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Exhibición de dinosaurios en el Parque Explora. Foto cortesía del Parque Explora

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La nueva vida del Parque Explora

Después de tres meses de estar cerrado por cuenta de la pandemia, el 1 de julio el Parque Explora abrió sus puertas al público. ARCADIA habló con su director, Andrés Roldán, sobre cómo ha sido la experiencia de reapertura, y el papel que hoy cumplen los museos.

10 de julio de 2020

¿Cómo ha sido esta primera semana de apertura?

Ha sido positiva. Todos los días hemos recibido personas que buscan un espacio seguro -quizá más que muchos otros- y que les permita un ocio reparador. Los museos son espacios sosegados, con posibilidades de reflexión y de disfrute muy estimulantes. Por eso son útiles, también, a la salud mental. Estar tranquilos, seguros, produce confianza. Y poder confiar es hoy condición necesaria para el bienestar. 

Al ser un parque, nuestro museo de ciencias Parque Explora tiene jardines al aire libre, con experiencias en espacios muy holgados. También tenemos en la plaza abierta la exposición “Microvida”, sobre bacterias, virus y otros microorganismos arquitectos de la vida. La hicimos días antes de la pandemia, con el apoyo de la escuela de medicina de la universidad de Harvard y de EAFIT. Están también los acuarios de gran formato -orientados a la educación y a la conservación-, que subrayan la gran lección de la pandemia: la evolución no solo conduce a la vida humana. Hay muchas formas de vida que no se nos parecen, que están interconectadas, pero ignoradas, a pesar de que, como ocurre hoy, nos gobiernan. La diversidad es el signo rotundo de la vida. 

Aspiro a que los museos seamos parte de las recetas sociales seguras para afrontar este aislamiento exigente y desgastante. La gente ha venido a Explora sola o con sus seres queridos, algunas veces para reencontrarse por primera vez.

¿Cómo ha sido la asistencia del público y qué comentarios han recibido?

Vamos gradualmente, desde el primer día recibimos visitantes y sabemos que la confianza se construye a medida que la gente nos visita y sale contenta. 

Hemos tenido comentarios muy positivos. Casi todos reclaman que puedan ir niños. Las familias piden un ocio seguro que libere la tensión que produce el encierro. Y ahora en nuestros jardines hay una muy atractiva exhibición de dinosaurios, que complementa las experiencias para los adultos.  

En términos de costos y del esfuerzo del personal, ¿qué implicaciones tiene abrir con protocolos de seguridad y aforo limitado? 

En este momento no hay un balance positivo. El costo de abrir es alto, si se tiene en cuenta el número de visitantes que permiten las restricciones establecidas. Aún así, trabajamos rigurosamente con especialistas para abrir en términos seguros y para acoger a las personas que encuentran en un museo un refugio sosegado y una oportunidad de comprensión de la vida distinta. En nuestro caso, representamos también la oportunidad de aproximarse a mundos como los de la ciencia, que son cada vez más importantes en nuestras vidas. 

Acuario del Parque Explora. Foto cortesía del museo.

Los museos tenemos que ser movilizadores de ideas relevantes que ayuden, hoy más que nunca, a reformular esta sociedad y a formar las capacidades necesarias para vivir mejor. Somos un laboratorio social para construir una cultura ciudadana con prioridades distintas en este mundo que cambió. A nosotros se nos ha confiado impulsar una sociedad del conocimiento incluyente, una cultura científica ciudadana mayor, de tal forma que el conocimiento sea útil, conectado con la realidad de las personas, provechoso para formar una ciudadanía crítica y deliberante, que pueda rebasar obstáculos, entender su mundo y, reiteramos, transformarlo para mejor. 

¿Cuál considera que es el siguiente reto y cómo se están preparandon para afrontarlo?

Es necesario que los permisos para ejercitarse permitan también visitar bibliotecas y museos, algunos de los cuales son, como el nuestro, también parques. La salud mental hay que tenerla presente y estos espacios, más seguros que muchos otros a los que ya la gente sale, ayudan a estar tranquilos y estimulados. Difícilmente otros lugares pueden tener las condiciones de control, de confort y de aporte al bienestar personal y colectivo que tienen los museos. Las personas todas y las familias -que hoy afrontan las exigencias de la educación doméstica- podrían encontrar en un museo como el nuestro una posibilidad de esparcimiento seguro. Porque repetimos: estar bien es, también, estar tranquilo. La salud no solo es ausencia de enfermedad.