¿HAY UNA QUINTA FUERZA?

Científicos buscan demostrar que hay una quinta fuerza que opera contra la gravedad.

14 de diciembre de 1987

En la superficie de la Luna en 1971, un astronauta norteamericano posó ante una cámara de televisión para demostrar que Galileo, en el siglo XVII, tenía razón cuando afirmó que "en un medio totalmente desprovisto de resistencia, todos los cuerpos caerían a la misma velocidad".
El astronauta sostuvo una pluma en su mano izquierda y un martillo en la derecha. Los dejó caer simultáneamente, y tanto el martillo como la pluma cayeron lentamente en el débil campo gravitacional. Como había ausencia de fricción en el vacío lunar alunizaron en la superficie al mismo tiempo. El señor Galileo tenía razón.
En aquel entonces, cuando el hombre llegó a la luna, los científicos no tenían duda alguna acerca de la formulación de Galileo. Sin embargo, ahora ha surgido alguna, y durante meses se ha estado investigando y probando una nueva y controvertida teoria: que hay una quinta fuerza en la naturaleza, que parece trabajar en pequeña escala en contra de la gravedad. Los resultados de los experimentos han sido, sin embargo, confusos, y aparentemente contradictorios.
A parte de la gravedad, la atracción que un cuerpo ejerce sobre otro, hay otras tres fuerzas conocidas. El electromagnetismo, que crea luz, ondas de radio y otras formas de radiación. Las otras dos fuerzas operan solamente en un nivel atómico. Ellas son: la fuerza "fuerte", que liga partículas en el núcleo, y la fuerza "débil" que hace que los átomos se conviertan en energía radioactiva.
Algunos test sobre atracción terrestre para diferentes sustancias, no encontraron evidencia de fuerza distinta que la de la gravedad, pura y simple. La semana pasada, sin embargo, cientificos de la Universidad de Washington, reportaron nueva evidencia acerca de la existencia de una quinta fuerza.
A pesar de que estos últimos resultados tampoco pueden considerarse concluyentes, han revivido la polémica y sugieren que la explicación de la quinta fuerza -si es que existe- es más complicada de lo que se pensó en un comienzo.
Los científicos involucrados en los experimentos dijeron que los nuevos descubrimientos no solamente parecieron discutir la antigua creencia de que la fuerza de la gravedad es la misma para todas las sustancias. Esta idea "galileana" fue fundamental para la teoría de la gravedad de Newton, que asumía que era la cantidad de materia, y no la naturaleza de la sustancia, lo que determinaba la fortaleza de las fuerzas gravitacionales.
Pero los nuevos descubrimientos también parecen sugerir que la estructura atómica de las sustancias que son atraidas por la fuerza gravitacional de una masa, influyen de alguna manera. En los experimentos, piezas de aluminio y berilio de igual masa pero diferente composición química, reaccionaron en forma ligeramente diferente a la gravedad. Más aún, algunos físicos empiezan a sospechar que la estructura atómica de la masa que atrae puede también hacer una diferencia.
Esto, entonces, podría llegar a explicar los conflictivos resultados de algunos test recientes, según Ephraim Fischbach, el físico de la Universidad de Purdue que por primera vez atrajo la atención sobre el concepto de la quinta fuerza, hace dos años.

EL CASO AUSTRALIANO
Una de las primeras sugerencias de una posible quinta fuerza fue planteada en 1981 sobre la base de mediciones en el pozo de una mina australiana. Se reportaron mayores lecturas gravitacionales que aquellas previstas por la ley de Newton y por los experimentos de laboratorio.
En enero de 1986, el doctor Fischbach y un grupo de científicos anunciaron que habían re-analizado los datos de un experimento clásico, y encontrado anomalías que, según ellos, eran la evidencia de una fuerza contraria a la de la gravedad.
El experimento, realizado en 1909, incluía diversas muestras de materiales suspendidas desde una divisa que se balanceaba. Se trataba de observar el efecto que sobre ellas ejercía la fuerza centrifuga de la rotación terrestre, a pesar de la atracción de la gravedad. Se reportó la inexistencia de diferencias entre los distintos materiales, y esto fue tomado como la demostración definitiva de la validez de la ley de Newton de que la atracción gravitacional entre dos cuerpos no depende de su composición, sino de sus masas.
El nuevo análisis del equipo del doctor Fischbach, junto con los estudios de las minas australianas, indicaron que la fuerza hasta ahora desconocida parecia operar solamente en escalas desde unos pocos pies hasta unos pocos miles de pies. La quinta fuerza fue estimada como 100 veces más débil que la de la gravedad.
Se propuso entonces que la quinta fuerza podria ser una función del número de neutrones y protones contenidos en el núcleo de los átomos que componen la materia que está siendo atraida. Como la energía de los átomos no seria la misma, ésta diferiría en el grado de la quinta fuerza que generan.
De ahí que, un objeto compuesto por más neutrones y protones por átomo, como el martillo de metal que dejó caer el astronauta, podría aproximarse al suelo de manera más lenta, porque generaría más quinta fuerza que una pluma, asumiendo, esto es, una falta de resistencia del aire.
Expertos de la Universidad de Colorado lanzaron pedazos de uranio y cobre en cámaras al vacio y siguieron el rastro de su caída con aparatos láser. Dicen que no encontraron diferencia alguna en la atracción de la tierra sobre los objetos. Resultados negativos también fueron reportados por otros expertos. Suspendieron dos pedazos de cobre y berilio de un alambre colgado de una balanza, y lo suspendieron sobre una colina. Si la masa de la montaña afectaba las sustancias en forma diferente, el alambre debería haberse torcido, y no lo hizo.
Sin embargo, otras dos pruebas le dieron la razón a los partidarios de la quinta fuerza. En un experimento se colocó una esfera de cobre flotando en un tanque de agua cerca del risco de las Palisadas en Nueva Jersey. Pensaron que si la quinta fuerza existe, la atracción de la masa del risco frente a la esfera sería distinta a la atracción sobre el agua, y así, la esfera debería moverse en el agua. La esfera, efectivamente, se movió.
A través de experimentos que han tratado de reconciliar los resultados aparentemente contradictorios, se ha formulado una hipótesis: que una quinta fuerza se relaciona con algo llamado "isospín", que es el número de neutrones en el átomo, menos el número de protones, y que el efecto puede ser tan importante en la masa que atrae como en los objetos que son atraídos.
Es probable, en cualquier caso, que en enero se resuelva este interrogante de la quinta fuerza, que tiene desvelados a los físicos, porque muchos de ellos se han dado cita en Francia para confrontar los distintos resultados.