CARTAS DEL PASADO

Hallazgos arqueológicos sugieren otros orígenes de la civilización

15 de febrero de 1988

"Ya he liberado a sus espias que tenía prisioneros. Pero usted en esta y otras ocasiones no me ha pagado. ¿Dónde está el dinero que me prometió como rescate?". Estas, que podrían ser las palabras de un moderno secuestrador, son en realidad el texto del mensaje que un líder de una ciudad del norte de Mesopotamia envió al de un asentamiento vecino hace casi 4 mil años.
Pero el nallazgo de la tableta cuneiforme que contiene el texto transcrito no sólo revela que en el siglo 18 antes de Cristo los secuestros no se negociaban mano a mano. También han dejado al descubierto la existencia de varias ciudades situadas al norte de Mesopotamia, y ha desvirtuado la teoría, tenida durante muchos años como verdadera, de que las primeras ciudades de la civilización humana estaban situadas al sur de la Mesopotamia.
Las inscripciones de otras tabletas ofrecen detalles de la vida política y social de esas ciudades -estados que florecieron pero fueron eclipsadas por las estrellas de la región, Ur y, principalmente, Babilonia. Cuentan historias tan fabulosas como el uso, tal vez el primero, de partidas de hombres a caballo para perseguir forajidos, reseñan el surgimiento de la ciudad de Alepo en el oeste y dan detalles tanto del pago en cebada a los trabajadores como de la contabilidad de la cerveza y el vino del rey.
Este tesoro arqueológico fue descubierto durante el año pasado por un equipo de arqueólogos en la región noreste de Siria y fue presentado la semana pasada en Nueva York durante la reunión anual del Instituto Norteamericano de Arqueología. El director de los trabajos, Harvey Weiss, de la Universidad de Yale, declaró al New York Times que "los libros de texto de historia del Cercano Oriente enseñan que en Mesopotamia el sur era el corazón y el norte la periferia de la civilización. Este principio ha quedado obsoleto".
Las excavaciones se llevaron a cabo en las fértiles planicies de Siria cerca de la frontera con Irak y Turquía. En ese lugar existió una ciudad amuralla da llamada Shubat Enlil, a partir aproximadamente del año 5500 antes de Cristo. Hacia el 2500 creció seis veces su tamaño, hasta convertirse en un verdadero polo de civilización, uno de los primeros de que se tenga noticia. Las excavaciones lograron es tablecer que hacia el siglo 19 antes de Cristo, la ciudad fue la sede de un poderoso rey llamado Shamsi Adad, que, para más referencias, fue contemporáneo con el mucho más conocido Hamurabi, quien logró fama por haber dictado el primer código de justicia conocido. A pesar de que su imperio abarcaba un inmenso territorio entre el Eufrates y las montañas Zagros, hasta 1933 no se tuvo noticia de Shamsi Adad, lo que demuestra que ser abogado siempre ha tenido ventajas.
Los mensajes de este monárca a su hijo que era el gobernador de Mari, llevaron al equipo de arqueólogos a buscar la otra cara de la moneda, esto es, las respuestas. Eso los llevó a descubrir el palacio de Shubat Enlil, con su archivo de 1.100 tabletas de arcilla con inscripciones cuneiformes. Muchas de ellas están fechadas debidamente, lo que ha permitido determinar que la época descubierta está entre los años 1739 y 1726 antes de Cristo. O sea que en lo más profundo de la historia conocida de la humanidad, las intrigas palaciegas, la contabilidad, los desfalcos, los forajidos y hasta los secuestros ya estaban a la orden del día.