A control remoto

Lo próximo en adelantos automovilísticos: la navegación electrónica.

4 de junio de 1990

Hasta hace poco más de una década los automóviles eran sólo un poco más sofisticados que sus antecesores de los años 20. A pesar de las mejorías en calidad y estilo, podía afirmarse que los cambios habían sido de menor importancia. Hoy, sin embargo, la situación es distinta. La tecnología de avanzada ha hecho su irrupción en el mundo automovilístico y amenaza con modificar sustancialmente la relación del usuario con su máquina.
Uno de esos avances se encuentra en proceso de perfeccionamiento en casi una docena de centros de investigación alrededor del mundo. Se trata de la navegación computarizada, que cuando esté enteramente desarrollada será capaz de reemplazar al conductor en las funciones de determinar la ruta por seguir, eludir las congestiones que se presenten y llevar, por fin, a sus pasajeros a su destino.
Según se anunció la semana pasada, la General Motors Corporation iniciará un experimento de un año de duración destinado a examinar el desempeño de 12 automóviles equipados con un sistema de esa naturaleza. Los japoneses de la Honda anunciaron, por su parte, que tienen planes para ofrecer su primer sistema de navegación electrónico, aunque no han querido especificar cuándo.
A grandes rasgos, el objetivo es llegar a un sistema que permita al conductor señalar en su equipo el lugar de comienzo y llegada del trayecto, a fin de que el mismo automóvil le señale en un mapa electrónico la ruta más adecuada por medio de una pantalla localizada en el tablero de instrumentos. Más adelante, se espera que el minicomputador sea alertado por una señal externa de radio que le advierta sobre las condiciones del tráfico en la ruta, de tal manera que el mismo sistema determine la ruta alternativa por calles secundarias.
El asunto no es tan remoto, si se tiene en cuenta que tanto la Mazda como la Mitsubishi presentaron prototipos de sus propios sistemas en la exposición automovilística de Tokio (Tokio Auto Show) el año pasado. Y en los Estados Unidos, Chrysler Corporatión y Motorola trabajan sus propias versiones, además de Rockwell International.
Aunque son múltiples los sistemas que se barajan, se señalan dos tendencias principales. La primera se basa en aparatos ubicados en el interior del vehículo, mientras la segunda depende de señales de radio enviadas por satélites de navegación que fijan la localización del mismo.
Tanto el uno como el otro ubican la posición del carro en un mapa presentado en una pequeña pantalla sobre el tablero. La idea es usar discos compactos como medio adecuado para el almacenamiento de los mapas viales, tanto por su gran capacidad de almacenamiento, como por su facilidad de actualizarlos mediante la expedición de unos nuevos. Igualmente, ambos sistemas requieren programas sofisticados contenidos en chips lógicos, que constantemente comparen los movimientos del vehículo con los datos del mapa digital, para hacer ajustes inmediatos en la presentación del tablero.

El sensor interno
El primer gran grupo de sistemas se basa en compases y sensores instalados en los frenos electrónicos (antilock). Cuando el carro toma una curva, la rueda externa recorre un trayecto ligeramente más largo que el de la interna. Los sensores "leen" esa diferencia para determinar la dirección del vehículo, mientras alimentan a la computadora de a bordo con datos exactos sobre la distancia recorrida. Un microprocesador compara por separado esos datos con las lecturas de los compases para determinar la ruta que el automóvil ha seguido. En el siguiente paso, se usan algoritmos para enfrentar esos datos con las calles que aparecen en el mapa digital.
Ese parece ser el sistema favorecido por la General Motors, pero la Honda tiene una apróximación diferente. La firma japonesa tiene sus expectativas puestas en un sistema que usa un sensor de gases montado en el baul del carro (ver gráfica). Ese sensor actúa como un giróscopo para marcar los cambios de dirección del vehículo.

Por satelite
El segundo gran grupo de sistemas utiliza ondas de radio emitidas por satélites. Un receptor instalado en el carro toma lecturas a intervalos regulares de las señales enviadas por tres satélites orbitales, y el sistema del automóvil determina el lugar en que se encuentra por medio de triangulación.
Esos sistemas necesitarían contar con una posición en una frecuencia civil de la red de satélites que el departamento de Defensa de Estados Unidos está en proceso de instalar y que recibe el nombre de Sistema Global de Posicionamiento, que el Pentágono parece listo a terminar en 1992.
Pero la navegación automovilístia por satélite tendría varios inconvenientes. No sólo se considera que el receptor de frecuencia civil podría resultar demasiado costoso, sino que por la naturaleza militar de la red estaría sujeta a ajustes, modificaciones y cierres ordenados por conveniencias estratégicas. Pero esas dificultades no han desanimado a varias compañías que están empeñadas en desarrollar esa posibilidad, entre ellas la filial Acutar de la Chrysler Motors.
Nadie sabe aún cuando podrán ser perfeccionados por fin los sistemas de navegación electrónica para automóviles, pues son muchos los rompecabezas tecnológicos por superar. Pero todo indica que esa fecha no estará mucho más allá del comienzo del próximo siglo. Porque como dijo uno de los técnicos empeñados en el esfuerzo, "el futuro es ahora".-