ORGANOS EN COSERVA

Inventan aparato que permite conservar por largo tiempo vivos los órganos para transplante.

3 de octubre de 1988

El objetivo era imitar las condiciones que existen en el cuerpo humano. Buscándolo, un equipo de científicos de California inventó un aparato que puede solucionar uno de los obstáculos que se encuentran en el campo del transplante de organos: el tiempo que un órgano humano puede mantenerse vivo una vez removido del donante.

El aparato ha sido probado con corazones de ovejas, cerdos y perros, y los corazones han sido mantenidos palpitando lentamente por más de 24 horas, dentro de un contenedor portatil del tamaño de un televisor. El dispositivo, según lo revela The New York Times, fue presentado en sociedad la semana pasada durante una rueda de prensa en la Universidad de California en Irvine. Fue desarrollado por el doctor Ralph E. Purdy, profesor asociado de farmacología de la Universidad; el hombre de negocios James G. Martindale; un cirujano, el doctor George L. Stupecky, y un investigador del centro médico de la Universidad, Ronny G. Tidwell.

Con la tecnología actual, los órganos humanos comienzan a deteriorarse entre 4 y 36 horas después de que son removidos de los donantes. Con la frecuencia esto hace difícil, cuando no imposible, llegar a tiempo a donde los pacientes necesitados de un transplante. Es decir, el factor tiempo es uno de los grandes enemigos.

El doctor Purdy anota que el corazón del donante se pasa comúnmente por una solución helada que detiene la actividad muscular y preserva los tejidos. Luego se coloca entre hielo para su transporte, pero los tejidos comienzan a deteriorarse, sufriendo un daño irreversible más o menos después de cuatro horas. Por esta razón, el equipo de cientificos decidió abordar el problema en diferente forma.
Martindale sostiene que "en lugar de preguntarnos cómo trasladar un corazón de un punto A a un punto B lo más rápidamente posible, nos preguntamos cómo mantener palpitando un corazón por fuera del cuerpo". Intentaron asi darle una respuesta a la logística de los transplantes y de resultar exitosa en seres humanos, afirman los científicos que conocieron el experimento, se habrá dado un enorme paso hacia adelante. Arthur Caplan, director del Centro de Etica Biomédica de la Universidad de Minnesota, afirma que "el mayor obstáculo para practicar más transplantes es la fragilidad del corazón en términos de almacenamiento y transporte. Si el aparato prueba su eficacia, revolucionará el transplante del corazón ".

El doctor Purdy quien con su equipo adelantó los experimentos independientemente y había dado a conocer sus resultados, prepara ahora unos informes sobre las pruebas realizadas en animales y los hará públicos tan pronto como se apruebe una patente para el dispositivo, posiblemente a finales del año. La patente ha sido solicitada en asocio con la Universidad de California.

¿COMO LO HACE?
El aparato bombea un sustituto de la sangre a través del corazón, mientras que con la ayuda de un computador se mantienen las condiciones eléctricas químicas y físicas del órgano que se va a transplantar. El dispositivo, dicen sus inventores podria ser también útil en otras áreas de la investigación médica. Sería posible, por ejemplo, probar nuevas drogas y procedimientos directamente en corazones, hígados, riñones y aun cerebros humanos que se conserven en contenedores portátiles
Los experimentos comenzaron con el corazón porque, según los científicos, es donde la necesidad es mayor.
Pero el sistema puede funcionar para otros órganos y es por eso que están e pensando en la posibilidad de crear un banco de órganos. "Nuestro objetivo primario es no tener ninguna pérdida, ni ninguna falla entre el donante y el receptor", afirma Martindale, quien sin ningún entrenamiento científico previo, concibió el aparato hace cerca de tres años.

El aparato tiene más o menos el tamaño de un televisor de 24 pulgadas.
El corazón de un animal se coloca dentro e inmediatamente es cubierto con un sustituto de la sangre, también desarrollado por el equipo que diseñó el aparato. En el interior del dispositivo se crean las mismas condiciones que dentro del pecho. El flujo de la sangre, la presión y el nivel de oxígeno se controlan, lo mismo que ciertos factores químicos como la acidez, el potasio y la concentración de azúcares. La actividad eléctrica entre los tejidos, las cámaras del corazón y las ramificaciones hacia otros órganos se monitorean independientemente, y los productos de desecho son removidos automáticamente. Más de 20 sensores especiales controlan cadá función y aportan la información al computador que corrige automáticamente el sistema. El corazón se enfría a 7 u 8 grados centígrados, lo cual disminuye el ritmo del corazón a 10 pulsaciones por minuto. A este ritmo, el órgano, conserva la energia almacenada, pero no pierde oxígeno. "Estos son experimentos preliminares y tenemos mucho más que aprender. Pero tengo confianza de poder ampliar la viabilidad de los transplantes de órganos".

Sin embargo, hay más que ciencia y tecnología en este avance. Hay problemas éticos, morales y jurídicos.
Martindale previene sobre posibles abusos con este tipo de aparatos. Uno es el mercado negro de corazones, hígados u otros órganos que podría crearse, pues como pueden conservarse
cierto tiempo, es posible traficar con ellos y aun exportarlos ilegalmente a otros países. Un segundo problema potencial implica ciertos derechos de propiedad. Si una familia dona un corazón para un transplante, pero el corazón termina en un laboratorio para probar drogas, ¿la familia tendría de recho a reclamar? Pero si en las pruebas se logran avances en medicina, ¿podria la familia del donante reclamar el derecho a compartir los beneficios derivados del descubrimiento?
Por lo pronto, el aparato se ha dado a conocer, lo mismo que sus posibilidades en el campo de los transplantes de órganos. El problema radica en que una cosa es la tecnología otra muy distinta la forma como se la utiliza. Y es en este punto donde se abren los interrogantes. --