biometria

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Con tecnologías biométricas combatirán los bancos el paseo millonario.

7 de abril de 2003

Cuando el alcalde Antanas Mockus se canse de esperar a que los chicos rudos de las barras bravas dejen de emprenderla a cuchillo contra los hinchas rivales tiene la opción de instalar un sistema biométrico de reconocimiento facial, de los que se utilizan actualmente en varios estadios europeos para prevenir el ingreso de hooligans peligrosos. La alemana Siemens, por ejemplo, acaba de introducir un sistema de reconocimiento facial tridimensional que, en fracciones de segundo, crea una imagen 3D del rostro de un individuo en una multitud y la compara con una base de datos. Supone un paso más allá de la biometría facial bidimensional utilizada hasta ahora, que ya es bastante buena. Después del 11 de septiembre los fabricantes de estas tecnologías han hecho sonar muchas veces su caja registradora, instalando equipos de control biométrico en aeropuertos, bancos, supermercados y otros lugares de acceso masivo.

La biometría, que hasta hace poco parecía exclusividad de la serie Misión: Imposible, empieza a popularizarse en el mundo, incluso en Colombia, a donde estas cosas suelen llegar con cierta tardanza. NCR, proveedor de soluciones tecnológicas para negocios, está instalando 160 cajeros electrónicos con sistema biométrico de lectura de huella para Bancafé, que en un par de meses será el banco líder en esta materia en el país. Conavi también instaló recientemente lectores de huella en sus oficinas de atención al público y varias EPS estudian la posibilidad de recurrir a estas soluciones para evitar la utilización ilegal de los servicios de atención médica.

Los bancos esperan reducir las pérdidas por robo en cajeros y fraude con tarjetas de crédito, que en el mundo superan los 12.000 millones de dólares anuales. El paseo millonario, dolor de cabeza de los colombianos, podría reducirse en la medida en que la biometría desplace las tarjetas de banda magnética, aunque nada impide que los criminales logren forzar a las víctimas a 'poner el dedo'. Las EPS, por su parte, se quejan del uso fraudulento de sus servicios. Se han encontrado casos en los que hasta 30 personas utilizaban un mismo carné de afiliación y hay miles de carnés de personas fallecidas que circulan por ahí accediendo a consultas y tratamientos médicos. El control biométrico, se espera, reducirá estos problemas mientras no aparezcan trucos que permitan burlar a la alta tecnología, como ocurrió con la banda magnética, que fue vencida por los falsificadores de tarjetas de crédito.