Sicología

Terapia onírica

La ciencia está cada vez más convencida de que los sueños son una gran ayuda para que los enfermos terminales mueran tranquilos.

11 de marzo de 2006

Muchos enfermos terminales se enfrentan a sentimientos que los inquietan. El miedo a fallecer, la falta de fe e incluso los problemas en sus relaciones con miembros de la familia o amigos hacen que los días finales de un paciente no transcurran en completa calma. Sin embargo, es posible morir en paz. El sicólogo Kelly Bulkeley afirma que una manera de alcanzar este estado es a través de los sueños. Según él, la producción onírica en esta etapa es importante, pues prepara a la persona sicológica y espiritualmente para el proceso de la muerte. "Consideramos que los sueños son cruciales en la etapa final de la vida, cuando reflejamos lo que hemos hecho en ella y lo que esperamos al morir", dijo el experto a SEMANA.

Bulkeley, ex presidente de la Sociedad Internacional para el Estudio de los Sueños y especializado en estudios religiosos, escribió junto con su madre, Patricia, el libro Dreaming Beyond Death (Soñar más allá de la muerte) en el que explican de qué se trata esta novedosa línea de investigación en sicología y en el que relatan historias de personas que lograron sobrellevar el proceso de la muerte en total tranquilidad. Un enfermo de cáncer con miedo a morir soñó una noche que navegaba en un mar vacío y negro. Al despertar, sus miedos habían desaparecido y se sentía listo para el fin.

Estos sueños se caracterizan por ser más vívidos y especiales que los de todos los días y por tener unas temáticas recurrentes (ver recuadro). A veces son tan claros, que los moribundos los confunden con visiones. Lo importante, según Bulkeley, no es diferenciarlos, sino enfocarse en su poder y significado.

El problema es que los familiares, y en general quienes tienen a cargo el cuidado de los enfermos terminales, no ven estos sueños como importantes. Aunque no aconsejan interpretarlos, es decir, traducir esas imágenes a términos racionales, sí buscan que tanto el enfermo como sus allegados los aprecien por el poder emocional que representan. "Lo más importante es saber que estas visiones son normales, y que todo lo que el enfermo necesita es una persona dispuesta a escucharlo".

La investigación en este campo es difícil dado que muchas personas mueren muy rápido o por su condición pierden la habilidad para hablar y contar lo que están soñando. Por eso nadie sabe a ciencia cierta cuántas personas sueñan antes de morir. Pero, aun así, la ciencia está reconociendo la importancia de hacerlo. "Lo peor es cuando han recibido muchos medicamentos que los dejan como zombis a la hora de la muerte, dice Bulkeley. Nos preocupa que con el efecto de tantas drogas no sean posible esos sueños".

En algunos casos estos sueños pueden ser perturbadores, lo cual es apenas entendible si se tiene en cuenta que la gente tiene miedo de morir. Pero estas pesadillas van dando espacio a historias más positivas cuando la persona logra transformar el miedo en paz y acepta su destino. Y aunque estos sueños no prueban la existencia de Dios, no es fácil desligarlos de la religión. No se sabe si los sueños vienen de los dioses o del cerebro. Lo importante es que tanto la religión como la ciencia ahora están de acuerdo en que son valiosos para vivir bien y también para morir bien.