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Guerra de extrañas palabras

Se libra una batalla para decidir la tecnología de telecomunicaciones del futuro.

Álvaro Montes
14 de abril de 2007

En esta esquina UMTS/HSDPA! y en esta otra, WiMax 802.16g! Estos términos no dicen mucho al usuario y en realidad poco le importa a la gente qué clase de máquinas y protocolos técnicos hay detrás de una llamada telefónica; lo importante hoy es poder hablar desde una terminal móvil al costo más económico posible. Pero se trata de una verdadera batalla decisiva en el mundo de la tecnología, pues las dos alternativas disputan actualmente la supremacía en las telecomunicaciones del futuro.

La primera, UMTS/HSDPA, es algo así como la fase superior de la actual telefonía celular GSM, la más utilizada en Colombia y en el mundo. UMTS/HSDPA se conoce también como tercera generación o 3G y permite velocidades de transmisión de datos superiores a un megabyte por segundo, una verdadera salvajada en comparación con la pobre velocidad de conexión a Internet usual entre los colombianos, de apenas 56 kilobytes por segundo; con tanta capacidad de transmisión, es una pena utilizar el teléfono sólo para hablar, puesto que transmitir la voz demanda muy pocos recursos; de hecho, a través de un humilde alambre de cobre se puede hacer con perfecta calidad, como se hizo por décadas mediante la telefonía fija tradicional. 3G está diseñada para llevar televisión en vivo a los teléfonos móviles, navegación en Internet en verdadera banda ancha, descarga de DVD y juegos en línea, entre otras maravillas, todo desde el pequeño celular que se lleva en el bolsillo. El problema es que desplegar redes de este tipo es todavía un tanto costoso, los teléfonos valen cien dólares o más y las tarifas son altas. No obstante, hay 107 redes de estas en el mundo, en 55 países. En Latinoamérica las hay en Chile, Puerto Rico y, próximamente, en Brasil.

WiMax es otro tipo de red. También inalámbrica, pero basada en el protocolo IP, el mismo que se utiliza para Internet. La ventaja de WiMax frente a la Internet corriente que la gente tiene en casa es que no utiliza cables y en la calle, en el parque o, cuando esté listo el tan esperado protocolo móvil, desde un vehículo en marcha, se puede navegar utilizando el computador portátil o incluso un teléfono móvil, si tiene la tarjeta adecuada. ¿Qué tiene que ver con telefonía celular? Pues que se puede transmitir la voz por allí, más barato que en GSM y por lo tanto es una interesante amenaza a las redes de tercera generación o UMTS/HSDPA. Un operador podría habilitar una red WiMax en una ciudad para permitir llamadas telefónicas, tal como se llama a través de Skype desde un computador. Los teléfonos del futuro podrían venir habilitados para redes WiMax y reemplazar completamente un moderno teléfono de tercera generación, tanto en voz como en transmisión de datos, y, según la promesa, a un costo menor para el usuario. El problema es que apenas un puñado de países han empezado a implementar redes de estas, Colombia entre ellos, con resultados todavía incipientes, y algunos expertos consideran que WiMax se quedará como la tecnología predilecta para comunicaciones fijas y HSDPA como la tecnología dominante en las comunicaciones móviles.

Los nombres grandes de la industria de las telecomunicaciones empiezan a tomar partido. Algunos como Ericsson defienden a capa y espada la vigencia de la 3G actual (UMTS/HSDPA), y otros, como Motorola e Intel, están apostando fuertemente a WiMax. Otros tienen un pie en cada una, como Nokia Siemens, para ganar con cara y con sello. Como la mayoría de operadores del mundo todavía no ha pasado a la era 3G, los defensores de Wimax creen que es el momento oportuno para que piensen si vale la pena hacerlo u optar por tecnologías alternativas como WiMax, que prometen una economía mejor, como acaba de hacerlo el operador norteamericano Sprint Nextel, que generó con ello la noticia tecnológica de la semana. Por lo pronto, hay más de 1.100 millones de personas abonadas a servicios GSM y más de 100 millones en su versión avanzada HSDPA, lo cual hace pensar que esta tecnología tiene la masa crítica suficiente para asegurarse un lugar en las telecomunicaciones del futuro. La tecnología IP, la que se utiliza en WiMax, ya atornilló el ataúd de la telefonía tradicional fija y tiene herida de muerte a Internet a través del cable. La pregunta es si podrá hacer lo mismo con la telefonía celular.