medicamentos

La super píldora

Un grupo de científicos británicos proponen una sola pastilla para prevenir la enfermedad coronaria.

7 de julio de 2003

Muchas personas en riesgo de contraer enfermedad coronaria desearían que, en lugar de preocuparse por el ejercicio, el cigarrillo, las grasas y la presión arterial, sólo tuvieran que tomar una pastilla que prevenga los infartos y derrames cerebrales. Pues la semana pasada dos científicos británicos anunciaron que ese sueño es posible gracias a la creación de un megamedicamento. Se trata de una droga que sería prescrita para todas las personas mayores de 55 años, sin importar si tienen o no riesgo de un ataque o un derrame. Los científicos bautizaron su invento como polypill (polipíldora) porque contendría más de un fármaco de los que hoy se usan regularmente para este tipo de problemas. Por lo tanto entre los ingredientes no podría faltar una sustancia activa basada en estatinas que reduce los niveles de colesterol. También tendría tres tipos de medicamentos que controlan la presión arterial más ácido fólico para reducir la homosisteína, un nuevo factor de riesgo para enfermedad coronaria. El último de los convidados sería la aspirina, que desde hace un tiempo es considerada una herramienta importante para prevenir la formación de coágulos en las arterias y adelgazar la sangre. "Ninguna otra medida preventiva tendría el impacto de la polipíldora", dijo Nicholas Wald, de el Wolfsson Institute of Preventive Medicine, quien dirigió la investigación.

Los autores del estudio, publicado en el British Medical Journal, aseguran que quien tome esta píldora bajará los riesgos de un derrame en 80 por ciento y que un tercio de los que se sometan al régimen ganarán 11 años de vida totalmente libres de problemas coronarios.

Aunque la idea suena fascinante para la población en general, la comunidad médica no demoró en poner el grito en el cielo. El doctor Roberto Bonow, presidente de la American Heart Association, manifestó que es una falta de responsabilidad pues con una píldora que aparentemente lo soluciona todo dejarían a un lado la prevención de otros riesgos, como falta de ejercicio, sobrepeso y tabaco. Los médicos por eso recomiendan que, si la polipíldora se llegara a producir algún día, las campañas preventivas deben continuar para que la gente siga sosteniendo un estilo de vida sano. También surgió la preocupación de que al ser suministrada a toda la población algunos serían tratados por problemas que no tienen pues no todo el mundo desarrolla los mismos factores de riesgo.

Otros se mostraron atraídos por la idea pero piensan que antes de producirla hay que debatir a fondo los posibles efectos secundarios de tomar una droga que en el fondo contiene seis principios activos. Ese factor ya ha sido calculado por los científicos y para Wald los efectos no deseados son mínimos: sólo los sufrirían entre 8 y 15 por ciento de los que tomen la polipíldora. Advirtió que quienes tienen sensibilidad extrema a la aspirina no podrán beneficiarse del medicamento. "En todo caso debe someterse a todos los estudios de rigor, como sucede con cualquier nuevo medicamento", dice Charles George, director médico de la British Heart Foundation.

De ser una realidad la píldora sería puesta a disposición no sólo en los países industrializados sino en los del Tercer Mundo, donde más impacto puede llegar a tener. Sólo en Gran Bretaña se estima que salvaría 200.000 vidas. La píldora estaría disponible en cinco años, contando con la gestión de Wald para conseguir la financiación correcta para que sea una realidad.