Berlinale 2017
'Adiós Entusiasmo': el extraño universo de la familia
La ópera prima del cineasta colombiano Vladimir Durán participó en la Berlinale. Hablamos con él sobre su largometraje, un mirada íntima a una familia poco convencional. Se estrenará a nivel de Latinoamérica en la sección de Competencia Oficial del Festival de Cine de Cartagena en marzo.

Adiós Entusiasmo, la ópera prima del colombiano Vladimir Durán, fue estrenada en la sección Forum del festival de cine de Berlín. Es una película ambientada en Buenos Aires, que podría trasladarse a cualquier parte del mundo, pues su tema central, la familia, es universal. Axel (Camilo Castiglione), es un niño de doce años, curioso y con ciertos toques de genialidad. Le gusta la escultura, colecciona mapas y tiene una obsesión por la materia negra. Pareciera que desarrolló todo un universo interno como escapismo a su mundo exterior. Vive con su madre Margarita y sus tres hermanas, Antonia (Mariel Fernández), Alejandra (Martina Juncadella) y Alicia (Laila Maltz). Margarita permanece encerrada en su cuarto y la familia interactúa con ella a través de las paredes de la casa. Mientras la historia transcurre, entre planos cercanos y un formato poco convencional, que nos permite conocer los miembros de esta familia, pero que también nos transmite su claustrofobia. Los hijos con la madre, las hermanas entre sí, y Axel con cada una de ellas, siendo, de cierto modo, el centro de gravedad.
A través de una puerta, cerrada desde afuera por una cadena, escuchamos la voz de la madre. En uno de los cuartos, hay un piano donde el niño y su hermana Alicia ensayan una canción en portugués. El baño, es el lugar donde los hijos se reúnen para hablar con la madre, y en la sala, nos encontramos un televisor, donde Bruno, un conocido de Antonia, interpretado por Durán, proyecta las películas familiares de un tiempo utópico lejos del encierro. Encierro que no parece ser cuestionado, y al contrario, está tan normalizado que hasta los amigos de la familia lo integran sin vacilar.
Durán describe este universo familiar como “un ambiente amoroso, pero a la vez totalmente desfasado a nivel emocional”. Y entonces, no es el porqué del encierro de la madre o sí alguna vez saldrá de su encierro, que puede bien ser físico o puramente metafórico, lo que nos conduce a través de la película. Más bien, son los momentos en los que nos acercamos a la realidad de los personajes, de donde se desprende la esencia de Adiós Entusiasmo. Christoph Terhechte, curador de Forum, describe el largometraje como una de esas historias que “excluye las explicaciones simples y por esto, abre una percepción de la realidad que va más allá de la teoría aristotélica del drama y del alivio a través de la catarsis”.
Durante la Berlinale, tuvimos la oportunidad de conversar con Vladimir Durán sobre su experiencia dentro del festival y sobre la película. Esto fue lo que nos contó:
Vladimir, ¿Qué se siente estar en la Berlinale?
La respuesta obvia es la euforia que produce estar en el festival más grande del mundo con mayor acceso al público. Y pasan cosas muy especiales. Por ejemplo, en una de las funciones llegó un chico alemán muy conmovido, a decirme que había removido recuerdos de su infancia, entonces esos son los momentos en que uno entiende porque hace esto, porque hace cine. Para poder comunicarse con las personas en otros niveles.
¿Cómo ha sido su camino hacia el cine?
Mi padre, Ciro Durán, es cineasta, crecí en una familia muy cinéfila y siempre supe que quería hacer cine. Pero en los últimos años, desde que llegué a vivir a Buenos Aires, me he concentrado en estudiar teatro y actuación y, de hecho Adiós Entusiasmo es una película que se construye a través de los actores, tanto desde la improvisación como desde el simple hecho de estar.
Entre ellos se da una relación muy cercana y momentos que realmente son de familia. ¿Cómo se logró esto?
Al momento de escoger a Camilo fue muy importante que él fuera auténtico y no simplemente un niño más que actuaba. Una vez entró en el proyecto, desarrollamos una amistad y un nivel de confianza muy grande, porque era fundamental que él tuviera un espacio para aproximarse al guión como quisiera o inventarse lo que quisiera. Por ejemplo, el momento al inicio de la película donde Axel le cuenta a su hermana Alicia sobre la materia negra, fue algo que surgió libremente de las conversaciones que yo había tenido con él sobre ese tema. Y fue un momento muy simbólico. A las chicas, las tres hermanas, las conozco desde hace muchos años porque compartimos la misma escuela de teatro, entonces todo es realmente muy familiar. Y es precisamente gracias a esta relación que se dan los momentos bucólicos que me gusta explorar. Dan paso la improvisación y a la experimentación.
Hábleme un poco sobre la madre.
Ella no está, nunca la vemos, pero en realidad está todo el tiempo y de repente, hacia el final, manipula los hilos de las situaciones de tal manera que todo explota.
¿Y por qué decidió incorporarse como personaje?
Llevo muchos años actuando y me interesaba mucho el personaje de Bruno, que es ajeno a la familia y llega a mostrarnos momentos tan íntimos de ellos. Quería también exponerme en el sentido más vulnerable de la palabra, al estar del otro lado de la cámara.
Con respecto a la cámara, ¿Por qué escogió ese formato tan poco convencional para hacer la película?
Me interesaba específicamente dos cosas que son contradictorias. Una, era estar muy cerca de los actores y la otra era darles espacio para actuar libremente. Buscamos entonces hacer un plano anamórfico donde hubiera menos claustrofobia, pero en vez de eso, encontramos más claustrofobia y ansiedad. Diría que es la misma ansiedad de los personajes. La película siempre está en un límite de generar la angustia emocional que sienten ellos, pero a través también del aburrimiento y de las charlas íntimas que no contribuyen a la historia, sino a entender los personajes.
Ahora va para el festival de cine de Cartagena con Adiós Entusiasmo. ¿Cómo se siente al respecto?
Me encanta ir a mostrar mi trabajo en mi país. Y me interesa sobre todo, saber cuál será la reacción de la película, como verán ese bicho raro.
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Adiós Entusiasmo está nominada junto con otras 16 películas al premio GWFF por mejor primer largometraje en el festival de cine de Berlín. Se estrenará a nivel de Latinoamérica en la sección de Competencia Oficial del Festival de Cine de Cartagena, que se llevará a cabo del 1 al 6 de marzo de 2017.