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Alvarado Tenorio, autor de Borges

Mi estupor había aumentado. Mi papá fue asesinado en 1987 y llevaba un poema de Borges que Alvarado decía haber escrito seis años después

Semana
13 de enero de 2007

En noviembre del año pasado publiqué un libro testimonial, El olvido que seremos, pero por la historia que voy a contar creo que puedo empezar a llamarlo novela. La historia tiene que ver con el título del libro, pues éste, se supone, yo lo habría tomado del primer verso ("Ya somos el olvido que seremos") de un soneto de Borges que mi papá había copiado de su puño y letra, y que llevaba en el bolsillo de la camisa el día que lo mataron.

Desde hace muchos años yo tenía la feroz sospecha de que ese soneto de Borges (Epitafio, se llama) pudiera ser apócrifo. Si no indagué mucho más, esto se debe a que nunca quise comprobarlo, por lo menos no antes de la publicación del libro. El indicio más claro de que el soneto era falso consistía en que nunca pude encontrarlo en las Obras Completas de Borges. Me quedaba la duda, sin embargo, de que pudiera ser un poema póstumo, recobrado en junio de 1987 (un año después de su muerte), en alguna de las múltiples publicaciones que se hicieron para conmemorar el primer aniversario de su fallecimiento. Recuerdo haber consultado en Google la nueva Biblioteca de Babel, y también con especialistas en Borges, que se mostraban perplejos, pero que no obstante me decían que todo en el poema (el tema, el tono, la adjetivación, el léxico, las rimas) era típicamente borgesiano.

En la última feria del libro de Guadalajara, y precisamente en la presentación de El olvido que seremos, tuve la suerte de conocer al editor de Borges en Argentina, Ricardo Sabanes, y esa noche, durante la comida, le recité el supuesto soneto de Borges, que me sé de memoria, y le pregunté qué opinaba. Él me dijo que parecía auténtico, pero que iba a consultarlo con María Kodama. Se lo copié, se lo envié por mail, y aún estoy a la espera de la respuesta de la viuda de Borges.

Mientras tanto, hace poco, cayó en mis manos la crónica de otra falsificación: De cómo escribí un prólogo de Borges. En ella Harold Alvarado Tenorio cuenta cómo, en 1972, se inventó para uno de sus libros un supuesto prólogo de Jorge Luis Borges. La impostura la descubrió un periodista argentino, Jorge di Paola, quien ese mismo año entrevistó a Borges al respecto. Lo que contestó el maestro argentino fue elegante, como siempre: "Los pareceres y el estilo del prólogo concuerdan con lo que yo hubiera podido escribir. Asimismo las autoridades que alega el texto corresponden a mis preferencias. También es raro que mi memoria haya dejado caer un hombre tan singular como Harold Alvarado Tenorio, pero a los 73 años el olvido es harto accesible. Pienso que el 'Prólogo' es una afortunada parodia, que debo agradecer."

La crónica de Alvarado Tenorio prendió una luz en mi oscuridad. Busqué más a fondo en la nueva Biblioteca de Babel y encontré un texto del mismo Alvarado llamado Cinco inéditos de Borges. Ahí estaba el soneto, aunque con algunas variaciones frente al que yo había encontrado en el bolsillo de mi papá. Decidí hablar con Harold a como diera lugar y al fin logré conseguir su teléfono con Ignacio Ramírez, el director de Cronopios. Hablé con él y, para mi dolor, confirmó mis sospechas: "Ese poema lo escribí yo". Después añadió: "Lo escribí hace más de diez años y lo publiqué por primera vez en el n.º 2 de la revista 'Número', en octubre de 1993. Como tenía unas fallas de métrica, William Ospina me lo corrigió."

Cuando colgué con Harold mi estupor había aumentado. Mi papá fue asesinado el 25 de agosto de 1987, y llevaba en el bolsillo un poema de Borges que Alvarado Tenorio decía haber escrito y publicado seis años después. Claro, tal vez mi memoria me estaba traicionando, y yo me había inventado, en busca de algún efecto patético, la historia de este Epitafio cargado en el bolsillo de un muerto. Pero no. Llamé a Colombia y pedí que me confirmaran la existencia de un artículo aparecido en noviembre de 1987 en el Magazín de El Espectador. El artículo, escrito por mí, se llama Apuntes para una biografía, y ahí transcribía el soneto que mi papá llevaba consigo. Lo encontraron, así que lo mío no era un recurso retórico ni un invento de la desmemoria. Vuelvo entonces a llamar a Harold y se lo digo, a ver si es él quien tiene algún vacío de memoria. Lo que me contesta es aún más sorprendente: "¡Tu papá llevaba el poema antes de que el poema existiera!"

Y además, pienso yo, en una versión mucho mejor, pues el poema escrito supuestamente por Harold, y corregido por William Ospina, repite de un modo francamente burdo la palabra "seremos" en una rima del primer cuarteto, cosa que Borges no habría hecho jamás. Tal vez Alvarado Tenorio, igual a aquel Pierre Menard de Borges (que fue capaz de volver a escribir el Quijote letra a letra, sin copiarlo y sin distanciarse una jota del original), escribió en 1993 un soneto que Borges efectivamente había escrito en 1986, antes de morir. El nuevo autor se equivocó, solamente, en dos o tres palabras que delatan la falsificación, pero el resto del poema es auténtico. La anterior, por lo menos, es la hipótesis que tengo yo. Naturalmente, si algún bibliógrafo de Borges pudiera ayudarme, se lo sabría agradecer.

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