Asistentes reclaman por el alto costo del licor en la Feria de Cali

Varios de los asistentes al Súper Mega Concierto de la Feria de Cali se quejaron de los precios de las bebidas alcohólicas que se ofrecieron en el evento.

Por un lado, algunos asistentes afirmaban que las bebidas alcohólicas estaban más caras de lo normal, mientras que otras persona opinaban que en la Feria de Cali estaban cobrando de la misma manera que en otros eventos de este tipo o incluso en algunos sitios de fiesta.

Lo más barato de las bebidas eran las aguas, gaseosas, la Bretaña y el Power, con un costo de 10.000 pesos cada uno. Uno de los temas que más generó controversia fue el precio de la cerveza, con un valor de 20.000 pesos.

Por otra parte se encontraban las botellas y medias botellas de diferentes bebidas alcohólicas. Por ejemplo, la botella de ron costaba entre 200.000 y 300.000 pesos. Mientras, la botella de aguardiente tenía un precio de entre 140.000 y 200.000 pesos.

Las quejas por parte de los usuarios en las redes sociales exigian a la Superintendencia de Industria y Comercio que tomara cartas en el asunto. Desde la entidad les pidieron a las personas que radicaran su denuncia en la pagina web.

En todo caso, la polémica sigue vigente y no sería raro que más controversias, como esta, continuaran haciéndose visibles hasta el último día Feria de Cali.

Feria de Cali: indultos e insultos

César Rincón, como las máximas figuras de la época de esplendor taurino de Cali, sabía que cuando los trancones de la ciudad en plena feria retrasaban la llegada de los toreros a Cañaveralejo y el inicio de los festejos, por lo general estos resultaban acariciando la apoteosis. El día que las corridas coincidían con el desfile de carros viejos era una auténtica odisea llegar a la plaza, tanto que las furgonetas de los toreros violaban la ley e invadían el carril del Mio para librarse de los atascos.

La monumental ‘tranca’ (como dicen los caleños) que retrasó el inicio de la segunda de abono (primera corrida de toros) de la feria 2021 la provocó una numerosa masa de jóvenes antitaurinos, que llegaron hasta la misma puerta de la calle Quinta para protestar. La bloquearon, por lo que El Fandi (España), Joselito Adame (México) y José Arcila (Colombia) tuvieron que privarse del habitual ingreso en loor de multitudes y debieron ingresar por la avenida Guadalupe, atravesando vestidos de luces los corrales de la plaza hasta llegar al patio de cuadrillas.

Desde allí se alcanzaban a escuchar los gritos. “Asesinos, sádicos, hijueputas…”, eran los adjetivos más repetidos. Decenas de aficionados tuvieron que soportarlos. Roberto Domínguez, la figura del toreo español de finales de los ochenta y principios de los noventa, hoy apoderado de Roca Rey, se bajó de un taxi y atravesó la maraña de pancartas e insultos, prácticamente de incógnito, cuando treinta años atrás todos lo hubieran reconocido. Insultos. Ese fue el preludio de una tarde que gracias a Rincón, el ganadero, terminó con una palabra parecida: indulto.

Con los antecedentes de la corrida del 8 de diciembre en Villapinzón, y la del 11 de diciembre en Puente Piedra, la ganadería Las Ventas del Espíritu Santo lidió su tercer encierro de la temporada de la reactivación y mantuvo su racha triunfal. Tres de tres.

En Cañaveralejo, el ruedo donde cobró antigüedad en la feria de 1998, el hierro de César Rincón asaltó el primer lugar de las ganaderías del país. Los seis toros embistieron, y uno en particular, Formal (número 541), de 506 kilos, nacido en 2016 y de pelaje castaño, emocionó tanto al público que cubrió más de la mitad de las 17.000 localidades, que se ganó el camino de regreso a la ganadería.