TRAS LAS HUELLAS DE COLON

Cinco siglos después del descubrimiento de América, se inicia la "Expedición Humana 1992" para elaborar el mapa genético de los colombianos.

30 de octubre de 1989


Es un caso como para Sherlock Holmes. La misión no es nada sencilla y se requiere de un olfato parecido al del gran detective inglés para escarbar en los anaqueles de la historia los origenes del pueblo colombiano y armar el rompecabezas que permita comprender el por qué de las múltiples manifestaciones culturales, por qué los costeños son dicharacheros y no pronuncian las mirlas, los boyacenses tímidos y desconfiados, los santandereanos frenteros y francos, los paisas y caldenses "carretudos" y apegados a sus montañas y los bogotanos chirriados y solemnes.

Esta misión la inició hace un año el genetista e investigador Jaime Bernal Villegas, quien ha recorrido la ruta de los conquistadores españoles recopilando información que le permita atar cabos para entender la diversidad de facetas de los colombianos, cinco siglos después de que Colón pisara tierras americanas. Su investigación tiene un nombre pomposo, "Expedición Humana 1992", año en que se celebrará el Quinto Centenario del Descubrimiento, o mejor, como dicen ahora, del Encuentro de los Dos Mundos. En esa fecha, el genetista y su grupo de colaboradores le entregarán al país científico el mapa genético de la población colombiana. Es algo asi como la historia viva de cinco lustros de agresión cultural que condujo a la mezcla de razas y la pérdida de la cultura indígena.

La Expedición Humana 1992 ha tomado en sus manos el reto de conocer al colombiano en su entorno, de observar en detalle su diversidad genética tratando de explicarla en un contexto histórico y social. Pero lo más llamativo para los investigadores es que tendrán los elementos suficientes para generar hipótesis sobre el origen de los diferentes grupos étnicos desperdigados por las distintas regiones del país. Las proyecciones de Bernal van más allá: "Sabremos a fondo qué tanto tiene cada uno de nosotros de los demás colombianos".

El primer año de trabajo ha arrojado resultados sorprendentes. Los investigadores le siguieron las huellas a los movimientos de genes que se dan con el desplazamiento masivo de población, en especial en las regiones azotadas por la violencia. Bernal señala que la historia genética de los colombianos se mueve en bus y a lomo de mula. En esta primera etapa los genetistas centraron su investigación en el origen de enfermedades que posiblemente fueron traídas por los conquistadores y que diezmaron las tribus indígenas que no tenían la medicina para combatirlas.

En Saboyá, Boyacá, los genetistas encontraron un grupo de pobladores que sufre de parálisis agitante juvenil. En un principio no había ninguna relación de parentesco entre los enfermos, ni se conocían entre ellos. Pero después de conformar el árbol genealógico, hallaron que todos los pacientes eran familiares entre sí. Esto le permitió a Bernal rebatir la teoría mundial de que esta enfermedad no era hereditaria. Pero el problema no es sólo de una población. En Nariño se encontraron algunos casos similares, y según Bernal la única razón para explicar el fenómeno es que los chibchas y muiscas poblaron los altiplanos de las cordilleras y atravesaron el país para asentarse en Nariño.

Otro de los hallazgos interesantes de los investigadores ha sido en el resguardo indígena de los witotos, asentados a orillas de los ríos Caquetá y Putumayo. Allí descubrieron indigenas albinos, una mezcla de razas que según los historiadores sólo se dio en las tribus centroamericanas. Todo parece indicar que los grupos amerindios se desplazaron hacia las márgenes del Caquetá y el Putumayo. La investigación genética ha entrado en su segunda etapa en la que se reconfirmarán los resultados obtenidos. Para ello Jaime Bernal ha solicitada la colaboración de 750 médicos, quienes reportarán al centro de la Expedición Humana los casos de enfermedades curiosas para realizar los análisis correspondientes. El objetivo final será tener la sectorización genética del país y ubicar los focos de las enfermedades con el fin de redistribuir mejor los servicios médicos. También los investigadores seguirán muy de cerca el movimiento genético de la población y controlarán los desplazamientos masivos que de inmediato les permitirá detectar la aparición de enfermedades en regiones donde nunca antes existieron.-