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Nueva técnica de investigación podría revelar las causas de las cataratas y el glaucoma.

29 de agosto de 1988

Entre las muchas amenazas que sufre la vista cuando se sobrepasa cierta edad, el glaucoma y las cataratas ocupan un capítulo importante. Aunque sus características han sido conocidas por mucho tiempo, los investigadores jamás han podido entender con precisión qué las produce. Sin embargo, este misterio de la medicina está a las puertas de ser resuelto, a partir de nuevas técnicas de investigación que permiten cultivar en el laboratorio capas de células del ojo humano, para observar las forma como se desarrollan. Más allá de entender las causas de las dos enfermedades, los investigadores aspiran a desarrollar nuevos y más eficaces tratamientos.
Es claro que las cataratas se desarrollan cuando una capa de células del ojo se vuelve opaca, bloqueando la visión, y que ese fenómeno se produce principalmente después de los 55 años, pero nunca se ha sabido la causa del problema. De modo similar los médicos saben que el glaucoma se presenta cuando se acumula líquido en el ojo, con lo que se aumenta la presión intraocular que puede dañar las delicadas fibras del nervio óptico en la parte de atrás. Pero tampoco se sabe a ciencia cierta la causa, que puede llevar a la ceguera si no se la trata adecuadamente.
Las nuevas técnicas aplicadas en la investigación ya han arrojado luces sobre cómo actúan los dos sospechosos principales de ser la causa de esas enfermedades: las hormonas esteroides, como la cortisona y, la más complicada de evitar, la luz misma. Lo que motiva el mayor optimismo es que, hasta ahora, no se habían podido desarrollar mejores tratamientos por la sencilla razón de que el trabajo en modelos animales de cataratas o de glaucoma no reflejan con precisión el comportamiento del ojo humano.
La clave de las nuevas posibilidades reside en el descubrimiento de que unas proteínas naturales llamadas factores de crecimiento pueden estimular en el laboratorio el desarrollo de células del ojo. Luego de que un grupo de investigadores de la Universidad de California, Estados Unidos, descubrió ese fenómeno, se pudo observar que las células de laboratorio se comportan en forma exactamente igual a las del ojo. Las células del cristalino que ellos desarrollaron in vitro son precisamente las que juegan el papel principal en la formación de las cataratas. Algo similar sucedió cuando cultivaron las células que se deterioran cuando se produce el glaucoma.
Esos resultados llevan a una conclusión sencilla pero concluyente: los científicos pueden ahora estudiar el comportamiento de las células con absoluta confianza de que actuarán en el plato del laboratorio como lo harán en el interior del ojo del paciente. Como dice el doctor Steven Kramer, director del centro Beckman de la Universidad de California: "Al menos tenemos el potencial de saber los mecanismos subyacentes, y los cultivos de laboratorio nos permiten ensayar nuevas drogas sin peligro".
La idea de cultivar células en el laboratorio, no es sin embargo ninguna novedad. Lo que la constituye es que tratadas con factores de crecimiento las células del ojo producen una delgada capa nueva que, esa sí, comienza a comportarse exactamente como las naturales. Eso ofrece avances significativos. Al contrario de los tejidos extraídos de personas muertas, que ofrecen muy pocas posibilidades de investigación, los cultivos de laboratorio pueden dar la respuesta a "preguntas muy sofisticadas". Por ejemplo, los investigadores pueden examinar el efecto específico que sufren las células cuando son expuestas a la luz o a las hormonas esteroides.
Cuando se produce el glaucoma, los pacientes sufren un bloqueo de una estructura esponjosa del ojo llamada la "malla trabecular", que normalmente permite el drenaje del líquido hacia la sangre. Actualmente esa condición se trata por medio de gotas que restringen la acumulación de líquido, pero ese tratamiento tiene el problema de que se hace gradualmente inefectivo, entre otros cosas porque no ataca la causa misma de la enfermedad. Esta causa, sin embargo, ha estado vinculada por muchos años a las hormonas esteroides, desde cuando se observó que los pacientes que usaban esas sustancias para tratar otras enfermedades, desarrollaban mayor presión intraocular, y que quienes sufren glaucoma son extremedamente sensibles a los esteroides.
Por medio de cultivos de laboratorio, los investigadores llegaron a la conclusión de que la gente con glaucoma produce una sustancia derivada de los esteroides, que daña los tejidos esponjosos. Las pruebas, realizadas por investigadores de la Universidad de Nueva York, se encaminarán ahora a producir una antihormona que bloquee la formación de esa sustancia, con la esperanza de que también evite la progresión del glaucoma.
Una situación similar se produjo cuando se examinó el daño producido por la luz, cuando se observó que las células de la malla trabecular criadas en laboratorio también son afectadas por unos químicos volátiles producidos por la luz llamados "radicales libres", pero que ese efecto no es uniforme en todos los pacientes. Conociendo esa circunstancia, se está trabajando en la elaboración de una droga que elimine esos "radicales libres" del ojo.
En cuanto a las cataratas, también se cree que hay buenas posibilidades de encontrar una solución no quirúrgica. Cuando los ancianos desarrollan las cataratas, una capa de células del cristalino, llamadas "fibrosas", se vuelve opaca. Una vez que esto ocurre, el daño es irreversible y el único tratamiento posible es la remoción quirúrgica del cristalino entero, lo que trae problemas e incomodidades insuperables.
El doctor John Polanski, director del programa de investigación de la Universidad de California, declaró que su grupo está cultivando en laboratorio células epiteliales del cristalino, que son la fuente de las fibrosas y las que les proveen los nutrientes y son, en últimas, las responsables de las cataratas. Según Polanski, "se cree que las células epiteliales protegen el cristalino y tienen un papel de bombeo de sustancias nutritivas a su interior". La teoría principal que se ventila hoy en día es que las cataratas aparecen en forma análoga al glaucoma, esto es, por daños producidos por los "radicales libres" causados por la luz, e inclusive por las hormonas esteroides.
La propuesta del doctor Polanski es que podría haber una conexión entre los protagonistas de este drama, los esteorides, los radicales libres, el glaucoma y las cataratas. "Existe la pregunta de si el glaucoma y las cataratas causadas por esteroides son similares a las producidas por los radicales libres, y yo creo que existe un vínculo en alguna parte".
Una posibilidad es que los radicales libres predispongan a las lesiones por esteroides y viceversa, pero esa, como tantas otras posibilidades, podrá confirmarse por medio de las técnicas de cultivo de células del ojo en laboratorio.