Investigación

Sin problemas éticos

La posibilidad de obtener células madre del líquido amniótico, sin destruir el embrión, generó gran expectativa. Los científicos creen que es un gran avance, pero no es todavía la panacea

13 de enero de 2007

Muchos enfermos tienen puestas sus esperanzas en las investigaciones sobre las células madre. Estas tienen la capacidad de multiplicarse y convertirse en cualquiera de los tejidos que conforman el cuerpo humano y eventualmente podrían ayudar a regenerar tejidos del corazón, el cerebro o el hígado y así curar enfermedades degenerativas como el mal de Alzheimer o el mal de Parkinson. Pero hasta ahora la principal fuente de células madre para la investigación han sido los embriones desechados por las parejas en las clínicas de fertilidad, lo que ha generado un debate moral y ético. La razón es que hay que destruir embriones que algunos consideran seres humanos en potencia. Para obviar este problema se han encontrado otras fuentes de células madre como el cordón umbilical de los recién nacidos e incluso se ha llegado a usar las de los adultos, quienes también tienen células madre, pero en una cantidad mucho más reducida. Y la semana pasada se encontró una nueva fuente que parece ser muy promisoria: el líquido amniótico.

Anthony Atala, director del Instituto de Medicina Regenerativa de la Universidad de Wake Forest, en Carolina del Norte, con el apoyo de colegas suyos de la Universidad de Harvard, logró aislar células madre del líquido amniótico, el fluido que se encuentra en la placenta y que envuelve el embrión. El grupo de investigadores también pudo convertir estas células en tejido muscular, graso, hepático y nervioso, un proceso que en biología se conoce como diferenciación. La investigación fue publicada en revista Nature Biotechnology.

Atala sostiene que, comparada con las demás -salvo las embrionarias-, esta nueva fuente es realmente pluripotencial. Es decir, las células se pueden transformar en prácticamente cualquiera de las que componen los distintos tejidos del organismo. Su gran ventaja es que después de dos semanas de cultivo se expanden rápidamente, lo que permite disponer de ellas de manera fácil y rápida. Esto no sucede con las células madre de los adultos, cuyas cantidad y capacidad de reproducción son mucho más limitadas. Tampoco con las de cordón umbilical que, según Carolina Lucena, científica de Cecolfes, aún no han demostrado tener la capacidad de convertirse en todas las células del cuerpo.

Pero las células del líquido amniótico no superan las ventajas de las embrionarias, cuya capacidad de dividirse es ilimitada. "Las de embriones crecen indefinidamente, mientras que las de los adultos, al ser menos vigorosas, sólo lo hacen 10 veces y por eso tienen una perspectiva limitada", dijo Germán Reigosa, de Cordón de Vida, un banco de células madre. Además, las del líquido amniótico son mucho más escasas que las de embrión. "Una de cada mil células del líquido amniótico sería célula madre", dice Lucena.

Pero hay dos ventajas: la primera, obviamente, no hay que destruir embriones para utilizarlas, por lo cual el debate ético se superaría. La segunda, que no causan tumores, lo cual ha sido un escollo de las embrionarias. "Tener una fuente de células que no cause tumores, eso sí que es un gran avance", dice Lucena.

Para Alejandro Montoya, director de RedCord, el trabajo de Atala es muy bueno y serio pero falta ver si sus resultados se pueden replicar en los seres humanos. Sin embargo, considera riesgosa la amniocentesis, es decir, la técnica que se utiliza para extraer el líquido amniótico, y habría que idear un sistema para recuperarlo durante el parto, antes de que la mujer rompa fuente. Otros consideran que este examen ya es rutinario y no generaría riesgos para el bebé.

Más allá de las discrepancias entre unos y otros, los médicos consultados coincidieron en afirmar que la gran ventaja del descubrimiento es que ahora cuentan con una nueva fuente de células madre. "Mientras más, mejor", dice Reigosa. De hecho, el mismo Atala manifestó que se debe continuar el estudio de células madre en embriones y que no se debe interpretar su investigación como sustituto de otras formas de terapias médicas regenerativas. Si los hallazgos de Atala se replican en otros laboratorios y prueban ser efectivos en humanos, su trabajo ayudará al avance de la investigación en el tema y, por ende, a que muchos enfermos se beneficien de ello más rápidamente.