INFRAESTRUCTURA

Jugadores en la vía

Desde las grandes ligas de la infraestructura mundial, están llegando las firmas de ingeniería que quieren participar en los proyectos de concesión de cuarta generación. La ANI ya recibió cinco ofertas económicas para ejecutar tres proyectos. Pero los interesados esperan que se definan las reglas del juego para comenzar el partido.

10 de mayo de 2014

Las más grandes empresas de ingeniería y construcción de Colombia y el mundo están listas para participar en el más ambicioso plan de infraestructura vial del país: la cuarta generación de concesiones (4G). Se han integrado equipos de firmas experimentadas y poseedoras de gran músculo financiero con importantes compañías locales que han participado en muchas de las concesiones viales el país.

Entre los jugadores locales están Odinsa, Conconcreto, Episol, Mincivil, El Cóndor, Mario Huertas y Carlos Alberto Solarte. En el grupo de extranjeros hay firmas de talla mundial como Sacyr, Acciona, Ferrovial, y Cintra de España; Andrade Gutiérrez y Norberto Odebecht de Brasil; el grupo Mota Engil de Portugal; Tradeco de México; Vinci de Francia y Strabag de Austria. Pero también hay grandes constructores de India, China y Costa Rica.

La cuarta generación de concesiones comprende 40 proyectos para construir dobles calzadas y rehabilitar y mantener 8.000 kilómetros de vías. La inversión ascenderá a 47 billones de pesos (cerca de 24.000 millones de dólares).  “Esta es la movilización de capital más grande que se ha hecho en la historia del país”, dice Luis Fernando Andrade, presidente de la ANI. 

Para entender la magnitud del programa hay que decir que la 4G equivale a cinco veces lo que se invertirá en la ampliación del Canal de Panamá, el mayor proyecto de infraestructura en América Latina. Chile, uno de los países más desarrollados de la región construyó 2.400 kilómetros de vías en diez años, con una inversión de 8.000 millones de dólares.

Equipos fuertes

Se necesitan participantes con amplia experiencia y gran músculo financiero ya que tendrán que poner un capital equivalente al 20 por ciento del proyecto y conseguir los recursos restantes con endeudamiento. Aunque muchas compañías están precalificadas en varios proyectos aspiran a ganar dos o tres licitaciones, como máximo. 

El gobierno dio el pitazo inicial para las primeras obras. La ANI recibió cinco ofertas económicas para la ejecución de tres proyectos: las vías Girardot-Puerto Salgar y La Estrella-Bolombolo. 

En la primera están dos pesos pesados de la ingeniería colombiana que han competido en varias obras. Se trata de Mario Huertas, asociado con la Constructora Meco, de Costa Rica, y Carlos Solarte, uno de los mayores contratistas del país (se estima que participa en el 12 por ciento de las concesiones viales y aeroportuarias del país), quien se unió con varias firmas colombianas y una mexicana para competir duro. 

Para la segunda vía se presentaron Solarte (en sociedad con los mexicanos) y Episol (filial de Corficolombiana) en alianza con la firma española Iridium. Y para la tercera solo ofertó el consorcio integrado, entre otros, por Odinsa y Mincivil, por Colombia, junto con Mota Engil, de Portugal.

Odinsa está precalificada en cerca de diez proyectos que ascienden a más de 12 billones de pesos y presentó propuestas para cinco asociaciones público-privadas, entre las que están la vía a los Llanos, el túnel de La Línea y la ampliación de la pista de Eldorado.

Odinsa construyó el nuevo aeropuerto Eldorado, las autopistas del Café, las de los Llanos, modernizó el aeropuerto de Tocúmen (Panamá) y ha costruido vías en República Dominicana. 

Conconcreto, por su parte, tiene más de 50 años de experiencia en el país y está preseleccionada en cuatro concesiones. En varias de ellas se asoció con la francesa Vinci, una de las firmas de Ingeniería Civil más grandes del mundo, que maneja la mitad de las concesiones viales de Francia, emplea cerca de 190.000 personas y tiene obras de infraestructura en más de 20 países.

 Conconcreto está presente en los grandes proyectos de infraestructura del país, entre los que se encuentran el sector I de la Ruta del Sol; las obras para el desvío del río Cauca para Hidroituango y el puente Gilberto Echeverri Mejía, en Medellín.

Construcciones El Cóndor, que también participó en la ampliación de Eldorado y lleva a cabo las obras de la Transversal de las Américas,  proyecto de más de 600 kilómetros,  precalificó para cuatro proyectos. También presentó propuestas para dos asociaciones público-privadas. 

La española Sacyr aspira a quedarse con dos o tres licitaciones de las cerca de 12 propuestas presentadas. La compañía estima que, de salir ganadora, tendrá que hacer inversiones que rondarán los 400 millones de dólares. Sacyr hace parte del consorcio encargado de ampliar el Canal de Panamá. A pesar de los problemas financieros que se han presentado en ese proyecto, la española ratificó su interés por participar en el proceso de 4G en Colombia. 

Sacyr tiene actualmente dos contratos de obra pública en el país, el tramo Buenaventura-Loboguerrero, en el que construirá uno de los viaductos más largos del país. El otro es un puente en Málaga (Santander).
Acciona, otra de las grandes firmas ibéricas, con más de 70 años de experiencia, está precalificada en seis proyectos de 4G. La compañía participó en la adecuación de las Torres Petronas, en Kuala Lumpur, unos de los edificios más altos del mundo. 

Pero los contratistas brasileños no se quedan atrás. Las firmas Norberto Odebrecht y Andrade y Gutiérrez están en una fuerte competencia. La centenaria Odebrecht tiene amplia trayectoria en Colombia donde incursionó inicialmente en proyectos hidroeléctricos y después en vías, como la Ruta del Sol. En Brasil es una de las encargadas de la construcción de estadios para el Mundial de Fútbol 2014 y de obras para los Olímpicos de 2016. 

A su turno, Andrade Gutiérrez tiene proyectos en energía, telecomunicaciones y construcciones públicas. Y está presente en 12 países de América Latina.

Equipos menos conocidos pero no por ello menos potentes son Strabag, la primera compañía de construcción de Austria y Il&FS Transportation, un gigante de la India.

Con estos competidores, se espera que el país supere décadas de atraso en el sector de la infraestructura de carreteras. Solo falta que se aclaren las reglas del juego para que este partido comience. Hay muchas dudas entre los participantes privados y el gobierno tiene el reto de convencerlos de que todos saldrán ganando.