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AMNISTIA REFUTA A URIBE VELEZ

2 de diciembre de 1996

En un artículo publicado en SEMANA del 15 de octubre de 1996 bajo el título de 'Mano dura', se cita una declaración del gobernador de Antioquia, señor Alvaro Uribe Vélez, en la cual asegura que Amnistía Internacional, en su reciente visita a Colombia, no encontró nada que objetar en cuanto a las Asociaciones Comunitarias de Vigilancia Rural (Convivir). Amnistía Internacional se siente en el deber de aclarar ante los lectores de su revista y ante la ciudadanía colombiana en general, que muy por el contrario de lo señalado por el señor Uribe Vélez, la organización considera el surgimiento de las Convivir como un hecho muy preocupante dentro del contexto de los derechos humanos en Colombia y del aumento de la actividad paramilitar, y así lo señalamos en diciembre de 1994 cuando el gobierno colombiano lanzó el Plan Integral de Seguridad Rural, que incluía la creación de las Convivir. En dicha oportunidad, Amnistía Internacional expresó su preocupación en el sentido de que dichos grupos podrían convertirse en el vehículo ideal para el crecimiento y legitimación disfrazados de los grupos paramilitares.Dichas organizaciones ofrecen a los grupos paramilitares la oportunidad de constituirse en entes legítimos; lo que crea el peligro de que continúen con su estrategia paramilitar bajo un manto legal. El superintendente de vigilancia y seguridad, señor Hernán Arias Gaviria, por ejemplo, se ha manifestado públicamente en favor de que los grupos paramilitares pasen a convertirse en asociaciones Convivir.Resulta preocupante también la falta de mecanismos de control civil efectivos que rijan la operación de las asociaciones Convivir. Amnistía Internacional teme que el resultado final de esa labor de 'vigilancia rural' no sea otra cosa que una repetición de la historia: la formación, nuevamente, de grupos de autodefensa moldeados por las fuerzas armadas para asumir un papel central en la guerra sucia. La colaboración entre los grupos paramilitares y las fuerzas armadas ha sido ampliamente documentada en casos de violaciones a los derechos humanos investigados por nuestra organización y por organismos oficiales colombianos como la Fiscalía General de la Nación. El proceso que se le está siguiendo al general Farouk Yanine Díaz, es un ejemplo entre muchos de los fuertes nexos existentes entre militares y grupos paramilitares responsables de numerosas atrocidades.A pesar de que las autoridades aseguraron que las Convivir solo recibirían armamento "en circunstancias excepcionales", muchas de esas asociaciones no solo están ya fuertemente armadas sino que cuentan con armamento para uso exclusivo de las fuerzas de seguridad. La declaración dada por el señor Uribe Vélez a su revista en el sentido de que "se dotará a las Convivir con armas de largo alcance con el fin de convertirlas en grupos de reacción inmediata en apoyo de las Fuerzas Armadas", es sintomática del grado de presión que existe para convertir a dichas asociaciones en un ambiguo recurso de creación estatal, cuya forma de operar se acerca a la de los grupos paramilitares.El 'derecho legítimo a la autodefensa', preocupación genuina de la ciudadanía colombiana que vive los efectos de la violencia en el país, no puede ser confundido con la creación, fomento, apoyo y dirección de grupos paramilitares destinados a la guerra sucia: el asesinato. 'desaparición' o tortura de aquellos bajo sospecha de ser colaboradores o simpatizantes de la guerrilla, los integrantes de organizaciones legales de izquierda, o aquellos que tengan la mala fortuna de constituir un impedimento ante grandes intereses económicos que recurren a la acusación de 'subversivo' para ponerle fin radical al problema. La falta de medidas efectivas por parte del Estado colombiano para garantizar la seguridad de la ciudadanía no justifica la creación de organizaciones que puedan conducir a la legitimación de la violencia paramilitar en Colombia.Susan Lee, Directora Programa América Amnistía InternacionalLondres, Reino Unido

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