PERDIENDO EL HILO

Nuevos estudios señalan que uno de cada cinco pacientes de bypass sufre problemas de agilidad mental y depresión después de la cirugía.

26 de marzo de 1990


En los últimos congresos sobre enfermedades coronarias no todo ha sido buenas noticias. Un estudio reciente demuestra que la cirugía coronaria de bypass puede producir un leve y prolongado deterioro de la capacidad mental, o una depresión, en uno de cada cinco pacientes. Aunque el informe señala que se trata de un "efecto menor", el asunto tiene preocupados a unos cuantos y dividida a la comunidad médica internaclonal.

Si bien es cierto que no se trata de una incapacidad seria ni permanente el estudio demuestra que después de la operación muchos pacientes manifiestan problemas de concentración dificultad para recordar nuevos datos y pérdida de la agilidad mental. Otros sufren depresión en los meses siguientes a la operación. Y en el 20% de los pacientes afectados, los problemas persisten hasta un año después de la cirugía. Los resultados aún no son definitivos. El seguimiento a un grupo más numeroso de pacientes, que se está llevando a cabo en Europa, terminará dentro de dos años.

Los resultados han sido descritos en diversos congresos médicos, pero hasta el momento ninguna publicación científica se ha ocupado del tema. Algunos círculos se muestran escépticos y cuestionan la metodología del estudio. Sin embargo, tratándose de una de las operaciones coronarias más practicadas en el mundo, el asunto ha cobrado un gran interés.

La principal razón para esta prematura polémica radica en el hecho de que el nuevo estudio contradice lo resultados de docenas de investigaciones anteriores, en las cuales no se había detectado ninguna evidencia de daño cerebral, por leve que fuera. El argumento de los nuevos investigadores es que los métodos utilizados en los estudios realizados hasta ahora no permitían la identificación del problema. Y aunque la opinión general es que los nuevos resultados no deben alarmar a médicos y pacientes, estos últimos deben estar enterados de los riesgos en el momento de decidirse sobre la operación. Uno de los más destacados cirujanos del corazón, de Suecia, el doctor Thorkel Aberg, quien tomó parte en el estudio, afirma que no existe duda acerca de un tenue daño en las células cerebrales en algunos pacientes durante esta operación. Y aunque estas complicaciones solamente pueden ser medidas con métodos neurosicológicos, el problema no debería ser ignorado..

La cirugía de bypass es recomendada cuando una o más arterias que suministran sangre al corazón se obstruyen, evitando la oxigenación de los tejidos. Esto puede causar desde dolor hasta un ataque al corazón. El proceso consiste en retirar una sección de una vena o arteria de otra parte del cuerpo, para colocarla en posición de puente en la arteria bloqueada. La técnica quirúrgica ha sido perfeccionada en los últimos años, minimizando muchos riesgos.

Hasta ahora no existe una evidencia concluyente sobre la causa del problema, pero los especialistas sospechan que los filtros para la sangre utilizados en el corazón o el pulmón artificial, que toma el lugar de los órganos durante la cirugia, podrían promover la formación de pequeños coágulos que obstruyan algunas arterias cerebrales, destruyendo células si estas son privadas del suministro de oxigeno durante quince minutos. Señalan también que la variación en la presión sanguínea, el nivel de los glóbulos rojos o el mantenimiento de la temperatura de la sangre podría afectar la cantidad de oxigeno que llega a las células del cerebro.

Un gran número de especialistas coincide al afirmar que aunque el estudio no está respaldado por una institución de prestigio, la información es de gran interés para los cirujanos con el fin de minimizar los efectos y encontrar mejores técnicas quirúrgicas. Por su parte, el doctor Joseph Reves, director del Centro de Corazón de la Universidad de Durham, en Carolina del Norte, afirma: "Muchos pacientes que experimentan estos problemas regresan al trabajo felices y adaptados. Los beneficios de la cirugía son tan claros y contundentes, que le quitan peso a los riesgos triviales".
Y agrega: "Pienso que los pacientes no deberían preocuparse por eso".

En este momento, investigadores de Estados Unidos, Alemania Occidental, Italia, Finlandia, Brasil y Colombia están realizando test para medir la función mental de los pacientes, antes y después de ser sometidos a la cirugía. Estos exámenes permiten medir habilidades como razonamiento abstracto, coordinación mano-ojo, visión espacial y memoria no verbal. Cuando los resultados de desempeño del paciente están tres puntos por debajo en más de una de las tres pruebas, se considera que la persona ha experimentado una caida significativa en su funcionamiento cognoscitivo. "Los resultados preliminares del estudio --dice el doctor Allan Willner, del Centro Médico Judío de Long Island y director del estudio internacional-- demuestran que una semana después de la cirugía el 23 % de los pacientes tiene un puntaje significativamente bajo en relación con los exámenes practicados antes de la operación.Y un año después, el 17% continúa con un puntaje bajó"

Sobre los resultados que muestran una depresión en los pacientes de bypass, el estudio encontró que muchos la sufrieron antes de la cirugía. "Pero no resulta extraño, dice el doctor Willner, ya que la enfermedad del corazón puede conducir a un cambio del estado de ánimo, aun sin cirugía de por medio, porque el cerebro puede ser periódicamente privado de oxígeno como consecuencia de la enfermedad". Aunque algunas depresiones pueden ser originadas en la falta de oxigenación del cerebro durante la intervención quirurgica, otros pacientes pueden sufrirla por razones externas, que no están relacionadas con la cirugía. Al respecto, un siquiatra de la Universidad de Boston, el doctor Richard Blacher, asegura que muchos pacientes de bypass experimentan una especie de "culpa de sobrevivencia" cuando sus padres han fallecido por una enfermedad coronaria. El hecho de tener una operación exitosa, que les permita vivir mucho más que su padre, los lleva a sentirse profundamente deprimidos.

El tema sigue despertando interés dentro de la comunidad médica. En cuanto a los sufridos pacientes hay que decir --según el informe que muchas personas que desempeñaban trabajos rutinarios no se dan cuenta del problema hasta el momento de conocer los resultados de los test de funcionamiento cognoscitivo. En cambio, algunos profesionales, cuya actividad tiene que ver con altos niveles de información, sí notan una disminución en su habilidad mental los días siguientes a la operación. Pero lo cierto es que si bien no pueden hacer crucigramas, recordar algunos datos o leer la misma cantidad de informes que antes, sí pueden vivir mejor.--