SIN DERECHO A REPETICION

La infertilidad, después del primer hijo, es más frecuente de lo que se cree.

21 de agosto de 1989


Una tercera parte de las parejas que visitan los consultorios de los especialistas en infertilidad ya tienen un hijo y les ha resultado imposible concebir el segundo. El término médico de este fenomeno es "infertilidad secundaria" y, aunque resulte sorprendente, es mucho más común de lo que se cree. Parejas que después del primer hijo planifican durante unos años y al querer el segundo se encuentran ante la imposibilidad de un nuevo embarazo. ¿A qué se debe que una pareja que ha tenido un hijo no pueda tener más?
Los expertos aseguran que, en general, las causas de la infertilidad secundaria son las mismas que para la infertilidad primaria. En la mujer, problemas ováricos, ovulación deficiente obstrucción de las trompas de Falopio o alteraciones hormonales.
En el hombre, anormalidades en la producción hormonal. Y, en términos tozoides. Sin embargo, las parejas con infertilidad secundaria tienen la mitad de posibilidades de recurrir a algún tipo de tratamiento que aquellas que no han tenido hijos. La principal razón para ello es que muchos factores que inciden en la infertilidad aumentan con el tiempo.

Una de las razones para que la infertilidad secundaria haya aumentado en la última década es, sin duda, el hecho de que, actualmente, las parejas se casan a una mayor edad y después del primer hijo esperan varios años antes de encargar el segundo. En muchos casos, cuando se deciden, ya no son tan fértiles. Se sabe que a medida que aumenta la edad, la fertilidad disminuye, especialmente en la mujer, a partir de los 34 años.

"Después del nacimiento del primer hijo tanto el hombre como la mujer pueden desarrollar problemas que interfieren con la reproducción. En la mujer las causas más comunes son las infecciones o inflamaciones pélvicas, la endometriosis, los procesos adherenciales debido a traumas quirúrgicos o cesáreas, o la presencia de fibromas en la matriz, que se presentan con mayor frecuencia en mujeres mayores de 30 años que o no han tenido hijos o han dejado pasar mucho tiempo entre dos embarazos", explica el gineco-obstetra Oscar Lombana, director del Centro de Reproducción Humana, Gestar. Y señala: "Otra causa importante de infertilidad secundaria son los problemas que causa la utilización del dispositivo intrauterino, método utilizado principalmente por mujeres que ya han tenido hijos, sin un adecuado control médico. Así mismo, el uso indiscriminado de pastillas anticonceptivas es fuente de problemas. Aquellas mujeres que toman la píldora por años, sin descansar y sin ningún tipo de control médico, pueden llegar a sufrir serias alteraciones en la evolución".
Por otra parte, cada vez con mayor frecuencia los gineco-obstetras atribuyen la infertilidad a las enfermedades infecciosas que son transmitidas sexualmente. "La incidencia de las venéreas en la juventud y la falta de un tratamiento adecuado y oportuno son, de hecho, una de las causas principales por las cuales la infertilidad en hombres y mujeres ha aumentado en la última década", señala el especialista.

Pero hay factores de otra índole que también interfieren en la fertilidad. El estrés y la ansiedad de la vida moderna pueden llegar a afectar la producción hormonal. Y, en términos prácticos, hay que señalar que la pareja que tiene un hijo y busca otro puede encontrar mayor dificultad para cumplir las citas médicas o realizarse los exámenes, que aquellas que no lo tienen. En el caso de los tratamientos que exigen tener relaciones sexuales durante determinados días y a determinadas horas, los especialistas saben que para una pareja que tiene en su casa un pequeño de cinco años el asunto no es tan sencillo.

Desde el punto de vista emocional, los especialistas coinciden en que la infertilidad secundaria pueder ser tan agotadora como la otra, o incluso peor. Rara vez la familia y los amigos, que insistentemente preguntan si el segundo hijo ya viene en camino, piensan que la pareja puede tener problemas o logran comprender la frustración que los padres pueden estar experimentando. Incluso, el hijo que constantemente pide un hermanito añade tensión a la situación. El gran problema de la infertilidad es la desilusión que la acompaña y en este caso es exactamente igual porque a muchas parejas les es imposible contentarse con una familia diferente de la que siempre soñaron. Por ello, muchos padres que no son partidarios del hijo único, acuden a las técnicas que hoy la ciencia puede brindar para recuperar la fertilidad perdida.--