NO ES "CUENTO CHINO"

Con un misterioso ungüento de hierbas, un médico chino revoluciona el tratamiento de quemaduras.

30 de julio de 1990

El tema ha conmocionando a la comunidad científica especializada en quemaduras. Con el argumento de que en el pasado se han tratado más las complicaciones derivadas de las quemaduras que el tejido mismo, el doctor Xu Rongxiang, director del Centro Nacional de Quemados en Pekín, China, está removiendo las viejas teorías con un tratamiento de su propia cosecha. Un milagroso unguento que regenera la piel.

A pesar del avanzado desarrollo en las técnicas de implantes e injertos en la piel en las últimas décadas, el tratamiento inicial del recién quemado continúa siendo uno de los más sensibles y prolongados vía crucis de la medicina moderna. El padecimiento, considerado el más doloroso, de larga recuperación y apto para las infecciones, es causa en muchos casos de altas tasas de mortalidad, y sigue siendo uno de los más aflictivos problemas de la medicina. Sólo en Bogotá, el Hospital Simón Bolívar -el servicio que más pacientes quemados maneja- mantiene treinta camas ocupadas permanentemente. El Hospital Infantil "Lorencita Villegas de Santos" mantiene 15 camas, a un promedio de 25 días por paciente y a un costo aproximado de 16 mil pesos diarios.

El planteamiento del doctor Xu representa una novedosa concepción en el tratamiento de las quemaduras. Más que tratar la herida misma, se debe, según el médico chino, nutrir la piel para que ésta restaure por sí misma el tejido. Puesto que aún no se ha patentado, se desconocen exactamente los componentes, pero se sabe que se trata de un emplasto que contiene variedad de semillas, miel y aceites naturales, que devuelven los nutrientes a la piel afectada.

En Colombia, las terapias más generalizadas en los pabellones de quemados son el "tratamiento cerrado", que supone la aplicación de unguentos y cremas, sumadas a la colocación de vendajes, medida que si bien hace sentir al paciente más confortable, tiene la enorme desventaja de someterlo a frecuentes y dolorosas curaciones. El "método abierto", que deja expuesta al aire la zona quemada, incluye también la aplicación de sustancias. Sin embargo, ambos métodos resultan largos y dolorosos.

Como era de esperar, la nueva pomada del doctor Xu ha causado cierto escepticismo entre los colegas de su país y los especialistas del mundo, no obstante, no han podido ignorar los impresionantes resultados que el médico chino está consiguiendo en sus pacientes.

Convencidos de que se trataba más de un "cuento chino" que de un logro científico, una comisión norteamericana fue enviada recientemente a Pekín, por la Fundación de Quemados de Nueva Jersey, Estados Unidos. Los especialistas encontraron que los pacientes del doctor Xu con quemaduras de segundo y tercer grados en el 90% del cuerpo, no solamente mostraban una drástica disminución del dolor, sino una más pronta curación. Y más aún, las cicatrices, que generalmente dejan marcas en las víctimas de quemaduras para toda la vida, desaparecían en los pacientes tratados con el unguento de hierbas, de Xu.

Según los médicos colombianos consultados, la gran dificultad en el tratamiento de las quemaduras son las infecciones que en casos graves, causan los altos índices de mortalidad. En la medicina occidental el procedimiento consiste en retirar el tejido por vía quirúrgica, pero representa un alto riesgo para el paciente. El aislamiento en lugares esterilizados y las estrictas normas de asepsia para las personas que atienden estos pacientes, son dogma en la medicina. En contraposición con toda esta teoría, el doctor Xu mantiene a sus pacientes en una habitación comunal y el personal no guarda reglas de asepsia diferentes a las de cualquier otra sección de la clínica. El resultado, según la misión norteamericana, es sorprendente. A los pocos días, pacientes tratados por Xu, estaban libres de infecciones.

En Colombia, las quemaduras ocupan un renglón importante en las estadísticas de accidentes caseros. El 90% de los pacientes que ingresan a los pabellones de quemados han sido víctimas de líquidos hirvientes -en especial cocinol y gasolina-, electricidad y llamas. La mayoría de los pacientes proviene de las clases media-baja y baja, para quienes los costos de tratamiento están muy por encima de sus posibilidades económicas. Para el hospital, a su vez, las sumas que cobran por el tratamiento - que demanda la acción de un equipo interdisciplinario de internistas, cirujanos plásticos, enfermeras, fisioterapistas y psicólogos- están muy por debajo del costo real. Aunque el nuevo tratamiento chino aún debe pasar por la lupa de los laboratoristas para poder ser lanzando a nivel mundial, los especialistas en este campo y por supuesto las víctimas, tienen puestas sus esperanzas en el emplasto chino del doctor Xu. -