MUERTE EN LA CUNA

Surge una luz de esperanza en el estudio del misterioso "síndrome de muerte súbita".

27 de marzo de 1989

Es uno de los dramas de la medicina pediátrica. El bebé, aparentemente sano, muere en el transcurso de la noche. Estos casos, por fortuna excepcionales, desvelan desde hace varias décadas a los especialistas. Se trata del "síndrome de muerte súbita". Los investigadores aún tratan de buscar una explicación a este extraño mal que afecta al niño mientras duerme y hace que, repentinamente, deje de respirar y muera.
El "síndrome de muerte en la cuna" representa para la medicina un reto particularmente complejo ya que, en este caso, no se presenta ningún síntoma y, por lo tanto, es imposible prevenirlo. Aunque estos dramáticos casos se presentan en forma excepcional, desde los años sesenta son un tema que inquieta a los investigadores, quienes han formulado diversas teorías sobre sus causas. Estudios realizados recientemente en los Estados Unidos parecen dar una luz de esperanza al demostrar que éste puede ser ocasionado por una malformación del cerebro.
Inicialmente se pensó que el origen podría estar en una deficiencia de vitamina C. Poco después, algunos especialistas aseguraron que podía culparse a la tiroides hiperactiva pero otros señalaban que se debía a una debilidad cardíaca o a desórdenes sanguíneos. En los años setenta los especialistas creyeron encontrar la explicación en problemas relacionados con el aparato respiratorio, y concentraron sus estudios especialmente en la apnea -un trastorno en el cual la persona deja de respirar.
Los pediatras recomendaban entonces, el uso de monitores en las habitaciones de los pequeños para controlar su respiración. Sin embargo, con el tiempo esta teoría se vino abajo. Los últimos estudios, aunque todavía no existe absoluta certeza, señalan que el "síndrome de muerte en la cuna" puede ser originado por una malformación del cerebro. Algunos investigadores creen que esta malformación puede estar localizada en el centro cerebral que controla los patrones de sueño y aprendizaje. Otros están analizando los centros que controlan ciertas funciones específicas, como los músculos de la lengua o la regulación de la temperatura corporal.
Los expertos que culpan al centro cerebral que controla los patrones de aprendizaje, afirman que los reflejos que inicialmente son naturales y que son los que permiten al bebé, por ejemplo agarrar una mano, se vuelven eventualmente voluntarios. El doctor Lewis Lipsitt, director del Centro de los Estudios de la Niñez en la Universidad de Brown, Estados Unidos, explica que "estos reflejos incluyen algunos aspectos de la respiración. Así como los bebés aprenden a carraspear, es necesario que aprendan también a defenderse de problemas respiratorios".
Por su parte, los investigadores de la Universidad de Pensilvania han encontrado que la causa puede estar en un menor número de células nerviosas en el centro cerebral que controla la lengua. La muerte puede ocurrir cuando la lengua obstruye los canales de respiración. Aunque aún no existe una explicación completa y los expertos parecen no ponerse de acuerdo, hay varios aspectos del síndrome que si están claros:
- La calidad del cuidado prenatal tiene poco que ver con las probabilidades de que el niño experimente este síndrome. A pesar de que un bebé de bajo peso cuya madre no ha recibido los cuidados prenatales adecuados se considera que tiene un alto riesgo de sufrirlo, tres cuartos del número de bebés que lo experimentan, son hijos de familias de altos recursos cuyas madres han recibido un cuidado prenatal adecuado.
- El "síndrome de muerte súbita" es más frecuente en los hombres que en las mujeres.
- El síndrome no es hereditario.
- La gran mayoría de bebés que han muerto a causa de este síndrome, han tenido gripa o catarro previamente.
- La mayoría de los bebés mueren entre la medianoche y las nueve de la mañana.
- Los bebés de carácter pasivo, que lloran poco y hacen pocos ruidos, parecen ser más vulnerable a este síndrome.
A pesar de que todavía quedan muchas dudas acerca de la naturaleza del síndrome de muerte súbita, es probable que este nuevo enfoque en la investigación lleve a los médicos a encontrar, muy pronto, la forma de prevenirlo.