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Para no sudar la gota gorda

No es necesario sufrir por el sudor excesivo. En el país existen varias técnicas que pueden aliviar o curar este incómodo problema.

27 de julio de 2003

El sudor es un mecanismo fisiológico con el que cuenta el organismo para eliminar el calor. Se estima que una persona puede llegar a secretar hasta 10 litros de sudor, dependiendo del ejercicio que haya hecho, el clima y las situaciones estresantes a las que haya estado sometida. Pero algunos sudan en forma excesiva sin importar si han estado muy activos o si está haciendo frío o calor. Esta condición se conoce como hiperhidrosis y se manifiesta con sudoración de manos, de axilas, de la cara e incluso con enrojecimiento facial. Como no es una condición temporal tiende a generar problemas en la vida social de quien la padece. Se cree que la sudoración en exceso se debe a una sobreactividad del sistema nervioso simpático, compuesto por nervios sobre los cuales no hay control y que responden a estímulos emocionales. En algunos casos puede ser ocasionado por una enfermedad endocrina, como hipertiroidismo, o por algún tumor en las glándulas suprarrenales. El tratamiento tradicional consiste en dar medicamentos, cremas que se aplican directamente en la piel y choques de corriente galvánica. Recientemente también se introdujo la toxina botulínica para ampliar el abanico de soluciones. Pero ahora en el país también es posible atacar el problema sometiéndose a un tratamiento quirúrgico. Una de las técnicas es la ablación subcutánea de las glándulas sudoríparas, que implica hacer incisiones mínimas por las cuales se introducen instrumentos quirúrgicos que destruyen y reducen la población de glándulas del sudor. "Es una técnica ya refinada, que no deja cicatriz y cuyos efectos son inmediatos", dice el cirujano plástico Luis Octavio Tamayo. Una variante de esta técnica es el barrido ultrasónico, en el que una onda de sonido de alta frecuencia pone en resonancia las glándulas para hacerlas estallar. Estos dos procedimientos se recomiendan a quienes sufren de hiperhidrosis en las axilas. Se hace con anestesia local y sedación y dura una hora aproximadamente. Para aquellos en quienes los otros tratamientos han fallado o sufren de sudoración en las manos y en las axilas existe la simpatectomía torácica endoscópica, que también consiste en hacer incisiones en el costado lateral del tórax cercano a la zona de las axilas. Una vez en el interior del tórax el especialista puede cortar el nervio simpático -si el paciente quiere que el procedimiento sea irreversible-, o ponerle sólo una especie de clip -si quiere que sea reversible-. Según los especialistas el éxito del procedimiento es de ciento por ciento pero es una cirugía mucho más compleja para la cual el médico debe desinflar el pulmón para encontrar el nervio, volverlo a su estado natural y repetir lo mismo en el otro lado del cuerpo. Por lo tanto exige cirujanos muy especializados y entrenados en la técnica. Cualquiera que sea la opción que tome el paciente siempre es bueno considerar el apoyo sicológico, pues la sudoración por lo general viene acompañada de ansiedad y angustia y los sicólogos pueden intervenir para que los pacientes manejen sus síntomas. "Es preferible un tratamiento integral en el que participen diferentes especialistas, dependiendo del problema de cada paciente", afirma el cirujano plástico Carlos Mauricio Tascón, miembro del instituto Dry, que cuenta con un grupo interdisciplinario para el manejo de este problema. Según el experto, eliminar o desconectar las glándulas del sudor no afecta el organismo porque existen muchas otras en diferentes partes del cuerpo. "Lo que sucede es que en las axilas son más abundantes y trabajan más. Lo que hacemos es quitarle al sudor una o dos salidas pero se dejan libres las de otros sectores", agrega. Se calcula que 1 por ciento de la población sufre de este trastorno, que si bien no genera problemas físicos graves puede llegar a ser un obstáculo para sostener una vida social normal.