Los dos negocios del año

En las dos operaciones más importantes de la economía colombiana, Telecom y OLA recibirán inversión privada en breve. ¿Qué ganarán los colombianos?

Álvaro Montes
8 de abril de 2006

Telefónica de España se quedó con Telecom, por un precio mayor al que había ofrecido Telmex el año pasado y –esperamos los colombianos- en condiciones más provechosas. No se ha hecho público en qué consiste el negocio ni cómo pagará Telefónica los 853.577 millones de pesos en que adquirió el viernes pasado el 50 por ciento más una de las acciones de la compañía emblemática de las telecomunicaciones colombianas, pero parece que esta vez las cosas sí se hicieron por el derecho, según ha confirmado el Contralor Hernández Gamarra, a quien podemos creerle porque el año pasado hizo echar atrás el negocio con Telmex por considerarlo claramente inconveniente para los intereses nacionales. Lo hizo echar atrás incluso cuando ya Carlos Slim se frotaba las manos con la casi segura adquisición en condiciones irrisorias de la empresa colombiana.

La jugada es de enorme impacto en el mapa del negocio en la región. Telefónica se fortalece en el servicio de datos e infraestructura, pisa duro en telefonía fija y queda automáticamente lista para competir en segmentos como banda ancha inalámbrica vía WiMax, entre otros. Y esto hace pensar que Carlos Slim, propietario de América Móvil-Comcel, irá tras OLA, para acentuar su ventaja en el segmento de móviles, el único que queda en disputa por el momento. Con la adquisición de la mitad de Telecom, los españoles se aprestan para ingresar en el mercado convergente, ese que ofrece servicios integrados de voz, datos y contenidos aprovechando la variedad de canales de que ahora dispone. Hasta la semana pasada sólo tenían un canal, Movistar, la segunda empresa en tamaño de telefonía móvil del país. Es uno de los negocios del año en la economía colombiana, tanto por el valor transado como por su impacto en la estructura del mercado.

El otro gran negocio del año será la llegada de un socio privado para OLA. La envergadura de este negocio es mayor, porque la empresa ha sido valorada en más de 800 millones de dólares, debido a sus 2,4 millones de abonados y su rápido crecimiento en el sector de la telefonía móvil. Y aunque no pocos analistas quisieron hacer creer a los colombianos que OLA no vale un peso, la verdad es que apenas las empresas propietarias – ETB y EPM – anunciaron la búsqueda de socio estratégico privado, ocho compañías multinacionales se mostraron interesadas, e incluso algunas que no estaban en la lista de invitados se comunicaron desde Europa para pedir que las incluyeran entre los posibles inversionistas, como fue el caso de la británica Cable and Wireless. En breve estos inversionistas tendrán acceso al cuarto de datos y después formularán sus ofertas para hacerse socias.

Estos dos serán los negocios más grandes del año en la economía colombiana. En ambos casos se trata de empresas de propiedad pública, localizadas en el sector más dinámico, el de las telecomunicaciones. Es decir, jugoso patrimonio público que será vendido parcialmente a empresarios privados internacionales y por tanto estas operaciones son de interés nacional. Los colombianos tienen derecho y obligación de conocer cada detalle y de que se garantice un par de buenos negocios para la población. Que se sepa a dónde van los dineros que los inversionistas pondrán sobre la mesa y que algún provecho tenga esta inyección de fondos, no solo para la salud de las empresas vendidas, sino para resolver algún problema concreto en la economía del país.