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Linux muestra el músculo

El sistema operativo de código abierto se ha vuelto atractivo para los negocios.

Alvaro Montes
13 de julio de 2003

Linux ya no es un muchacho escuálido de lentes, pantalón escurrido y muchos libros bajo el brazo. Ahora es el chico más guapo de la clase y todas se pelean por él. La razón: el mundo se enteró de que Linux también es bueno para los negocios. Una reciente investigación de la firma Merril Lynch sostiene que las empresas ahorran millones de dólares cuando cambian sus sistemas a la plataforma Linux. Lo anunció un alto ejecutivo de esta compañía en el reciente foro empresarial Linux y lo confirman compañías como Amazon o Verizon -gigantes de Internet-, que decidieron pasar sus sistemas informáticos completos al bando del pingüino.

La clave de su éxito parece estar en dos características poco comunes y muy apreciadas por estos días: es un sistema operativo de código abierto, es decir, permite ver su código fuente, y encima es libre,o sea, cualquiera lo puede modificar y distribuir. Tales rasgos hacen daño a sus rivales, acostumbrados a vender programas que sólo funcionan en sus respectivos sistemas operativos, de tal manera que el costo de cambiarse aumenta significativamente y hace que el cliente quede atrapado -o fiel- para siempre en dicho sistema.

Microsoft, de tiempo atrás, ha sido el rival acérrimo de Linux. Y aunque la discusión sobre poder, confiabilidad y calidad de los sistemas operativos está un poco pasada de moda debido a que tanto Linux como los sistemas operativos propietarios Windows y Unix han probado ser muy buenos, el punto de la discordia está en el creciente éxito comercial del primero. Su penetración en el mundo corporativo ya supera el 25 por ciento y algunas marcas Linux, como la alemana SuSe o la norteamericana RedHat, tienen un alto posicionamiento en el mercado. Linux se da el lujo de ser abrazado por compañías como IBM, HP y Oracle y en el reciente foro Linux de electrónica de consumo Sony, Hitachi, Matsushita, Philips, Samsung, NEC, Sharp y Toshiba anunciaron un consorcio para utilizar el sistema operativo en sus productos de consumo masivo.

Pero los disparos contra el pingüino ya no vienen sólo desde Microsoft. La compañía SCO, propietaria de las patentes del sistema operativo Unix, sorprendió al mundo hace algunas semanas cuando amenazó a los usuarios de Linux porque, según SCO, Linux plagia código secreto Unix. De hecho, SCO presentó su primera demanda por 1.000 millones de dólares contra IBM, que produce servidores basados en Linux y es uno de los promotores del sistema de código abierto más grandes del mundo informático, y además anunció que revocará la licencia que tiene IBM para utilizar Unix. Para completar el cerco el director de SCO, Chris Sontag, anunció que venderá a Microsoft las patentes sobre Unix. Los expertos opinan que Microsoft no necesita para nada a Unix ya que su plataforma Windows es suficientemente buena, sobre todo en el ámbito corporativo. Posiblemente, con la compra de Unix, Microsoft buscaría endurecer las presiones contra Linux y desalentar a potenciales clientes que quieran migrarse al sistema de código abierto.