SEGURO CONTRA ABORTOS

Nueva terapia de inmunizacion para prevenir repetidos abortos naturales

15 de febrero de 1988

Normalmente los abortos naturales son menos frecuentes que los provocados por diferentes razones. Pero muchas mujeres en el mundo entero no son capaces de llevar a término feliz un embarazo. Frente a estos casos, que no son raros, los médicos se preguntan no necesariamente por qué el cuerpo de una mujer algunas veces rechaza el feto en desarrollo, sino por qué, en la mayoría de los casos, el feto sobrevive los nueve meses del período de gestación.
El feto, al fin y al cabo, es en parte ajeno, pues porta algunos genes del padre. El organismo, como lo saben muy bien los especialistas en trasplantes, con frecuencia rechaza cualquier cosa que no reconoce como propia. Obviamente, esto no ocurre con la mayoría de los fetos en desarrollo.
Sin embargo, investigaciones adelantadas recientemente ofrecen alguna esperanza para aquellas mujeres que, tras repetidos intentos, han visto frustrados sus deseos de ser madres, por abortos que se presentan en algún momento de la gestación. Los científicos creen haber descubierto la razón por la cual normalmente un feto no es rechazado por el organismo de la madre. Este descubrimiento ha conducido a un nuevo tratamiento para prevenir algunos abortos.
En un extraño giro de la lógica, los científicos han encontrado que son las mujeres con defensas bajas, más que las que tienen las defensas altas, las que presentan más probabilidades de rechazar el feto como cuerpo extraño. Estas mujeres aparentemente carecen de un tipo de anticuerpo que durante el embarazo actúa frente a las acciones de rechazo del sistema inmunológico.
A partir de este descubrimiento, se han desarrollado terapias para reforzar el sistema inmunológico, para habilitar a muchas mujeres que han abortado varias veces, para tener embarazos que culminen en hermosos bebés.
Los expertos sostienen que es muy común encontrar mujeres con defensas bajas, y agregan que las mujeres más predispuestas al aborto son aquellas que han tenido al menos uno. Las mujeres que no han abortado nunca tienen un riesgo entre el 10 y el 15% de tener uno si quedan embarazadas. Pero las mujeres que han tenido tres o más abortos tienen entre el 30 y el 35% de probabilidades de repetir el fenómeno si quedan encinta.
Por otra parte, en cerca del 40% de las mujeres que han tenido tres o más abortos, los médicos pueden determinar la causa. Generalmente tienen úteros anormales o sus ovarios no fabrican la cantidad suficiente de progesterona. Sin embargo, esto deja todavía un 60% de abortos sin explicación.
En años recientes, los científicos han descubierto que las mujeres que han tenido varios abortos inexplicables, con frecuencia no presentan una respuesta inmunológica apropiada a cierto tipo de célula fetal, el tropoblasto, que forma el único tejido fetal que tiene contacto con los tejidos de la madre. Las células tropoblastos forman la capa entre el útero y la placenta. Según creen los científicos, normalmente las mujeres producen anticuerpos que literalmente recubren los tropoblastos, de tal forma que el sistema inmunológico no los ve como extraños. Estos anticuerpos bloqueadores son una condición única del embarazo.
Basados en estos descubrimientos, los investigadores han desarrollado una terapia para inducir a las mujeres a producir los anticuerpos bloqueadores. Para lograrlo, las inmunizan con glóbulos blancos de la sangre de sus esposos o de donantes. Los científicos sostienen que hay antecedentes para este tipo de tratamiento en pacientes de trasplantes de riñón, que parecen aceptar más el riñón de un donante si previamente han tenido transfusiones de sangre. Los investigadores trabajan sobre la hipótesis de que los pacientes producen anticuerpos frente a la presencia de las células de las transfusiones, que evitan que sus sistemas inmunológicos ataquen al riñón trasplantado.
Algunos médicos afirman que las mujeres embarazadas, como los pacientes de trasplantes, tienen más posibilidades de llevar a feliz término su embarazo, si producen anticuerpos que evitan que sus sistemas inmunológicos rechacen el feto. Normalmente, las mujeres producen ese tipo de anticuerpos por su propia cuenta, presumiblemente después de estar expuestas a las células de sus maridos durante las relaciones sexuales. Sin embargo, afirman algunos investigadores, las células de algunas mujeres que han tenido abortos sucesivos, tienden a ser genéticamente muy similares a las células de sus maridos. Así, estarían menos propensas a reconocer las células de sus maridos como extrañas, lo cual sería favorable en caso de necesidasl de un trasplante de riñón por ejemplo, pero podría llevar a problemas durante el embarazo.
Hace varios años, se probó en Londres la inmunización de mujeres con células blancas de la sangre. Se inmunizaron mujeres con sus propias células blancas -lo cual no afectaba su sistema inmunológico- o con las de sus esposos. A las mujeres no se les decía cuáles eran las células que habían recibido. De las pruebas se obtuvo que el 78% de las mujeres inmunizadas con las células de sus esposos tuvieron embarazos exitosos, mientras que sólo el 37% de las que fueron inmunizadas con sus propias células lo lograron.
Actualmente en los Estados Unidos se adelantan estudios sobre inmunizaciones en 4 centros hospitalarios y se ha encontrado que el 75% de las mujeres que han tenido entre 3 y 6 abortos previos al tratamiento, lograron llevar sus embarazos hasta el final. Y lo más improtante: todas dieron a luz bebés perfectamente normales, inclusive aquellas que habían tenido hasta 15 abortos.
Pero hay un problema en medio: el SIDA. Algunos médicos se muestran renuentes a inmunizar a las mujeres con células blancas de donantes. Aunque hay pruebas muy confiables para detectar el virus, no lo son ciento por ciento y los investigadores sienten temor de correr este riesgo. Recientemente se han hecho estudios en mujeres que han sido inyectadas con plasma del fluído seminal. Las proteínas necesarias para la inmunización se encuentran en el fluído y, de hecho, se cree que es este fluído seminal el que inmuniza, en primer término, a las mujeres. El fluído puede ser esterilizado y exterminados todos los virus.
En Inglaterra, los médicos han extraído tropoblastos y se han cultivado estas células en el laboratorio. Posteriormente se ha inoculado a mujeres con estas células, para estimular sus sistemas inmunológicos.
El tratamiento inmunizador, sin embargo, aún es objeto de controversia, porque aún nadie ha podido negar la posibilidad de que el tratamiento sea nocivo para el feto. Cerca de 600 bebés han sido dados a luz por mujeres inmunizadas y dos han presentado problemas médicos que podrían estar relacionados con la técnica. Uno de los bebés no puede producir células blancas de la sangre o gamaglobulina, que son indispensables para combatir las enfermedades. El otro no produce suficientes cantidades de plaquetas, que permiten la coagulación de la sangre. Los médicos sostienen que no se sabe aún si las enfermedades de la sangre de estos bebés se deben a la terapia de inmunización aplicada a sus madres.
Pero las investigaciones siguen y crecen las posibilidades de la maternidad para millones de mujeres en el mundo que han tenido repetidos y frustrados embarazos.