Marcapasos cerebral ayuda a casos de Parkinson

6 de enero de 2009

Con información de AP

Los pacientes de la enfermedad de Parkinson a quienes les implantaron electrodos en el cerebro mejoraron sustancialmente más que los que sólo tomaron medicamentos, según el mayor experimento hasta la fecha de estimulación cerebral profunda.

El estudio, que observó a los pacientes durante seis meses, ofrece las noticias más alentadoras para los que padecen Parkinson. La nueva técnica redujo los temblores, la rigidez y la sacudida de los miembros y permitió a los sujetos moverse más libremente durante casi cinco horas más por día.

Pero la investigación también reveló riesgos mayores a lo anticipado. Un 40 por ciento de los pacientes que recibieron esos "marcapasos cerebrales" padecieron serios efectos secundarios, incluyendo un número sorprendente de caídas con lesiones.

"Tuvimos un paciente que se sintió tan bien que subió a reparar su tejado, se cayó y se fracturó ambas piernas", dijo el autor principal Fran Weaver, del Hospital Hines para Veteranos, en las afueras de Chicago. "Los pacientes están sintiendo tal mejoría que se olvidan de que tienen Parkinson".

Esa enfermedad no tiene cura. Los pacientes sufren de temblores cada vez más intensos y periódicamente de rigidez en los miembros a medida que su cerebro deja de producir dopamina, una sustancia química necesaria para los movimientos. Pueden tener dificultades para caminar, hablar y escribir, y suelen luchar contra la depresión.

Los tratamientos usuales incluyen fármacos para estimular la producción de dopamina. Pero con el tiempo, los medicamentos pueden producir movimientos temblorosos que son tan preocupantes como los de la enfermedad que combaten.

Con el sistema de la estimulación cerebral profunda, que fue aprobado por la Administración de Alimentos y Medicinas en el 2002 para el Parkinson avanzado y que se ha practicado en miles de pacientes, un cirujano implanta electrodos en el cerebro, que después se conectan con un dispositivo parecido a un marcapasos que puede ajustarse, encenderse y apagarse. Ese mecanismo, implantado debajo de la clavícula o en el abdomen, envía pequeños impulsos eléctricos al cerebro para desactivar las células nerviosas hiperactivas.

Las nuevas conclusiones son publicadas en la edición del miércoles de la revista de la Asociación Médica Estadounidense. Los investigadores estudiaron a 255 pacientes de Parkinson avanzado en siete hospitales de veteranos y seis universitarios. A los pacientes se les asignó al azar la intervención quirúrgica junto con la medicación estándar, o la medicación sola.