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Luisa Huertas y Ana María Estupiñán / Foto: Mauricio Esguerra

ESTRENO 'DOS MUJERES Y UNA VACA'

La guerra en el cuerpo de la mujer

El 19 de mayo se estrena en salas del país la ópera prima de Efraín Bahamón, un periplo heroico de dos mujeres y una vaca por los campos del conflicto armado colombiano.

Laura Martínez Duque
19 de mayo de 2016

Dos mujeres habitan un caserío en una zona rural del país. Hermelinda, la más joven, está embarazada y se encuentra en estado avanzado. La mujer mayor que la acompaña es su suegra, Rosana. La vida para ambas parece transcurrir sin sobresaltos atendiendo a las tareas domésticas y a la espera de los hombres que se marcharon y que cada tanto regresan o mandan cartas.

Es precisamente una carta de Pastor, hijo de Rosana y padre del hijo que espera Hermelinda, el disparador de toda la historia. El cartero deja la misiva cuando ellas no están  en la casa y como ninguna sabe leer deciden viajar en busca del cartero, el único que puede ayudarlas porque no hay nadie más cerca.

El viaje inicia con esta motivación, que podría parecer ingenua y hasta fantasiosa. En efecto, hay algo de esa peregrinación que comienza a transformarse en un cuento de realismo mágico: una mujer a punto de parir y una vieja sabia viajan acompañadas de una vaca buscando a alguien que les lea una carta. El animal completa la fábula pues interviene en el devenir de la historia de principio a fin.

Los paisajes del Huila se convierten en un escenario mágico por donde desfilan personajes tan disímiles como un ciego que aparece de repente vaticinando la tragedia en tono de oráculo griego, y por donde más tarde aparecen retenes militares, guerrilleros o paramilitares. Efraín Bahamón construye el campo colombiano como lo que es, un espacio de suma belleza en el que conviven con naturalidad la magia y la guerra.

Bahamón, docente de la escuela de cine de la Universidad Nacional, escribió su ópera prima pensando en las víctimas del conflicto armado en Colombia: “Yo no soy documentalista ni periodista, soy escritor y lo que podía hacer era escribir una historia clásica, construyendo unos personajes principales y antagonistas, pensando puntos de giro y dándole la voz a las víctimas desde la ficción”.

Aun cuando hay referencias muy claras a los actores de la guerra en Colombia, Bahamón construye personajes arquetipos que emprenden un periplo más parecido al viaje de un héroe. Lo interesante de Dos mujeres y una vaca es que la figura del héroe está representada por dos mujeres. La película habla del horror de la guerra que impacta directamente sobre el cuerpo y la psiquis de la mujer, en diferentes generaciones y estados.

La mujer más joven transmite a su hijo el impacto de la violencia y, de hecho, su parto se adelanta por la conmoción. Allí donde solo hay muerte, ella debe traer vida y dar a luz. La mujer más anciana termina confesando un acto de violencia que cometió en el pasado y en defensa propia con el que carga todos los días. Finalmente, todas las generaciones estan atravesadas por un linaje de violencia.

Efraín Bahamón también viene de una familia que emigró por la violencia en los años 60 y que llegó a Bogotá luego de haberlo perdido todo. El recuerdo de esa época para Efraín es la resistencia de su madre. “Los hombres causan el desorden, les fascina la guerra, el despilfarro, irse del pueblo, de las casas y buscar aventuras y son las mujeres quienes quedan en la casa al cuidado de todo, de los hijos, los animales, trabajando la tierra.

“Me ha fascinado la forma en que las mujeres asumen el dolor. Cómo asumen la vida y cómo siempre se reponen de todo. El hombre termina derrotado aunque son los que más figuran. Pero creo que Colombia y el mundo está compuesto por muchas “Úrsulas Iguarán” que son las que logran que la casa no se caiga. Yo quería devolver una mirada sobre madres y mujeres, las que más han sufrido los hechos de la guerra..."