LA VIDA ES SUEÑO

Desvelados, sonámbulos y dormilones, los clientes más frecuentes del laboratorio de sueños de la Clínica Santa Fe.

13 de abril de 1987

Su nombre sugiere alguno de esos establecimientos a donde acuden las señoras con la esperanza de que la interpretación de sus sueños les permita echar una ojeada sobre su futuro. Nada más alejado de eso. El laboratorio de sueños que funciona desde hace más de un año en Bogotá, se dedica de la forma más seria y científica imaginable, a atender los problemas de las personas que no tienen una buena relación con sus horas nocturnas.
Su clientela está compuesta por los roncadores empedernidos, los sonámbulos, los desvelados quienes sufren de pesadillas recurrentes y quienes, en general, se mantienen peleados con Morfeo.
En Colombia no hay hasta ahora estadísticas sobre los desarreglos del sueño, aunque esto parezca raro, en un país en el que, para muchos, dormir es el deporte nacional. Sin embargo, los datos que se poseen sobre el fenómeno en los Estados Unidos pueden dar una idea de la magnitud de la cuestión. De los 200 millones de habitantes que tiene el gran país del norte, 75 millones están insatisfechos con la forma como duermen. Pero eso no es todo. De los millones de pacientes que se quejan de trastornos en el sueño, la mitad tiene grandes posibilidades de morir por el uso indiscriminado de las drogas para dormir.

PEPITAS DE ESAS
En un país donde los problemas de salud son tan agudos, era hasta cierto punto lógico que los problemas del sueño quedaran relegados a una prioridad bastante secundaria. Lo que hacían los médicos, y hacen todavía en la mayor parte del país, consistía en recetar fármacos a quienes se les presentaban con problemas tan aparentemente sin importancia. Como quien dice, "si no puede dormir, tómese una pepa".
El sueño, sin embargo, no es un asunto para tomar a la ligera, pues el ser humano pasa buena parte de su vida entre las cobijas. El reposo que brinda el dormir, representa una necesidad vital para la supervivencia del organismo. Prácticamente todas las funciones orgánicas sufren si de alguna manera el sueño se ve trastornado, no solamente por defecto, sino también por exceso.La falta de atención existente en Colombia para los problemas de sueño, preocupó a dos jóvenes neurólogos, Miguel Dávila Silva y Jaime Toro. El primero recuerda que fue su propia experiencia personal lo que lo hizo caer en la cuenta sobre la desprotección en que se encuentran en Colombia quienes tienen problemas con el sueño. "Cuando estudiaba medicina, me fui desacostumbrando a dormir por las noches, pues eran las horas en que se me facilitaba estudiar. Cuando menos lo pensé, ya no podía conciliar el sueño en las horas en que todo el mundo lo hace. Eso me puso de presente que el sueño tiene sus problemas particulares, que requiere una atención especial", recuerda Dávila.
A partir de esa inquietud, se especializó en neurología en Francia y se aproximó a los estudios de trastorno del sueño con un eminente experto, Henri Gastaut, pionero en el ramo, y más tarde complementó estudios en Estados Unidos en otro centro de trastornos de los sueños con el Dr. Martin Cohn. Con este último aprendió las relaciones del sueño con trastornos respiratorios y otros problemas médicos en el comportamiento.
Al someterse al examen que se practica en el laboratorio de sueños, los pacientes son ubicados en un sitio especialmente acondicionado para que logren dormir como si estuvieran en su casa. Allí, se encuentran los instrumentos con los que los médicos hacen una completa medición del funcionamiento del organismo durante el sueño.
Mientras duerme, el paciente es conectado a diferentes electrodos que, a través de un instrumento especial, registran en detalle la función respiratoria, lo que da una idea aproximada del estado general del organismo durante el sueño y en las distintas etapas de este. Las investigaciones previas desarrolladas en los Estados Unidos y Francia, han determinado un patrón de comportamiento del cuerpo durante el sueño. De la comparación de las condiciones particulares de cada paciente con ese patrón preestablecido, los médicos determinan el tipo de afección que sufre la persona. De allí a vincular el desarreglo del sueño con las dificultades que el sujeto sufre durante la vigilia, esto es, en la vida real, no hay sino un paso.
Quienes sufren de insomnio no necesariamente son nerviosos. Quienes duermen demasiado, no son obligatoriamente perezosos. Hay una gran cantidad de razones orgánicas para explicar los fenómenos relacionados con el sueño. Hasta puede explicarse porqué ciertas personas se levantan indefectiblemente con un genio "del demonio" .