Dicen que uno nace con un destino marcado en el corazón, y yo no puedo negar que el mío siempre ha estado ligado al servicio. Mi padre y mi esposo son militares retirados, y pasé gran parte de mi vida acompañando esa vocación. Llevo más de 30 años casada con un paceño: el Mayor General (r) Juvenal Díaz Mateus, hoy gobernador de Santander. Y aunque nací lejos de aquí, puedo decir con orgullo que este departamento me adoptó como hija suya.

Toda mi vida ha estado ligada a servir. Durante más de 20 años trabajé en la Dirección General de Sanidad Militar, al frente de programas de salud y bienestar para las familias de soldados y oficiales. Desde allí descubrí la fuerza de lo social, la importancia de cuidar a las esposas, a los hijos, y de tender una mano donde más se necesita. Ese camino fue el que me inspiró a fundar ASPAS, la Asociación de Acción Social para Apoyar a Santander.

La campaña que convierte la solidaridad en tradición santandereana | Foto: Getty Images

ASPAS nació con un propósito muy claro: impactar la vida de los niños, niñas, adolescentes y familias del departamento. En nuestro ejercicio, desarrollamos programas enfocados en fortalecer el apoyo y bienestar comunitario, bilingüismo, infraestructura para el aprendizaje y desarrollo integral a través de la experiencia.

Nuestro primer año de trabajo, 2024, logró sumar más de 100 voluntarios y beneficiar a más de 5.000 niños a través de nuestra campaña navideña “Es Tiempo de Compartir”, que se convirtió en la semilla de una gran red de solidaridad.

Recuerdo con emoción lo vivido en los últimos meses del año pasado: llegamos a 35 municipios, tocamos 337 sedes rurales y entregamos mudas de ropa y zapatos nuevos a más de 5.000 estudiantes de primaria. Era un gran detalle recibido con total agradecimiento. Porque para un niño de provincia, estrenar ropa en Navidad no es solo un regalo: es un símbolo de alegría y de esperanza. Y para sus padres, es la tranquilidad de ver a sus hijos celebrando con amor, sin que la necesidad apague la ilusión de esas fechas.

Al recorrer las veredas, entendí que la frase “El que pisa tierra santandereana es santandereano” no es solo una expresión bonita: es una verdad que se siente en cada rincón del departamento. Yo lo he vivido. Santander me abrió sus puertas, me recibió con su gente trabajadora, berraca y llena de tradición. Campesinos que madrugan al sol, niños que caminan horas para llegar a la escuela, jóvenes que sueñan con aprender inglés y abrirse al mundo. Cada uno de ellos me inspira a seguir trabajando, porque este departamento merece lo mejor.

Este año 2025 hemos retomado la campaña “Es Tiempo de Compartir” con más fuerza. Queremos llegar a más familias, a más escuelas rurales, y soñar con impactar los 87 municipios del departamento. Y sabemos que no lo lograremos solos: necesitamos que la acción unificada, que tan buenos frutos nos dio en 2024, siga siendo el motor. Gobernación, ASPAS, empresarios, alcaldías, voluntarios, entes públicos y privados, y ciudadanos solidarios: todos sumamos en este propósito.

La campaña que convierte la solidaridad en tradición santandereana | Foto: Getty Images

Santander se merece una Navidad diferente, se merece que cada niño reciba un detalle en forma de muda de ropa, un par de zapatos dignos, y sobre todo, la certeza de que es un departamento solidario. Al final, no se trata solo de la ropa, sino del mensaje: “todos los niños de Santander son importantes, merecen estrenar y merecen soñar”.

He aprendido que cuando el corazón se pone al servicio, las cosas suceden. Por eso hoy, desde esta columna, quiero invitar a los empresarios y ciudadanos de buen corazón que deseen unirse a este sueño, a que se acerquen a través de las redes sociales de ASPAS. Cada aporte, cada detalle, cada acto de solidaridad, suma en grande.

Porque si algo tengo claro, después de estos años de conocer la grandeza de Santander, es que esta tierra no solo me adoptó como hija, sino que me enseñó que quien pisa su suelo, quien comparte su gente y sus luchas, ya es, sin duda, un santandereano más.