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Inauguración 'Movimientos de la imagen II'. Crédito: cortesía Museo de Antioquia.

EXPOSICIÓN

La revolución artística del Museo de Antioquia

El 21 de febrero se inauguró ‘Movimientos de la imagen II’, una plataforma pedagógica en la que el museo y los artistas apuestan por el teatro y el video para llegar a la audiencia.

Laura Ospina
22 de febrero de 2018

En 2016, alrededor de 1’200.000 personas transitaban diariamente por el centro de Medellín. De esas, 100.000 caminaban por el Parque Berrío, la zona en la que está ubicado el Museo de Antioquia desde hace 20 años. Ese mismo año la plataforma pedagógica Movimientos de la imagen recibió, durante tres meses, a 56.414 personas, que gozaron del primer conjunto de exposiciones de múltiples formatos artísticos, de larga y corta duración, que ofrecía el museo.

Dos años después, el centro artístico retoma la idea: el pasado 21 de febrero se inauguró Movimientos de la imagen II, una serie de intervenciones que, durante tres meses, ofrecen obras en torno al teatro, el performance, la danza, la fotografía y el video, todas ellas atravesadas por los “usos políticos del territorio” como temática unificadora del proyecto.

Durante la inauguración, 424 asistentes conocieron de primera mano las dos salas de exposiciones. Entre las muestras estaba Venus 41. Entre trochas e incertidumbres, una serie fotográfica que retrata los rostros de la guerra con las FARC, resultado de una investigación de ocho años en los que su autor, Federico Ríos, se adentró a la Colombia profunda para conocer de cerca a las víctimas del conflicto y sus historias. “Mi trabajo constituye un uso político directo de la imagen, al mostrar escenarios remotos de forma explícita. Las FARC aparecen en los territorios rurales por el vacío de Estado. La ausencia de una institución que le ofrezca a las comunidades rurales el respaldo que pueden tener las ciudades, es lo que detona la necesidad de un ente como las FARC”, dice el fotógrafo.

Otra, Testigo de las ruinas, es una instalación de video que muestra las transformaciones que sufrió el barrio Santa Inés en Bogotá (conocido como El Cartucho), realizado entre 2002 y 2005 por el grupo Mapa Teatro. El público también puede visitar las salas alternativas: El Escenario, La Esquina y Vitrinas Cundinamarca, lugares en los que se llevará a cabo la obra de teatro estático O Marinheiros, una adaptación de la poesía de Fernando Pessoa, realizada por el colectivo teatral Matacandelas; la presentación en vivo de Sankofa Danza Afro, y otra serie de acciones en las que los espectadores podrán interactuar directamente con el arte.

Con esta propuesta, más que muestras artísticas, el Museo de Antioquia lo que hace es una declaración contundente: abre un diálogo entre el museo y manifestaciones artísticas que por mucho tiempo no encontraron lugar en sus salas. La institución se pregunta de forma cíclica ¿qué pasa cuando medios artísticos, distintos a los tradicionales de las artes visuales, habitan este lugar? Movimientos de la imagen II es una forma de responder el interrogante.

Nuevas lecturas dentro del museo

Pese a que la idea de realizar Movimientos de la imagen I y II es reciente, se enmarca en los esfuerzos del museo por relacionarse con los distintos territorios y las comunidades específicas que lo rodean. Es un énfasis que ha generado espacios para otro tipo de plataformas expositivas: exhibiciones sobre desplazamiento, revisiones de la antioqueñidad, y propuesta sobre temas de género, identidad, sexualidad e imaginarios culturales.

“Hay tantas maneras de abordar las disciplinas que han ido enriqueciendo el campo, que eso lo queremos mostrar. El tema le da una riqueza especial por el momento por el que pasa el país y por el entorno en el que estamos. Tiene mucho sentido pensar qué significan los espacios públicos. Las obras y los artistas con los que estamos trabajando están reflexionando sobre estos temas y denuncian o propician o revelan la presencia de esos otros usos políticos del territorio”, comenta Nydia Gutiérrez, curadora en jefe del Museo de Antioquia desde 2012.

De igual forma, Gutiérrez, quien también participó en la curaduría de Movimientos de la Imagen II, explica que dicho proyecto aparece por la necesidad misma del museo de mantenerse al tanto de las transformaciones del arte y las demandas del público. Expresa que “no es la institución la que está proponiendo ni generando esos cambios. Es el arte contemporáneo es el que ha ido diluyendo barreras y se ha interesado por las integraciones entre el arte y la realidad. El museo lo que quiere es atender esas transformaciones y fomentar y propiciar sus conocimientos por parte de los usuarios del museo”.

Conocer a los vecinos

Bajo esa premisa de renovación del arte, el museo tomó una decisión: entender su entorno, dialogar con la informalidad y hacer visibles a las personas y los oficios que a veces la ciudad misma intenta ignorar. En este caso el Museo de Antioquia se conecta con el Parque de Berrío, un espacio donde convergen oficios como el microtráfico, el trabajo sexual, los vendedores ambulantes. La institución debe lidiar con esos "vecinos" ya que busca ser de puertas abiertas para todo tipo de artes y de públicos. El grupo artístico transdisciplinar Mapa Teatro se inserta en esta propuesta por su intención de hacer nuevas lecturas sobre la cotidianidad, a partir de la vivencia como ciudadanos de los integrantes del grupo en un país tan complejo como Colombia, y del deseo de reconocer a los otros en el territorio.

“Intentamos iniciar un diálogo, hacer un señalamiento de dinámicas específicas que están ocurriendo: el tema del desplazamiento, de personas que no tienen un lugar fijo, que habitan el espacio público, que chocan con otros tipos de habitantes. Es importante reconocer estas otras formas de vivir la ciudad y reconocer nuestras propias dificultades al convivir con ese otro incómodo. Pese a que el proyecto está vinculado con la situación de El Cartucho en Bogotá, traemos la reflexión a Medellín para compartir que este tipo de dinámicas son comunes y vigentes en muchas ciudades del mundo”, explica Ximena Vargas, productora de Mapa Teatro.