EDUCACIÓN

Una gran oportunidad

El asombroso precio de 100 dólares no es lo más interesante del computador que fabrican MIT y la Fundación 'Un portátil para cada niño'.

Álvaro Montes
12 de febrero de 2006

Una fiebre de computadores de bajo costo se ha tomado el mundo, por aquello de reducir la brecha digital. De lejos, la iniciativa que merece todos los aplausos es la de Nicholas Negroponte, del MIT y la Fundación One Laptop Per Children ('Un portátil para cada niño'), que se propone producir una máquina sensacional en diseño y prestaciones, al asombroso costo de 100 dólares. Maneja una fuente de energía económica que se genera con manivela, utiliza software libre (gratuito y sin licencias restrictivas) y se venderá sólo a gobiernos para que éstos lo distribuyan gratuitamente a los niños de los sectores más pobres. Y allí está la riqueza de la propuesta: sacar el computador de los laboratorios escolares y llevarlo a las casas. Es un cambio de paradigma en la informática educativa y un modelo pedagógico más fecundo que el de crear aulas 'inteligentes' en donde los niños sólo aprenden a encender y operar una máquina. El computador que se lleva a casa se incorpora en la cultura cotidiana y se convierte en el instrumento esencial del niño para el aprendizaje de todas las materias. No es sólo un precioso portátil de bajo costo lo que han diseñado, sino un concepto innovador para acercar las TIC a los niños que están del otro lado de la brecha digital. Brasil, Tailandia y Argentina, entre otros, ya encargaron millones de estas máquinas. Colombia ha asistido a las reuniones informativas y al parecer la Agenda de Conectividad está estudiando la posibilidad de agregarse a la propuesta. El Estado colombiano tiene una iniciativa formidable llamada 'Computadores para Educar', que recibe computadores viejos donados por las empresas, los reacondiciona y los entrega a las escuelas públicas. Se han reacondicionado 64.447 máquinas, de las 93.000 recibidas. Una parte de ellas queda con procesadores de vieja generación (los Pentium 486, por ejemplo) y con sistemas operativos antiguos, como Windows 95. Pero es cierto que la fecundidad de un computador en educación no se mide por la potencia de la máquina, sino por el uso que los educadores hagan de él en las aulas. Y allí está el secreto para que estos aparatos -sean los reacondicionados que se entregan en la actualidad o los portátiles que fabricará el MIT- resulten verdaderamente útiles: un programa de acompañamiento y formación en informática educativa y en e Learning para los maestros, de tal manera que puedan sacarles el jugo a las máquinas. Computadores para educar tiene un programa de entrenamiento. Durante cuatro meses, estudiantes universitarios realizan talleres con los profesores de las escuelas que reciben los PC reacondicionados, y el acompañamiento total se extiende por un año más. La Agenda, pues, ya tiene experiencia en cómo acompañar con capacitación la introducción de computadores en las escuelas, uno de los requisitos que exige la Fundación One Laptop Per Children para sumarse a la iniciativa del computador de 100 dólares. En total, 5.130 escuelas rurales de municipios categoría 5 y 6 (los más pobres del país) se han beneficiado con el programa Computadores para educar. La titánica tarea de aprovechar el hardware en desuso en las empresas y convertirlo en herramientas útiles para la formación de los niños merece un reconocimiento que quizá los colombianos estamos debiendo. Computadores para educar ha llevado el PC a regiones y estratos sociales que no tenían acceso a las tecnologías educativas. La oportunidad a la vista es que Computadores para educar, con la misma inversión, complemente su actual programa de dotación de aulas (que debe continuar, porque es entre otras cosas el único programa de reciclaje de desechos digitales que existe en el país), con la estrategia de entregar laptops nuevos y más poderosos, basados en software libre, para que los niños colombianos los lleven a sus casas.