud depende en buena parte la salud de las personas en la vejez. Cada edad tiene su dieta.
- Entre los 18 y los 35 años hay que consumir panes enteros de trigo, además de vegetales, tubérculos y frutas ricos en vitaminas, como tomates, zanahorias, papas, limones, bananos, manzanas, cerezas, lechuga, fresas y duraznos. La carne de res magra es fuente excelente de proteínas, pero no debería ser la única. Se sugiere la carne de pollo sin pellejo, el pescado cocido y horneado y dos o tres huevos por semana. Las pastas son un excelente sustituto proteínico. Evite en lo posible los alimentos fritos, el alcohol y los dulces. Hágase siempre chequeos de su presión sanguínea y de sus niveles de colesterol.
Las mujeres jóvenes deberían ingerir a diario entre 800 y 1.200 miligramos de calcio, para evitar la osteoporisis, el debilitamiento de los huesos. Se recomiendan la leche descremada, los quesos de poca grasa y las verduras.
- Entre los 36 y los 65 los vegetales frescos y las frutas juegan su papel de mayor importancia. Reduzca las comidas fritas, la carne de res, los huevos y otros productos que posean altos niveles de colesterol. Vuélvase adicto a la ensalada sin salsas aceitosas, a los vegetales frescos y al vapor, a la gallina, al pato, al pescado cocido y a la pasta.
YA NO ES LO MISMO...
Con la edad, nuestro sistema digestivo no trabaja tan bien como antes. Hágalo poco a poco: aumente la fibra y reduzca las grasas. Consuma alcohol y cafeína en forma moderada porque pueden afectarle el sueño, la digestión, la salud en general.
Los doctores Rosenberg y Thornson sostienen que para la gente de edad madura y para los ancianos es importante el consumo de vitaminas y de minerales porque previenen el desarrollo de ciertos desórdenes mentales, incluyendo la demencia. Estudios recientes señalan que una deficiencia de vitamina B-12 y ácido fólico puede, por ejemplo, causar cambios neurológicos que antes habían sido apenas considerados como parte del crecimiento.
Si se siguen restricciones dietéticas por presión alta o problemas cardiovasculares, deben reducirse no sólo los niveles de colesterol sino las cantidades de sodio. Esto significa menos alimentos procesados y menos productos con alto nivel de grasa como los derivados de la leche y la carne de res.
Después de los 65 hay que seguir vigilando el consumo de calorías. Las comidas deben ser balanceadas, pero más pequeñas. Un menú diario alto en fibra, para ayudar la digestión.
Alimentos excelentes en este sentido son las manzanas, el apio, las alverjas, el maíz, las nueces, las peras, los frijoles y el salvado. Coma carne de res con mucha moderación. Recuerde los sustitutos: pastas, vegetales, pollo y pescado hervido o al horno. Ahora usted debe nutrirse. No olvide que buena parte de los tratamientos de salud, de los regímenes de adelgazamiento y de tanto programa de ejercicios no son sino correcciones a un orden de disciplina estomacal que desde pequeño el sujeto del abdomen curvo no quiso meterse de una buena vez en la cabeza.