infecciones

Las olvidadas

Algunas enfermedades de transmisión sexual, como la sífilis, ya no se reportan ni se controlan. Por eso están en aumento.

1 de diciembre de 2002

Cuando Claudia Pérez vio la lista de exámenes que su médico de cabecera le había recetado quedó aterrada. Había consultado a su especialista para ver cómo se trataba un problema respiratorio pero no entendía por qué éste le pedía que se hiciera exámenes de sífilis, herpes y otras enfermedades de transmisión sexual. El doctor le explicó que era una medida que estaban promoviendo ante el evidente aumento de este tipo de infecciones.

La preocupación es generalizada. "En la consulta diaria hemos visto que el número de parejas por año ha aumentado y que al mismo tiempo la protección ha disminuido", afirma Elena Trujillo, médica familiar. Las autoridades de vigilancia y control epidemiológico también están sorprendidas aunque las cifras que manejan son desconcertantes. Por un lado enfermedades como hepatitis B, sífilis congénita y, por supuesto, el VIH van en aumento. Por otro, las enfermedades de transmisión sexual ulcerativas y secretantes, como gonorrea, herpes, clamidia y candidiasis, entre otras, muestran una tendencia negativa. Sin embargo los expertos sospechan que el panorama que muestran las estadísticas es muy lejano de la realidad. Según Jacqueline Acosta, coordinadora del programa ITS-VIH/sida en el Instituto Nacional de Salud (INS), hay sospechas de que las Infecciones de Transmisión Sexual -ITS- han aumentado pero hay un subregistro debido a que no se reportan. En cierta forma esto se debe a que las campañas se han enfocado a las enfermedades que tienen mayor impacto económico y social, como el VIH y la hepatitis B. "A las otras los médicos no las están reportando", dice Acosta.

Muchos de ellos no detectan actitudes de riesgo en sus pacientes para exigirles este tipo de exámenes. En el caso de la sífilis congénita uno de los obstáculos es que no se ha logrado que las embarazadas tengan un control prenatal efectivo. De esta forma el problema se detecta sólo cuando nace el bebé, lo cual puede ser demasiado tarde.

La mayoría de exámenes de las ITS se practican en pacientes que resultan seropositivos pues por lo general el VIH viene acompañado de otra enfermedad de transmisión sexual. "Pero no se está haciendo lo mismo con otros pacientes que, aunque no tienen VIH, sí muestran un comportamiento riesgoso ya sea porque tienen compañeros múltiples o no usan el condón", dice el médico infectólogo Guillermo Prada.

El peligro con estas enfermedades es que potencian la infección por VIH, sobre todo el herpes, pues es una enfermedad crónica para la cual no existe tratamiento. "Se estima que hay entre cinco y 200 veces más riesgo de infectarse con este virus si la persona tiene una úlcera genital o un flujo vaginal", afirma Franklin Prieto, coordinador del programa de eliminación de la sífilis congénita en el INS.

Con este programa el Instituto está tratando de educar a los médicos para que identifiquen grupos de riesgo. No se trata solamente de las trabajadoras sexuales o de los usuarios de drogas intravenosas sino también los considerados monógamos seriados, aquellos que tienen novia fiel durante un mes, luego pelean, se consiguen otra novia, y así sucesivamente, pero con ninguna de ellas se protegen. Hasta cierto punto los que tienen parejas estables también son vulnerables "porque los que tienen múltiples parejas son más precavidos y se protegen. Los otros terminan en situaciones riesgosas ingenuamente porque no lo tienen claro o no saben cómo negociar una sexualidad más segura con sus parejas", dice Acosta.

La otra parte del proceso que quiere adelantar el Instituto es promover el acceso a atención médica y recibir un tratamiento adecuado y oportuno. En la práctica, según Elena Trujillo, los infectados consultan el caso a los empleados de las farmacias o simplemente se dejan aconsejar por sus amigos. Otros prefieren no tener tratamiento porque la sociedad juzga con rigor estas enfermedades. Dependiendo del tipo de personalidad del individuo que la tenga una ITS puede afectar la autoestima y las relaciones con la pareja debido a que todavía tiene un estigma social y se relaciona con múltiples compañeros y promiscuidad.

El problema de dejar esta enfermedad sin tratamiento es que los síntomas pueden desaparecer y aparentemente la persona se siente curada pero la verdad es que dentro del organismo la infección sigue evolucionando y causando daños que a largo plazo pueden llegar a ser mortales.

Aunque las campañas para prevenir el VIH/sida, la hepatitis B y la sífilis ayudan a mantener a raya las otras enfermedades de transmisión sexual, los expertos consideran que cada cual debería hacer un examen de conciencia y si está en una situación de riesgo se lo diga a su médico para que pueda ser diagnosticado y tratado. Pero, sobre todo, para que logre asumir una conducta sexual más segura.