LA TESTOPAUSIA

Los endocrinólogos están pensando que a los hombres, después de los 50, les vendría bien un suplemento hormonal.

17 de agosto de 1992

LA TESTOPAUSIA
CUANDO LOS SIcólogos ingleses, Anthea Linacre y Derik Bowskill, publicaron en 1978 su libro "La menopausia masculina", lo único que lograron sacar de la comunidad científica fue una leve sonrisa. Para muchos, el tema era sólo un invento de las revistas femeninas. Ahora, sin embargo, hay quienes sostienen que la tesis no es tan descabellada. Armados con nuevas herramientas, que permiten una visión mas exacta de los cambios hormonales que con la edad se suceden en el organismo masculino, hoy más que nunca antes se aprecia un interés en determinar si existe un síndrome clínico asociado con la disminución en la producción de hormonas.
Los endocrinólogos saben que hacia los 50 años, el hombre tiene menos testosterona en su organismo de la que tenían a los 25. Esto no puede compararse con la menopausia femenina porque lo que ocurre en la mujer es un repentino cambio en los niveles hormonales, mientras en el hombre es una declinación gradual.
Lo que interesa a los andrólogos es tratar de descubrir las implicaciones de estos sutiles cambios hormonales. Los estudios señalan que, después de los 40 años el cuerpo del hombre se atrofia un cinco por ciento cada década y culpan de ello a las hormonas. La pregunta que surge entonces es: ¿Deberían los hombres, como las mujeres, tomar suplementos hormonales? Dos hormonas: la testosterona y la del crecimiento, están en la mira de los científicos. Se sabe, que aunque sus niveles empiezan a declinar a los 40 años, esta disminución sólo adquiere significado 10 o 20 años después. El investigador norteamericano Frank Kaiser, de: la Universidad de Sain Louis, encontró en un estudio sobre un centenar de hombres en los 5O y 60, que una cuarta parte de ellos presentaban niveles de testosterona por debajo de los límites hormales, y un tercio de ellos tenía deficiencias de la hormona del crecimiento. Estos niveles bajos, consecuencia de una gradual disminución de la producción diaria de la hormona a medida que el hombre envejece, es conocida como la andropausia. Pero también podría hablarse de testopausia (testosterona) o somatopausia (en el caso de la hormona del crecimiento).
La cuestión es si estos bajos niveles en los exámenes de laboratorio tienen repercusiones emocionales en su vida adulta. La mayoría de los expertos coinciden en que un cambio químico en el organismo, por insignificante que sea, tiene alguna clase de efecto biológico y emocional. Pero como en los hombres el cambio no es tan dramático como en las mujeres, los efectos pueden ser más sutiles. Pero los hay. Algunos estudios sugieren una relación entre niveles muy bajos de testosterona y la disminución de la fuerza y la masa muscular y del instinto sexual. Sin embargo esto no puede generalizarse porque han sido casos de pacientes con disminuciones hormonales dramáticas, relacionadas con enfermedades crónicas. De otra parte, un nivel bajo de testosterona no es el culpable de la mayoría de los casos de impotencia o pérdida de la libido. Usualmente hay otras causas más obvias, como obstrucciones en los vasos sanguíneos o daño nervioso, que puden afectar el desempeño sexual.
No obstante, algunos investigadores temen que una caída en los niveles de testosterona pueda ser suficiente para inhibir el instinto sexual o debilitar los huesos. El doctor Jeffrey Jackson, investigador de la Universidad de Texas, asegura que los hombres con bajos niveles de testosterona tienen seis veces más riesgo de sufrir facturas que aquellos con niveles normales.
Esto suena prometedor, pero como todo tratamiento hormonal, una terapia no estaría libre de efectos secundarios. Se han visto que el suplemento de estrógeno y progestinas en las mujeres posmenopáusicas, disminuye el riesgo de enfermedad cardiovascular y ayuda a prevenir la esteoporosos y aminora síntomas como las molestas oleadas de calor y la sequedad vaginal.
Pero también aumenta el riesgo de cáncer de seno. Algunos investigadores piensan que en el hombre un suministro de testosterona podría aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer particularmente el de próstata. Pero los científicos están dispuestos a investigar los pros y los contras. Y posiblemente en un futuro cercano, los cincuentones tendrán una terapía hormonal de reemplazo, que les ayude a sobrellevar en la mejor forma posible el trance de la vejez.